El Hard Rock Hotel de Marbella acogerá en los próximos días unas jornadas sobre tratamiento hormonal, quirúrgico y psicológico para la transición de género. Pagando de 100 a 595 dólares diarios durante tres jornadas, los asistentes serán instruidos por miembros de la Asociación Profesional Mundial para la Sanidad Transgénero (WPATH, por su siglas en inglés) en afirmación de género genital, terapia hormonal o salud mental para menores y adultos. Sobre este cursillo que goza de amparo legal en España nada ha dicho la ministra de Igualdad, ocupada en promocionar un estudio sobre las personas LGTBI+ con discapacidad, otro sobre autopercepción de la imagen de las mujeres en las redes y una app para denuncias de sexismo semejante a la de la 'policía lingüística' de Cataluña.

El 'desarrollo de género' en niños y adolescentes es el tema de una de las sesiones que impartirán los miembros de WPATH y su Global Education Institute en unas jornadas patrocinadas por Facialteam, un lujoso centro especializado en cirugía de feminización facial, con sede en el mismo hotel marbellí. Los matriculados que sigan el cursillo, profesionales sanitarios principalmente,  optarán a certificados en sanidad transgénero expedidos por la organización que preside el estadounidense Asa Radix y que imparte sus enseñanzas por medio mundo. La aplicación de esas terapias hormonales, quirúrgicas y mentales a los menores para 'transicionar' en identidad sexual han sido vetadas en los Estados Unidos por una de las órdenes ejecutivas de Donald Trump, pero en España están permitidas.

Lo que en nuestro país prohíbe expresamente la Ley trans de 2023 (art. 17) son los métodos o terapias destinados a modificar la llamada 'expresión de género' (en realidad, autodefinición) de los individuos “incluso si cuentan con el consentimiento de la persona interesada”. A la vez, otro artículo de la misma ley, el 19, promueve protocolos en materia de intersexualidad que garanticen “la participación de las personas menores de edad en la adopción de decisiones” que dispondrán de una atención sanitaria sin 'patologización', con autonomía de decisión y “evitando exploraciones innecesarias o su exposición sin un objetivo diagnóstico o terapéutico directamente relacionado”.

Lo que van a enseñar en Marbella WPATH y el Global Education Institute entre el 18 y el 20 de este mes ha sido tachado por la alianza Contra el Borrado de las Mujeres como pseudomedicina que “experimenta con los cuerpos sanos de nuestras hijas y nuestros hijos”. Ese mismo colectivo feminista ha constatado que los Registros Civiles carecen de instrucciones para detectar las solicitudes fraudulentas de cambio de sexo registral. Además, con datos de un reciente informe sobre transiciones de género atendidas en el servicio público de Salud de Navarra, las feministas de Contra el Borrado de las Mujeres señalan el aumento de menores en las unidades especializadas de centros sanitarios y que estos no ofrecen información estadística cierta transparente por ocultar en muchos casos el sexo de las personas atendidas.

Mientras, el Gobierno de Pedro Sánchez procura ignorar las frecuentes polémicas y escándalos por los efectos de su política sobre este asunto plasmada en la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI. Del mismo modo que silencia la 'cancelación' sufrida por Karla Sofía Gascón después de recibir en junio el premio Reconocimiento Arcoíris de manos de los ministros Grande Marlaska, Alegría y Redondo, los ministerios de Sanidad o de Igualdad no se han pronunciado hasta la fecha sobre las jornadas formativas en salud transgénero en un hotel de la selecta urbanización Nueva Andalucía.

La ministra Redondo, la más concernida por la Ley trans aprobada durante el mandato de Irene Montero, publicita en estas fechas un estudio sobre la situación de las personas LGTBI+ con discapacidad. Se trata de un trabajo conjunto con el Ministerio de Derechos Sociales que ocupa 229 páginas sin valor estadístico riguroso. Con una metodología consistente en revisión de publicaciones, 50 entrevistas a personas LGTBI+ con discapacidad, un seminario  y un grupo de discusión, añade el resultado de 420 encuestas sin ficha técnica sobre sus características.

El mismo Ministerio, a través del Instituto de las Mujeres acaba de lanzar, de la mano de Redondo, Línea OIM, una “herramienta digital para combatir el sexismo en los medios, la publicidad e internet”. Se trata de una app específica para denunciar ante el Observatorio de la Imagen de las Mujeres contenidos sexistas o vejatorios hacia las mujeres. La aplicación está diseñada para “identificar y reportar”  con todo tipo de detalles mensajes de ese cariz en medios de comunicación, publicidad, redes sociales, manifestaciones artísticas, etc. Se trata de una herramienta de denuncia que recuerda la del espionaje lingüístico de la Plataforma per la Llengua sobre comercios y otros locales en Cataluña.

Una tercera iniciativa del departamento de Igualdad en estos últimos días ha sido la presentación de otro estudio titulado 'Autopercepción de la imagen de las mujeres en los nuevos entornos digitales', que dibuja un panorama hostil hacia la igualdad de la mujer en la sociedad española actual.

El informe, realizado con la participación de seis grupos focales y 1.608 encuestas de las que tampoco se ofrece ficha técnica, mantiene que la igualdad está retrocediendo y entre las causas de esa situación tan negativa para los derechos de las mujeres incluye algo semejante a las quejas de Sánchez sobre el llamado 'fango mediático'. “En un contexto donde el discurso de odio y la desinformación se han propagado con rapidez -dice- el feminismo es más necesario que nunca (…) La proliferación de bulos y narrativas reaccionarias no solo distorsiona la realidad, sino que también legitima violencias y refuerza estereotipos que perpetúan la desigualdad de las mujeres”.

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