Susana Vázquez es Policía Local en Coslada y una apasionada del atletismo. Sin embargo, se ha hecho "viral" en redes por compartir su embarazo a los 50 años. Cada semana mostraba a sus seguidores cómo llevar una vida activa durante el periodo de gestación. Esta decisión hizo que recibiera muchas críticas que le advertían sobre posibles riesgos para ella y su bebé. Sin embargo, Susana siempre ha sostenido que, siguiendo las recomendaciones médicas y tomando las precauciones adecuadas, es posible mantener una actividad física de alto rendimiento de forma segura.
En España se ha disparado el número de mujeres que deciden retrasar la maternidad hasta los 50. Una tendencia que se mantiene y va en auge, tal y como demuestran los datos de estimación de nacimientos que publica mensualmente el INE y en los que se puede conocer la edad de la madre en el momento del parto.
Según los últimos datos publicados, en julio de 2024 nacieron 43 bebés de madres de más de 50 años. El récord anterior se alcanzó en marzo de este año con 34 bebés, superando la marca anterior de julio de 2023, que fue de 32 bebés.
La legislación sobre reproducción asistida, que se enmarca dentro del Real Decreto 14/2006 establece que la edad mínima para poder someterse a este tipo de procedimientos es de 18 años, sin embargo hay "un vacío legal" en torno a la edad máxima. "Lo único que indica dicha ley es que la mujer que se someta al proceso debe tener una posibilidad razonable de éxito y que el tratamiento no deberá suponer un riesgo grave para su salud física. Aunque no hay una edad máxima legal, sí que hay un consenso de las sociedades científicas (como la SEF, que es la Sociedad Española de Fertilidad) en el que se recomienda no hacer tratamientos a mujeres mayores de 50 años" indica la doctora Alicia Maqueda, adjunta a la dirección médica del centro CIRH.
En la sanidad pública, en cambio, sí existe dicho tope. La edad máxima para que el Sistema Nacional de Salud cubra los costes de dicho procedimiento es 40 años, a excepción de la Comunidad de Madrid donde en 2022 lo ampliaron hasta los 42 años.
De los 5.000 a los 20.000 euros: el coste de quedarse embarazada a los 50
La fertilidad natural a los 50 es extremadamente baja, por lo que muchas mujeres recurren a otras opciones para quedarse embarazadas. El coste puede variar considerablemente dependiendo del método de reproducción asistida que se utilice, así como del centro de fertilidad o clínica que se elija. Lo más habitual en mujeres de 45 años es la fecundación in vitro por ovodonación, es decir, un tratamiento de fecundación in vitro con un óvulo donado de una mujer más joven. "En estos casos los precios pueden ir de los 9.000 euros en adelante. Aunque dependerá de la clínica y del tipo de condiciones que se ofrezcan", indica la doctora Maqueda. También se puede dar el caso de que la paciente hubiera congelado óvulos propios con anterioridad y estos puedan ser utilizados para el proceso de fecundación. En este caso el coste sería menor.
Otra de las opciones es acudir a un banco de embriones. "En estos casos el precio es menor que con la ovodonación. Los embriones del banco provienen de pacientes que se han sometido a tratamientos y han donado los embriones sobrantes. El problema es que no todos los embriones del banco tienen hecho un estudio genético de sus progenitores porque actualmente dicho estudio no es obligatorio en las pacientes que hacen tratamientos", explica la doctora.
Riesgos en el embarazo tardío
La gestación es un proceso no exento de riesgos que requieren ser analizados cuidadosamente antes de tomar la decisión de embarcarse en la maternidad a dicha edad. "A partir de los 45 existe un aumento en la incidencia de diabetes, hipertensión arterial, partos prematuros y otras complicaciones postparto si se compara con mujeres más jóvenes, por eso es necesario un estudio médico más exhaustivo en estas mujeres antes de iniciar cualquier tratamiento", señala la doctora Maqueda.
Además de los riesgos físicos, las mujeres que deciden quedarse embarazadas a los 50 años pueden enfrentar desafíos emocionales y psicológicos. La crianza de un hijo a una edad más avanzada implica gestionar no solo las exigencias físicas del embarazo, sino también las demandas a largo plazo de criar a un niño durante las etapas importantes de su vida.