España

De maletines, “tartas” y “obritas” de la Gürtel

La declaración de José Luis Peñas, el exconcejal de Majadahonda que denunció la existencia de la trama, ha servido para conocer hasta qué punto Francisco Correa y su red estaban infiltrados en el PP. Ha hablado de maletines con dinero en efectivo, del reparto de la "tarta" de las mordidas y de "obritas" a cambio de coches de lujo. Un relato de corrupción muy creíble.

  • El exconcejal del PP en Majadahonda José Luis Peñas (i), conocido como el delator de la Gürtel, a su llegada esta mañana a la Audiencia Nacional en San Fernado de Henares

José Luis Peñas, el hombre que destapó la Gürtel, es un tipo afable. Siempre vestido con polos de colores llamativos, se pasea por el hall del edificio donde se celebra el juicio por la primera etapa de la trama dispuesto a hablar con todo aquel que se le acerque, ya sean abogados, otros imputados periodistas… Bueno, con todos no. Salvo con Francisco Correa, el cabecilla de la trama. Una enemistad mutua que este último no ha ocultado durante las ya 24 jornadas que se han celebrado de la vista con miradas inquisidoras y comentarios a media voz en los que siempre se refiere al delator de manera despectiva como “Peñitas”. Después de oírle declarar este martes -y 13-, seguro que la actitud de ‘Don Vito’ no cambiará, porque si hay alguien que ha sido retratado perfectamente por el que fuera concejal de Majadahonda ha sido precisamente él… y no especialmente bien. Al fin y al cabo, José Luis Peñas, el hombre que con sus grabaciones ha conseguido sentarle en el banquillo, lo ha dibujado como un personaje “sin conciencia de lo que es un cohecho o una malversación”, siempre dispuesto a hacer “un business” como fuera. Y, sobre todo, como una persona con un enorme poder en Génova por su cercanía con el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, que hacía que “congresistas y senadores se apartasen a su paso”. Era el capo de una trama en el que había “maletines con cash”, trozos de “tarta” a repartir entre intermediarios y el propio partido, y “obritas” que adjudicar a cambio de vehículos de lujo.

El delator de la Gürtel se ha mostrado durante las más de cuatro horas en las que ha estado declarando en la sesión de la mañana de este martes como un hombre tranquilo, seguro, con buena memoria y, sobre todo, dispuesto a mantener sin desviarse un milímetro de lo que viene contando ante la Policía y la Justicia desde finales de 2007, cuando denunció la existencia de una trama encabezada por Correa. Ha descrito cómo inició sus grabaciones, los precarios recursos tecnológicos con lo que los hizo y, también, el “miedo” que pasó, sobre todo cuando Correa le citó semanas después de que él ya hubiera acudido a la UDEF y temió que ‘Don Vito’ se hubiera enterado gracias a sus contactos del paso que había dado. Son, precisamente, esos contactos del cabecilla de la trama al más alto nivel del PP los que han centrado una buena parte de sus respuestas.

“La gente se apartaba cuando él [Correa] pasaba, congresistas, senadores…”

Así, tras detallar que Correa era “el jefe de todo el aparato, quien llevaba la nave con pulso firme”, recalcó que era “importantísimo en el Partido Popular” y que sin pertenecer al mismo tenía “mucho poder” precisamente por estar “a la derecha del señor presidente”, en referencia a Aznar. De hecho, ha recordado en un par de ocasiones que estuvo invitado en la boda de la hija de éste con Alejandro Agag. “La gente se apartaba cuando él [Correa] pasaba, congresistas, senadores…”, ha dicho.

Correa conseguía que los negocios le salieran “redondos” y que a los actos organizados por el PP como partido le siguieran los pelotazos en ayuntamientos 

Peñas ha insistido en que con estas “amistades”, Correa conseguía que los negocios le salieran “redondos” y que a los actos organizados por el PP como partido le siguieran los pelotazos en ayuntamientos gracias a su intermediación, los tejemanejes de facturas falsas y un entramado societario fuera de España. Todo ello, para hacer los “business”, como el delator ha recordado que a Correa le gustaba referirse a sus negocios, por los que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa. 

No tenía conciencia de delinquir

“No tenía conciencia de delinquir”, ha añadido antes de hablar de una metafórica “caja de zapatos” donde ‘Don Vito’ guardaba ese “3%” que se reservaba de todos los amaños en los que participaba. Era “su mentalidad”, ha destacado antes de comenzar a detallar como trataba -y controlaba- a los alcaldes de las localidades madrileñas de Arganda, Majadahonda, Boadilla del Monte y Pozuelo de Alarcón, los otros grandes perjudicados de la sesión de hoy.

Así, de Jesús Sepúlveda, el regidor de este último municipio y exmarido de Ana Mato, ha recordado que Francisco Correa se sintió engañado por él ya que le regalaba viajes y vehículos de lujo a cambio de contratos municipales que finalmente no le llegaban. “Dame una obrita y yo le doy un Range Rover”, llega a decir Don Vito en una de las grabaciones que se han escuchado este martes durante la vista. No mucho mejor parado ha salido el entonces alcalde de Boadilla del Monte, Arturo González Panero, ‘El Albondiguilla’, del que recordó que Correa lo grabó en vídeo sentado a una mesa repleta de dinero para poder chantajearle porque no le daba las adjudicaciones que quería. “Era su modo de actuar cuando no conseguía las cosas”, ha añadido Peñas. En este sentido, ha destacado que la estrategia de Correa en los Consistorios era siempre la misma: “Su idea era tener una excelente relación con el alcalde y a partir de ahí obtener lo que quiere”. A la vista del dinero que conseguía, no le funcionó mal el sistema. El problema surgió cuando de “la tarta” de las comisiones cada vez llegaba menos dinero “al partido” porque el propio Correa y los alcaldes se quedaban con pellizcos cada vez mayor.

"Los cabrones de Génova"

Mejor parado de la declaración de José Luis Peñas ha salido Luis Bárcenas. El exconcejal de Majadahonda ha reconocido que oyó hablar de él a Correa en varias ocasiones, entre ellas en esa célebre conversación que grabó en la que este último presume de haberle “llevado a casa y a Génova 1.000 millones”. Poco más. Para el delator, el extesorero del PP era simplemente alguien que formaba “parte de un grupo” dentro de la formación política que estaba impidiendo a la trama Gürtel “trabajar en el partido” y a los que ‘Don Vito’ se refería siempre como “los cabrones de Génova”. Eso sí, ha insistido que él, en ningún caso, escuchó referirse a su compañero de banquillo como ‘Luis el Cabrón’, el apelativo que puede costarle a Bárcenas unos cuantos años de cárcel si finalmente el Tribunal se lo adjudica a él. Porque ese ha sido otra de las características de la declaración de Peñas: no salirse de lo que sabía y conocía de primera mano. Precisamente por ello, el hombre de los polos de colores llamativos, al que la Fiscalía Anticorrupción le pide pese a su fundamental colaboración más de seis años de cárcel, sigue siendo un tipo afable, que se lleva bien con todo el mundo… Menos con Correa, el hombre de los maletines, el reparto de la tarta de las ‘mordidas’ y las “obritas” a cambio de vehículos de lujo.

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