Tras la escalada soberanista de CiU, Gobierno y PP ven con profunda preocupación el mapa político que pueda configurarse en el País Vasco tras las elecciones autonómicas del día 21 del próximo mes, hasta el punto de que los populares de Antonio Basagoiti estarían dispuestos a facilitar la investidura del peneuvista Iñigo Urkullu, según ha podido saber Vozpópuli. Por Urkullu pasa la única aritmética posible para la formación de gobierno si nos atenemos a los sondeos sobre intención de voto. PSE y PP no volverán a sumar los suficientes apoyos para hacer posible que el socialista Patxi López vuelva a ser lendakari, de tal modo que la iniciativa corresponde, siempre según esas encuestas, al líder nacionalista.
Si Bildu consigue ser la segunda fuerza política de Euskadi -plaza que le disputa en estos momentos el PSE- podría darse una alianza del PNV con los abertzales, y es ahí cuando se le encienden a Moncloa todas las luces de alarma. Urkullu podría pactar también con el PSE en una fórmula de colaboración más que ensayada en el País Vasco y que parece la más factible o, incluso intentarlo con el PP. Puede sonar a ciencia ficción, pero los nuevos soberanistas de CiU, con Artur Mas a la cabeza, dependen en el Parlament de los apoyos que le dispensa el PP de Alicia Sánchez Camacho.
En principio, desde el PP creen que el PNV podría preferir gobernar en solitario tejiendo alianzas a un lado u otro según la naturaleza de la cuestión a tratar: los asuntos identitarios con Bildu, las políticas sociales con el PSE y los temas fiscales con los populares. Pero el PP aspira a jugar un papel de moderación para evitar que el nacionalisno vasco se eche al monte y antes de que eso ocurra, Urkullu debería someterse a una votación de investidura. El candidato del PP ya ha lanzado distintos cantos de sirena a Urkullu. Lo hizo en los documentos que se debatieron en el último congreso de los populares vascos y lo volvió a hacer en una carta que le remitió a él y a Patxi López en la que proponía "blindar los avances logrados y garantizar los pasos firmes hacia la convivencia" al tiempo que les proponía "defender el camino recorrido por encima de otros intereses partidarios".
La gente de Basagoiti sabe que es una apuesta arriesgada que chirriará a muchos de sus correligionarios, no tanto en el País Vasco, como en otras zonas de España incluso entre algunos miembros del organigrama popular. Ya han tenido que emplearse a fondo con el "caso Bolinaga" manteniendo encuentros discretos con representantes de asociaciones de víctimas del terrorismo para convencerles de que no hay un cambio de estrategia en la lucha antiterrorista ni se sigue ninguna "hoja de ruta" supuestamente diseñada por el anterior gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Así al discurso que pronunció Rajpoy el pasado martes en Bilbao con motivo del XV aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco se unen distintas entrevistas que ha mantenido Basagoiti en Madrid con víctimas otrora muy próximas al PP.
Basagoiti señala que los votos del PP servirán "para que Bildu no gobierne y para defender la idea de España"
Existe, sin embargo, otra alternativa que el gobierno no descarta: que el PSE ensayara con los aberzatles un Gobierno de coalición al modelo del fallido tripartito catalán. Si Bildu se convierte en la segunda fuerza política del País Vasco, todo es posible.
Pero, mientras tanto, la precampaña prosigue y Basagoiti acusó ayer a Urkullu de disfrazar se de "moderado" a pesar de haber iniciado la una senda independentista similar a la del ex lendakari Juan José Ibarretxe. "Que nadie crea que el PNV es un partido moderado", dijo en una entrevista en Cope recordando que el ex lehendakari Juan José Ibarretxe también se presentó a las elecciones asegurando que no pactaría con Batasuna "y que no iría a la independencia", dos cuestiones que no cumplió. A continución desgranó el que va a ser el eje de su mensaje en esta campaña: que sólo el PP puede parar el independentismo. "Todos los votos del PP servirán para que Bildu no gobierne y para defender la idea de España", dijo. Para ello "es crucial" que los populares obtengan un buen resultado el 21 de octubre, que gane en Álava, y tenga fuerza suficiente en el Parlamento para que el País Vasco vaya por la senda de la "tranquilidad" en lugar de por "la de Ibarretxe o la Diada".