Resulta que Jaume Roures, el multimillonario dueño del grupo Mediapro, aquel as que se sacó Zapatero de la manga para montar un grupo mediático capaz de acabar con la hegemonía de Prisa mediante un regalo llamado La Sexta, ha encontrado tiempo en su ajetreada vida de gran capo –nada menos que 70 cargos en las distintas sociedades de su conglomerado audiovisual- para ponerse detrás de la cámara y dirigir el documental titulado “Las cloacas de Interior”, que el pasado 28 de junio el aludido presentó en el cine Aribau de Barcelona al lado de Jordi Évole, ese pedazo de Tom Wolfe capaz de descubrir a estas alturas el nuevo periodismo.
Como habrán adivinado, la cosa va de la “guerra de comisarios” que se ha venido desarrollando en el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) entre comisarios buenos y decentes, que los hay, y comisarios sinvergüenzas, que también, durante el mandato de ese lamentable personaje que ha sido Jorge Fernández Díaz -un hombre que antes de alcanzar el estrellato al lado de Mariano Rajoy estuvo al servicio de Jordi Pujol durante años- al frente del ministerio del Interior. El eje argumental de la “peli” son los artículos que los periodistas Patricia López y Carlos Enrique Bayo han venido publicando en los últimos meses en el diario digital publico.es, también propiedad del “probe” Roures y claramente alineado en la defensa de las tesis de Podemos.
Plato fuerte de la operación Roures son los audios, grabados al inefable Fernández Díaz en su propio despacho, entre el entonces ministro y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, en los que se habla de una supuesta conspiración para perjudicar a los Pujol y, por extensión, a los intrépidos capitanes del famoso prusés independentista. Los audios fueron publicados por publico.es en vísperas de las elecciones generales del 26 de junio de 2016, con el ánimo evidente de influir en el resultado de la consulta.
El astuto Roures tenía otros planes: manipular las declaraciones de Martín Blas, Barrado y compañía para componer un mosaico destinado a exculpar judicialmente al clan Pujol
Resulta que como destacados “extras” en la película del millonario progre participaron el comisario, jubilado el pasado mes de abril, Marcelino Martín Blas, durante años responsable de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía y enemigo declarado del famoso José Villarejo, el hombre que encarna como pocos eso que se ha dado en llamar “las cloacas de Interior”. Igualmente participó el también comisario Jaime Barrado, igualmente jubilado e igualmente “víctima” de Villarejo, además de un sargento de la Guardia Civil.
Todos esperaban un documental centrado en la denuncia de los excesos, intolerables en términos de Estado de Derecho, cometidos por los comisarios de la cloaca, pero parece que no. Resulta que no. Porque el astuto Roures tenía otros planes: sencillamente manipular las declaraciones de Martín Blas, Barrado y compañía para componer un mosaico destinado a exculpar judicialmente al clan Pujol, empezando por el patriarca don Jordi, mediante el artificio de situarlos como víctimas de una operación de guerra sucia orquestada desde las cloacas del Estado español. De Roures siempre cabe esperar lo peor, sobre todo si se trata de hacer daño a España.
Martín Blas se siente manipulado
La exculpación judicial de Jordi Pujol y su famélica legión, y también del proceso independentista entero, con su delfín Artur Mas, otro pobre de pedir, a la cabeza. Y, como no podía ser menos, Marcelino Martín Blas se ha sentido estafado por los intereses torticeros de Ruores y compañía. “Estuve en el estreno del cine Aribau y salí horrorizado”, asegura un periodista barcelonés a este diario. “Porque los autores de la filmación aprovechan los bien intencionados comentarios de policías y de todo tipo de gente para, vía manipulación del guion, dar doctrina antisistema y en favor de Podemos y de los independentistas. El típico producto Roures”.
“A mí me llamó la periodista Patricia López para que participara en ese proyecto, me insistió mucho, y tras pensármelo no poco le dije que sí, no sin antes aclarar y asegurarme de que se trataba de denunciar lo ocurrido en las cloacas de Interior, con ánimo de sanear la Policía y de expulsar de ella a quienes han hecho todo tipo de negocios prevaliéndose de su condición de policías”, sostiene el aludido. “Es evidente que no ha sido así y me siento manipulado”.
Hay gente que no aprende o que no sabe con quién se juega los cuartos. Al avispado Roures parece habérsele escapado, sin embargo, el pequeño detalle de que fue precisamente Martín Blas quien consiguió la prueba documental de las cuentas que una parte de la familia Pujol tenía en la Banca Privada de Andorra (BPA), cuya difusión por El Mundo el 7 de julio del 2014 provocó que, días después, Jordi Pujol confesara la existencia del tesoro escondido por la familia en paraísos fiscales, arruinando así su prestigio y el de todo el clan. Leído al pasar en un digital nacionalista: “Ante la negativa de los grandes canales españoles a hacerlo, TV3, IB3 y ETB emitirán conjuntamente el documental de Mediapro en los próximos días”. Maravilloso.