El Gobierno no aclara si Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, cuenta con su propio gabinete de comunicación profesional dependiente de la estructura jerárquica de Moncloa. El alegato que Gómez leyó en la Asamblea de Madrid en la comisión de investigación fue supervisado por su letrado, el exministro socialista Antonio Camacho. Fuentes socialistas apuntan a este diario, además, que pudo contar con asesoramiento de profesionales de la comunicación. Fuentes oficiales aseguran desconocer si la mujer del presidente del Gobierno cuenta con tal equipo a su disposición.
Lo cierto es que Presidencia del Gobierno pone al servicio de la familia del presidente una serie de asesores, pero estos, en principio, no pasan de labores de intendecia, como recepción de correspondencia o desplazamiento a algún acto, según explica un exjefe de gabinete de Presidencia a este diario. Nada que ver con la posibilidad de que pueda haber recursos del Ejecutivo destinados a preparar políticamente a los llegados del jefe del Ejecutivo.
El propio Sánchez es plentamente consciente de que su mujer carece de las herramientas de la política para defenderse, puesto que no es una política profesional. No cuenta, a priori, con el respaldo de una organización ni tampoco con los espacios públicos para hacer valer su posición o sus razonamientos. Y así lo dijo el propio presidente en alguna que otra alocución cuando se pensó dimitir por el caso que afecta su pareja. Por eso, el despliegue de Moncloa durante su comparecencia en el Parlamento madrileño fue sorprendente. Llegó a la sala acompañada de todos los diputados del PSM cuyo líder notificó a Sánchez que todo había ido bien y que había visto a Begoña Gónez “muy tranquila, muy seria, muy solvente”.
La imagen que trasladó en la comisión fue profesional. Nadie pone en duda su propia capacidad profesional para comunicar. No por casualidad se ha dedicado durante durante 25 años a desarrollar estrategias empresariales en el sector privado, especialmente en el tercer sector. Pero no es menos cierto que su declaración ante los diputados autonómicos de Madrid contuvo citas que el propio Pedro Sánchez ya ha verbalizado en varias ocasiones a la opinión pública: "La verdad, más pronto que tarde, pondrá las cosas en su sitio".
Y eso es lo que hace pensar que contó con la asistencia de los servicios de persuasión que trabajan en Moncloa. Esta circustancia alimenta la tesis de que Begoña Gómez ha podido valerse de algunos 'fontaneros' de Moncloa para realizar tareas por las que no desempeñan oficialmente. De hecho, a la Asamblea de Madrid se desplazó este miércoles el director de Asuntos Institucionales de Presidencia para acompañar a la mujer de Pedro Sánchez. En cualquier caso, Pedro Sánchez decidió usar a su mujer políticamente. El día que escribió su primera carta a los españoles lo hizo patente.
Y no ayuda nada el hecho de que trascendiera que, muy probablemente, el presidente del Gobierno conociera la condición de imputada de su mujer desde dos días antes de redactar la primera misiva que publicó el pasado 24 de abril. Desde entonces, el lider socialista ha intentado convertir en virtud su talón de Aquiles y utilizar el caso que afecta a su mujer como un arma política para movilizar a sus votantes. Y hasta para legislar, porque su premura en acotar los bulos y la desinformación nace con el estallido del caso. Moncloa reitera una y otra vez que las informaciones que afectan a la mujer del presidente están sustentadas en bulos de pseudomedios.
Begoña Gómez es objeto de escrutinio por su papel en el sector de la consultoría y de las relaciones empresariales. La señal de alarma saltó cuando trascendieron encuentros suyos con algunos empresarios salpicados en tramas supuestamente corruptas bajo investigación judicial, lo que ha suscitado preguntas sobre posibles conflictos de interés. No obstante, hasta el momento no existen pruebas concluyentes de que haya utilizado la Moncloa u otros recursos oficiales para beneficiar su actividad profesional. Pero será el juez titular del juzgado de instrucción número 41 de Madrid, Juan Carlos Peinado, quien lo determine.
