El Gobierno ha dado orden de reforzar el perfil de izquierdas de Salvador Illa ante el estancamiento del PSC en las encuestas. Las elecciones catalanas del 14 de febrero han provocado el terremoto en el seno de la coalición PSOE-Podemos por abanderar la reforma del Código Penal para suavizar los delitos relacionados con la libertad de expresión, según explican fuentes socialistas a Vozpópuli. Moncloa cree que el candidato del PSC tiene poco margen de mejora por el espacio de Ciudadanos, y busca nuevos votos en el caladero de En Comú Podem para lograr una victoria en las urnas que cada día se complica más.
La propuesta para modificar el Código Penal ha tensionado el Gobierno en las últimas horas. Podemos acusa al PSOE de traición por, dicen, haberles arrebatado el anuncio de mala manera en la noche del lunes. La formación morada quería convertir este reforma en una de sus banderas en la recta final de la campaña catalana. El encarcelamiento del rapero Pablo Hasél ha tenido un fuerte impacto en Cataluña, donde se han producido las movilizaciones más numerosas en contra de su condena. Y fuentes de la formación morada quieren apelar a ese voto más joven en Cataluña para mejorar sus expectativas electorales.
Justicia se adelanta a Podemos
Pero el Ministerio de Justicia se adelantó a Podemos con una breve comunicación. La formación de Iglesias ha registrado su propuesta por vía parlamentaria este martes sin el PSOE. La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha dicho que se trata de un proyecto de Justicia. Y ha enmarcado el rifirrafe entre socios en la contienda electoral en Cataluña.
Pero no solo Podemos, que se mueve en una horquilla de escaños baja de entre ocho y nueve escaños. También el PSOE está inmerso en esa guerra. Los últimos sondeos reflejan un estancamiento de Illa entre los 31 y los 33 diputados. La victoria, según los trackings de los propios partidos, está en un pañuelo entre el PSC, ERC y Junts per Catalunya. La lectura que hace Moncloa es que el candidato socialista ya no arrastra más voto de Ciudadanos, al que le ha arrebatado al menos la mitad de los apoyos que tuvo Inés Arrimadas hace cuatro años.
Uno de los problemas que tienen el PSC y otras formaciones constitucionalistas es la baja participación prevista. Las estimaciones sitúan la abstención por encima del 40%. La pandemia del coronavirus y la escasa movilización del electorado está penalizando a Illa y a los candidatos del PP y Ciudadanos, fundamentalmente. Montero ha animado este martes a los catalanes de acudir en masa a las urnas desde la mesa del Consejo de Ministros.
Illa aparca el perfil moderado
La única manera de crecer, dicen estas fuentes, es por la izquierda. Y el PSOE se ha lanzado a reforzar ese espacio, en el que compite con la coalición de Iglesias y Ada Colau. En esa estrategia se enmarca la pelea por capitalizar la reforma del Código Penal. Y el diseño de esta última semana de campaña.
Illa ha pasado de explotar su perfil más centrado a explorar unos terrenos que le disputa Podemos y otras formaciones de la izquierda independentista. El feminismo es casi el eje único de la campaña de Illa en los últimos días, en los que el cabeza lista del PSC ha estado acompañado por la vicepresidenta Carmen Calvo y la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra.
Illa volverá a machacar esa idea el miércoles con el mitin “Hagámoslo. Mujeres por el cambio”, en el que también participará el presidente del Gobierno. Pedro Sánchez acudirá nuevamente a Cataluña para apoyar a su candidato después de haberse multiplicado en actos en Gerona, Lérida y Tarragona durante el pasado fin de semana.