"En Nigeria, el salario medio es de 100 euros; para una mujer nigeriana, los 200-300 euros al mes que se les promete pagarle a cambio de prostituirles en Italia son motivo suficiente para entrar en el juego de las mafias que tienen en Libia su gran epicentro", dice a Vozpópuli una de las personas que mejor conoce el 'negocio', ahora en el disparadero tras el runrún mediático generado por las peripecias del barco 'Open Arms'.
"Es cierto que la presencia de las ONGs en el mar es vista como una oportunidad de los traficantes para engañar a las personas y empujarlas a salir al mar e incluso estafarles, pero lo cierto es que para ellos, cualquier cosa es una oportunidad para empujar a la gente al mar y cobrarle por ello"; cuenta Giampaolo Musumeci, periodista con años de experiencia tratando con traficantes en el Mediterráneo que le valieron para escribir un libro, Confesiones de un traficante de personas. "Conozco casos de traficantes que han llegado a utilizar banderas europeas en altamar para hacer creer a la gente que han llegado a Europa y estafarles; paralelamente, se les extorsiona con mensajes a miembros de su familia; una vez que la persona entró en el círculo de la mafia, ya no hay vuelta atrás con los traficantes, todo vale para esta gente".
El negocio
Años de investigación y trato directo después le avalan para poner luz y taquígrafos a un negocio que tuvo primero en Grecia y después en Italia sus principales horizontes y del que por lo general se benefician empresarios europeos del transporte y pesqueros en los puntos calientes, con un negocio legal paralelo y ya con muchos años de experiencia en un sector que requiere "saber cómo y cuándo sobornar a qué policía y cómo acceder a armas para utilizar la violencia cuando sea necesario".
Todo ello se justifica por un negocio millonario "que se presenta como el de una agencia de viaje" al margen de cualquier impuesto. "Los precios varían según la ruta y el recorrido; no es lo mismo empezar el trayecto desde Ghana que desde Afganistán. Otro factor es que además también pueden prometer no ya llegar a Europa sino al norte del continente; y ello con una oportunidad de trabajo que suele ser esclavizante pero aún así más rentable que la vida anterior. Con la crisis de los refugiados, además, los precios crecieron; empezó a llegar gente que podía pagar más por los viajes. En promedio, podría decirse que cada migrante paga ahora entre 3.000 y 5.000 euros por el viaje", dice Musumeci. Atendiendo a su estimación, las mafias podrían generar al cabo del presente año entre 300 y 500 millones de euros.
Una cifra que entronca con la última oficial estimada por la Oficina Europea de la Policía (Europol), correspondiente al año 2015. La Europol ha estimado que en ese año, en el que más de un millón de personas cruzaron el Mediterráneo (coincidente con el 'boom' de la crisis de los refugiados sirios), el volumen del negocio pudo alcanzar los 6.000 millones de euros. En lo que va de 2019, y en contraste con el maremagnum mediático generado en España, la cifra de personas que cruzaron el mar apenas ronda los 50.000, el menor número del período desde 2015 en el que las cifras han caído año a año.
"Mientras la situación económica en los países de origen no mejore, la necesidad de la gente seguirá igualmente estando ahí y el negocio de las mafias seguirá, porque el ansia de una vida mejor es suficiente para ello. Seguirá habiendo un agujero con el que se lucrarán de forma millonaria las mafias mientras la Unión Europea no supere su actitud perezosa a la hora de ofrecer corredores humanitarios o algún tipo de vía legal para que esta gente pueda llegar a Europa", asegura este periodista.
Efecto llamada y de salida
"El problema, sin embargo, es que ignoran el 'efecto salida' y prefieren, quizá porque es más rentable desde un punto de vista político, centrarse en el 'efecto llamada'; está demostrado por ejemplo que la presencia de las ONGs en el mar no se correlaciona con más viajes".
En esa línea, Matteo Villa, del Instituto Italiano para estudios políticos internacionales (ISPI), ha estudiado la progresión del flujo migratorio en las costas libias desde el pasado 1 de enero de 2019 hasta el 20 de agosto, poniéndola en relación con la presencia de ONGs y la evolución de las condiciones climáticas. "La crítica de quienes sostienen que la extrema variabilidad de las salidas de Libia los haría 'impredecibles' no tiene fundamento. Las condiciones climáticas son cruciales (triviales, pero confirmadas); las ONG, no", afirma. Una conclusión similar a la alcanzada por dos investigadores de la Universidad de Oxford, Elias Steinhilper y Rob Gruijters, que en 2017 concluyeron que un mayor número de operaciones de rescate reduce las muertes pero "tiene poco o ningún efecto en el número de llegadas".
De acuerdo a un informe del ISPI, paralelamente, la gestión de Matteo Salvini - que implementó el bloqueo a cualquier asistencia - ha podido ser exitosa en reducir el número de llegadas pero provoca un aumento del número de muertos y desaparecidos en el mar.
Un informe de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) de 2017 advierte de que, en todo caso, el efecto llamada de un mayor número de equipos de rescate puede ser el de convertirse en un aliciente para que las mafias utilicen peores recursos en los transportes.
⛔️? ONG E PULL FACTOR (per nerd).
Tra l'1 gennaio e il 20 agosto, le partenze dalla Libia sono spiegate molto bene dalle condizioni atmosferiche (grafico a sinistra), ma NON dalla presenza delle Ong al largo delle coste libiche (destra).
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— Matteo Villa (@emmevilla) August 22, 2019
"Las mafias aprovechan cualquier oportunidad, pero las ONGs tienen que estar porque si no, habría más muertes. Como probablemente ahora esté sucediendo en España, en Italia se han difundido supuestas pruebas sobre la connivencia entre ONGs y las mafias. La realidad es que hasta tres fiscales distintos han abierto investigaciones contra ONGs por ese motivo pero ninguna ha llegado a ningún resultado", dice Musumeci.
"Nosotros tenemos pruebas y por eso hemos presentado a la Fiscalía una denuncia contra el Open Arms", asegura a este medio el diputado de Vox e infante de Marina, Agustín Rosety. "Es verdaderamente llamativa la capacidad que tienen estos barcos para 'encontrar' a gente a la que rescatar; de mi experiencia en el mar puedo decir que eso es imposible si no media un aviso de la otra parte".
20.000 muertos
"Llevamos más de 20.000 muertos en el Mediterráneo, se ve que nuestra eficacia para ponernos de acuerdo con las mafias es bastante dudosa", dice por su parte con ironía el presidente de Médicos Sin Fronteras en España, David Noguera.
"Se trata de gente que se echa al mar en busca de una oportunidad mejor y, muchas veces, ya víctima de un círculo de extorsión - las mafias operan una industria del secuestro de gente -, que, si no estuviéramos nosotros, probablemente quizá nunca supere el mar", incide, cargando contra el gobierno italiano.
"Nuestros barcos suelen operar con periodistas a bordo, se puede ver claramente todo lo que estamos haciendo", remarca Noguera, para luego salir al paso de las dudas sobre la financiación de la ONGs.
"El 99% de nuestra financiación viene de socios individuales. En España tenemos medio millón de personas que aportan lo que consideran oportuno. De media, aportan unos 15 euros al mes", dice el presidente de Médicos Sin Fronteras. "Nosotros consideramos que la postura de Europa en la materia no es la adecuada y por eso hemos renunciado a recibir cualquier subvención; hemos renunciado a 165 millones de euros en los últimos años en subvenciones por coherencia con aquello en lo que creemos".