SEVILLA. No podía haber Congreso Federal del PSOE sin que Emiliano García-Page discrepara de la línea oficial del partido. El presidente de Castilla-La Mancha ha aconsejado a sus compañeros que no ataquen a los jueces para defenderse de los escándalos que asedian a la dirección del PSOE. El barón socialista les ha pedido evitar descalificar a la Justicia porque, aunque cree que "es legítimo pensar eso hacia adentro", en público "es preferible no ocupar ese papel de víctimas".
"Es legítimo pensarlo y, si se piensa así, combatirlo, [pero] el victimismo es el último recurso de cualquier proyecto político", ha comentado Page. "Y no solo es el último recurso, sino que además, el victimismo puede tener algún entendimiento, puede tener una lógica, cuando va precedido de una dosis enorme de autocrítica", ha añadido tras la comida que ha mantenido con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el resto de líderes socialistas autonómicos. Y esa autocrítica ha brillado por su ausencia este sábado en Sevilla, donde se está celebrando el cónclave socialista.
Un partido político no deja de ser un colectivo humano. Y la cúpula socialista sabe que la mejor manera de cortar de raíz cualquier ápice de autocrítica, esa que puede cuestionar el poder del secretario general, es descorchar la champaña de la identidad y servirla en copas de emotividad. Nada como un burbujeante baño en las esencias de la organización para olvidarse de todo lo malo y de todo lo que pueda merecer reprobación. De eso ha ido toda la jornada de este sábado: de arengas de autodefensa ante el ataque del "tsunami raccionario" y sus "olas ultras" en forma de togas y medios digitales.
Page detecta fallas importantes en el argumentario socialista, porque no entiende que se ataque a una cúpula judicial que su propio partido ha pactado con el PP. Es más, recuerda con sorna que los jueces del Tribunal Supremo a los que su partido señala por organizar un complot contra Sánchez en la imputación del fiscal general son los mismos que confirmaron la sentencia contra los popualres como responsables civiles por el pago en negro de la obra de la sede de la calle Génova.
El presidente de Castilla-La Manca, además, no se atreve a poner la mano en el fuego por nadie en el escándalo de la filtración de los correos entre el abogado de la pareja de Isabel Díaz Ayuso y el fiscal Salto: "Te quemas seguro", ha espetado. Aunque ha mostrado su esperanza de que "todo quede esclarecido", sobre el papel de Moncloa, apostillando que espera que "no haya nada de lo que sentir vergüenza". Eso sí, ha querido reiterar su apoyo a Lobato en caso de que este aspire a presentarse a las primarias. Por último, al que le gustaría ver como líder del PSOE de Madrid tras su dimisión, aunque ha dicho que "eso depende de él": "Yo no me meto en ninguna otra federación, como tampoco quiero que se metan en la mía".
