Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se han casado este martes en el Museo Reina Sofía de Madrid. Ambos han firmado el acuerdo que les ata cuatro años más en caso de que el presidente en funciones logre un pacto con Junts que le permita permanecer en Moncloa. Aunque el líder socialista, por su alocución, ha dado por hecho que continuará a los mandos del país. Ni Sánchez ni Díaz han hecho alusión alguna Cataluña, a la amnistía o a la negociación con el expresidente Carles Puigdemont.
Y todo, según fuentes gubernamentales, porque lo que se ha presentado "es el corazón de la legislatura". Tampoco han permitido preguntas de la prensa para eludir el asunto que con tanto celo se guarda en el núcleo duro de poder de Pedro Sánchez. Cabe recordar que en el acuerdo que sellaron el PSOE y Unidas Podemos en 2019, sí se hizo mención a la situación en Cataluña: "Abordaremos el conflicto político catalán, impulsando la vía política a través del diálogo, la negociación y el acuerdo entre las partes que permita superar la situación actual".
Pero ahora, la única referencia velada al conflicto catalán la ha hecho la vicepresidenta segunda al citar el "acuerdo territorial" como uno de los ejes que vertebran el pacto entre socialistas y Sumar, de 48 páginas. Los dos se reunieron este lunes al mediodía para cerrar el pacto. Y ya, de madrugada, sus equipos negociadores cerraron los últimos flecos. La rebaja de la jornada laboral a 37,5 horas fue el que más se enquistó, porque Sumar quería aprobarlo por decreto y el PSOE, que no lo veía urgente, pretendía llevarlo al diálogo social, donde, en principio, terminará. También han pactado una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional para llevarlo al 60% del salario medio y con garantía de que no habrá pérdida de poder adquisitivo. Lo que abre la puerta a una vinculación al IPC.
Ni una ministra de Podemos
Pese a todo, el acuerdo elude entrar en materia. La redacción del documento es ambigua y no concreta medidas, aunque según el presidente del Gobierno suponen "más de 230" que persiguen "dar estabilidad, convivencia y progreso" al país y "sostenidas por el aval de la ciencia". En la firma ha estado presente la mayoría del Ejecutivo. Eso sí, ni una de las ministras de Podemos -Ione Belarra e Irene Montero- han estado en la ceremonia. Sánchez y Díaz han posado junto al resto de ministros y altos cargos ministeriales en el atrio del museo, con un jardín, antes de proceder a la firma.
"Es relevante no solo recordar lo que ha pasado sino lo que vamos a hacer los próximos cuatro años. Es relevante recordarlo, de verdad. Porque España cambió el rumbo hace cinco años tras una década de una respuesta fallida a una crisis financiera con una receta neoliberal que causó tanto sufrimiento y desafección", ha espetado el presidente en funciones. Moncloa espera que la firma del acuerdo con Sumar anime al resto de socios a cerrar también sus negociaciones. Precisamente, la falta de concreción del acuerdo permite al PSOE y a Sumar seguir negociando con el resto de partidos sin líneas rojas, vetos o medidas que torpedeen más pactos.
Díaz ha sido quien más entrado en materia sobre las medidas, obligada a colgarse la medalla para demostrar la utilidad de su partido en Moncloa. Pero todo ha sido un brindis a una nueva legislatura incierta: "Querido Pedro, casi siempre estamos de acuerdo, pero a veces no. Sé que lo único que nos mueve es defender a España y a sus gentes. Lo hemos hecho con grandeza y altura de miras. Y siempre encontramos una manera de seguir avanzando. Por todo ello, desde el primer decreto, te doy las gracias. Vamos a por más. Vamos a gobernar mejor", ha zanjado Díaz.
Todo parece indicar, según las fuentes consultadas en el Ejecutivo, que la negociación con Junts sigue enquistada. El plan de Moncloa era cerrar el acuerdo con Sumar el último. Una ministra dijo, en conversación con este diario, que dado que era el más sencillo, sería el que llegaría más tarde. Pero tres semanas después de que el Rey encargara a Pedro Sánchez buscar apoyos para ser investido, los nervios siguen instalados en Moncloa. Y en el PSOE. Tanto, que se han visto obligados a organizar la parafernalia del acuerdo con Sumar para provocar un efecto cascada que mueva a los socios de Sánchez. Especialmente a Puigdemont.
Mari loli
El gran problema de Sánchez es que si pone contentos a los comunistas que formarán parte de su gobierno como es Bildu, podemos y erc entonces tiene un choque frontal con los empresarios catalanes separatistas que están en junts. Pasas por los negocios en Cataluña y en las empresas catalanas se ven carteles de odio a todo lo que sea español, pero no les va a gustar nadita que dañen sus empresas y sigan cerrándose como está pasando con los socios erc que desgobiernan Cataluña. Se le pone duro a Sánchez convertirse en el MOLT HONARABLA PRASIDENT .
Mari loli
Los separatistas catalanes importantes son empresarios y le van a retirar el apoyo a este topo disfrazado que es puigdemont porque pedir la amnistía para investir a un gobierno con tintes comunistas y con leyes amenazantes para las empresas es algo que no haría nadie de derechas por nada del mundo, hundirá España, pero las elecciones catalanas las perderá, al tiempo, los catalanes no quieren cuento con el dinero, fama tienen de cuidadosos con el dinero
SANCAD
No sé si es intentar descalificar a VOX; pero es cierto lo del aquelarre comunista. A mediados de los años 70, los comunistas proetarras de toda España, interpretaban lo de Villalar de los Comuneros ( Bravo, Padilla y Maldonado), como una defensa contra el fascismo franquista, valorando las reminiscencias del pasado.
pacolo
La culpa la tienen los periodistas, ya que, no admite preguntas, pues no se acude a la rueda de prensa, y que sean Ellos los que lo difundan.