"La respuesta ya no puede ser el silencio". De esta manera, que suena a ultimátum antes de posibles acciones de mayor envergadura, los críticos de Podemos se han dirigido a la cúpula de Pablo Iglesias en un duro comunicado donde reclaman un "cambio de actitud" que "nos devuelva a una hoja de ruta estratégica encaminada a una victoria electoral". Pero hasta llegar a esta reivindicación, los firmantes reprochan a la dirección estatal toda una serie de actuaciones desafortunadas, tanto de puertas para dentro como hacia fuera. El escrito tiene el carácter formal de tratarse de una resolución del Consejo Ciudadano de Podemos Valdemoro y de su círculo municipal, que podría ser sometida a consulta entre las bases o derivar en la petición de una gran Asamblea extraordinaria, al estilo de la celebrada en Vistalegre hace casi un año.
El texto, que ya empieza a circular por las agrupaciones de Podemos, busca apoyos para "unirse en esta exigencia de cambio hacia la victoria". Un cambio que pasa, según los firmantes, por reconducir el rumbo y no consentir que los militantes sean tratados como "peones" o "meros elementos pasivos" por unos "especialistas" que trabajan sobre los temas y elaboran un "programa arbitrario, hecho a medida para servir a una línea política pre-establecida".
En esta reprimenda al entorno más cercano de Iglesias, el documento señala que la "dirección se refugia en su fortaleza" y "queda prisionera de sus muros" cuando intenta conseguir votantes a "cualquier precio", incluso "a costa de sacrificar la unidad popular". Esta corriente ya suscribió el pasado junio el manifiesto 'Abriendo Podemos', respaldado inicialmente por el secretario general de Podemos Aragón, Pablo Echenique, y otros 22 dirigentes autonómicos y municipales (luego se sumarían más cargos). Reclamaba concurrir a las generales a través de una "candidatura constituyente", esto es, una apuesta de unidad popular, al estilo de 'Ahora Madrid' y 'Barcelona en Comú', donde las siglas de Podemos no fueran un obstáculo.
Aquel manifiesto lo firmaron el secretario general de Podemos Valdemoro, Jorge Dodero, que concurrió el pasado 24-M en la lista de la formación morada en la Comunidad de Madrid, y María del Mar Bonilla, responsable del área de Extensión y Relaciones con la Sociedad y los Movimientos Sociales del Consejo Ciudadano de Podemos Valdemoro. Asimismo, este órgano de dirección municipal, del que ha salido la citada resolución reprobatoria cuentan en sus filas con Santiago Fernández Cabello, concejal de Ganemos en el Ayuntamiento valdemoreño.
Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración, el edil afirma en su biografía que fue en la universidad donde "aprendí a analizar y reflexionar el mundo de forma crítica, amén de compartir facultad y aula con compañeros de trinchera como Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa, Tania González, Pablo Bustinduy…" Todos estos miembros de Podemos, salvo Monedero, forman parte de la Ejecutiva de Iglesias, diana de los reproches que lanza ahora Podemos Valdemoro.
El texto reconoce que Podemos "ni siquiera" es todavía "una fuerza influyente" a nivel autonómico
En lo que supone un severo ejercicio de autocrítica, este círculo indica al eurodiputado que "no se han ganado las elecciones en ninguna comunidad autónoma, y salvo alguna excepción, ni siquiera podemos considerarnos una fuerza influyente". En este baño de realidad, el texto también precisa que "el mapa político no se ha alterado de forma notable, mucho menos reversible, ni el cambio aparece como inevitable, ni la posibilidad de victoria está en sus mejores horas".
Así, desde esta corriente aprecian un "viraje estratégico" en la dirección estatal de Podemos, que "al no reconocer explícitamente los errores cometidos cometido" y "manteniendo el mismo lenguaje previo al fracaso en las autonómicas", provoca una "enorme confusión", tanto entre los afiliados, activos o no, como en los votantes potencias, "lo que es más preocupante", subraya el escrito.
A la hora de explicar los motivos de tal "confusión", los críticos aluden a la política de alianzas que está siguiendo el equipo de Iglesias. Cuestionan que "se está negociando con otras organizaciones (a menudo, en secreto)" la formación de listas conjuntas de cara a las próximas elecciones generales "sin tener en cuenta en ningún momento a la ciudadanía".
Es cierto que el líder de Podemos ha mantenido "conversaciones informales" con el candidato de IU a la Moncloa, Alberto Garzón, para acercar posturas de cara a una posible confluencia en las urnas. Podemos dio su palabra de que informaría a sus simpatizantes de todo encuentro oficial con dirigentes de otras fuerzas políticas. Sin embargo, la cúpula de Podemos no considera tales conversaciones con Garzón ni "reunión formal" ni negociación y por ello no ha dado cuenta de las mismas a los inscritos en su formación.
Gestos propios de la "vieja política"
De momento, Podemos mantiene sus líneas rojas: ni siglas de IU en su papeleta ni primarias conjuntas. Mientras tanto, el propio Garzón, no sin generar revuelo interno en la coalición que dirige Cayo Lara, ha anunciado que se presentará en octubre a las primarias de 'Ahora en Común'. Esta plataforma ciudadana está integrada por díscolos de Podemos y cargos de IU y Equo.
Para el círculo de Valdemoro, esa forma de actuar de la Ejecutiva estatal "parece más el resultado de un contrato entre organizaciones que se conciben a sí mismas como 'propietarias' de una parte del electorado". Apuntan que esto es "vieja política" y "electoralismo sectario". Además, manifiestan que junto a ello existe una "desconfianza profunda y tenaz de la dirección frente a la gente (afiliada o no), a la que se pretende movilizar como parte de la maquinaria electoral, pero a la que se mantiene cuidadosamente al margen durante los procesos de decisión y planificación". A Iglesias se le acumulan los problemas.