Podemos anda caliente. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ignora las propuestas de su socio para paliar los efectos de la guerra en la economía española, menos expuesta, pero igualmente sensible a los vaivenes financieros de las bombas sobre Ucrania. Según confirman fuentes gubernamentales a Vozpópuli, ni el líder socialista ni nadie del Ministerio de Hacienda ha contactado con los morados para abordar las medidas del nuevo escudo social con el que los de Ione Belarra quieren proteger a las familias y a los pequeños empresarios de la crisis que ya está desencadenando la invasión rusa de la ex república soviética.
El resquemor del partido con Sánchez ha crecido este último fin de semana. Y todo porque Sánchez no se llevó a ni un solo ministro de Unidas Podemos a la Conferencia de Presidentes de La Palma. Es más, en Podemos se quejan de que aprovechó que la líder del espacio morado en el Ejecutivo, Yolanda Díaz, estaba de viaje oficial en Chile junto a la titular de Igualdad, Irene Montero, para anunciar el acuerdo con el PP en la bajada de impuestos.
Y es que esa rebaja de la fiscalidad ha pillado a Podemos a pie cambiado. El pasado viernes, antes de que arrancara la cita palmera, los de Ione Belarra presionaron al PSOE con medidas encaminadas a paliar los efectos de la guerra. Los morados ponen el foco en los beneficios de las compañías eléctricas, para las que han diseñado un "duro" recorte adicional de sus beneficios. De ellos, Podemos detrotraería alrededor de 5.700 millones para otorgar un cheque de 300 euros al mes a las familias con dificultades para pagar la luz.
Un intento de rebajar la tensión
Podemos intentó este lunes rebajar la tensión con el PSOE. Los morados aplaudieron este lunes el plan de bajar el IVA y otros impuestos para paliar los efectos de la crisis económica que está provocando la guerra. Pero Podemos repite por activa y por pasiva cuáles son sus líneas rojas. Y es que si se tocan los impuestos, se deben tocar aquellos que alivien a todos los ciudadanos y, además, se debe respetar la progresividad.
“Todas las medidas que contribuyan a aliviar la situación de la ciudadanía serán bien recibidas”, zanjó el coportavoz del partido, Pablo Fernández. Fuentes gubernamentales moradas inciden en esa idea. De esta manera, el PSOE devuelve a Podemos el golpe de la reforma fiscal. Los morados, nada más alumbrar el Gobierno la reforma laboral, presentaron en Madrid su plan de reforma fiscal sin esperar a las conclusiones del comité de expertos designado por Hacienda.
El sentir de Podemos es que si el PSOE intercedió en la reforma laboral, en la que la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, logró sentarse para conocer de primera mano qué se estaba negociando desde Trabajo, ahora ellos pueden presionar a los socialistas con la reforma fiscal que está cocinando la socialista María Jesús Montero.
La tónica habitual
El problema de la relación entre el PSOE y Podemos en Moncloa es que está basada en el recelo. Y más ahora que el socio menor nada a contracorriente en el asunto de la guerra pese a dar por zanjada la crisis que desató su rechazo al envío de armas a Kiev. Podemos sabía este lunes que el presidente Sánchez anunciaría alguna medida concreta sobre su plan para que la crisis bélica no se lleve por delante la recuperación económica.
Pero nada más. Los dirigentes morados lo sabían por mera intuición, no porque el lado socialista del Gobierno se pusiera en contacto con ellos. En verdad, según denuncian fuentes moradas, esa es la tónica habitual de la relación entre PSOE y Podemos en la sala de mandos de Moncloa. Ahora, los morados están intentando darle la vuelta a su imagen por el lío de la guerra.
El partido se está esforzando en dejar de lado su negativa al envío de armas y ofrecerse ante los españoles como el partido que trata de arrastrar al PSOE hacia sus posiciones para salvar al país de la crisis que viene. Podemos revive su particular modus operandi, según desgranan a este diario fuentes gubernamentales moradas: "Todo esto tiene una razón paralela. Nos posicionamos con una postura de máximos para presionar al PSOE. Luego tocará pelear con ellos y lo que logremos será nuestro éxito, porque no hay que olvidar que el PSOE no quiere ir más allá dada su alma neoliberal".