Podemos tiene un plan. El partido está obsesionado con demostrar su utilidad en el seno de la coalición y el decreto que alumbró este martes el Gobierno con las medidas para paliar los efectos de la crisis energética magnificada por la guerra de Ucrania es el último ejemplo. Por eso, pesos pesados del partido ya advierten de que piensan batallar con el PSOE para prorrogarlas lo máximo posible. Algo que les llevará a una dinámica similar a la del escudo social durante la pandemia.
En especial, la limitación extraordinaria de la actualización anual del alquiler, que hasta el 30 de junio impedirá subidas superiores al 2%. En verdad, ese ha sido uno de los grandes sellos del partido. Por eso, tanto su secretaria general, y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, como la líder del espacio en Moncloa, Yolanda Díaz, lo han reseñado como algo "histórico". El otro ha sido la prohibición del despido a las empresas que se agarren a la subida del precio de la luz como causa.
Pero lo cierto es que los morados no han logrado su gran objetivo, que era que las eléctricas fueran las que hicieran el mayor esfuerzo para aliviar los altos precios de la energía. Y eso, con este decreto, no ocurre. Nada más lejos de la realidad, porque las empresas eléctricas seguirán operando como venían haciendo desde octubre y solo se revisarán los contratos a largo plazo que se firmen desde la entrada en vigor del decreto de este martes. Pero claro, casi todos están firmados antes.
El 'truco' morado
Eso último es lo que los morados celebran como un recorte de los beneficios extraordinarios que mal llaman "caídos del cielo" de las eléctricas. "Esto ya se reguló a finales de 2021 pero de forma muy insuficiente y ahora se refuerza notablemente al extenderse al conjunto de los contratos bilaterales", zanja el partido en referencia a los acuerdos de venta directa entre un productor y un consumidor de energía.
Más allá de lograr algo más de agresividad contra las arcas de las eléctricas, lo máximo que se ha logrado para rebajar el precio de la luz es mantener las rebajas fiscales en el recibo hasta el 30 de junio, así como la reducción del IVA al 10%, la del Impuesto de la Electricidad al 0,5% y la suspensión del impuesto del 7% a la generación eléctrica. También se prorrogan los descuentos que se aplican en la factura eléctrica para los consumidores vulnerables y se amplía el bono social eléctrico a más de seiscientos mil hogares.
Podemos emprendió una intensa campaña para vender sus recetas ante la crisis energética que el conflicto entre Rusia y Ucrania ha agravado. No obstante, el partido alumbró un "nuevo escudo social y verde" tras su último Comité Ciudadano Estatal, su máximo órgano entre congresos, con todas las acciones que consideran prioritarias. La gran bandera era el ataque vía impuesto a los beneficios de las eléctricas, un guante que recogió la propia Díaz y con el que la titular de Trabajo se realineó con los suyos tras el divorcio del envío de armas a Ucrania. Pero ese impuestazo no está en el decreto.
Alivio por no ceder al PP
En Podemos estaba comenzando a causar inquietud el acercamiento de los socialistas a los populares en busca de ese gran acuerdo de Estado sobre el decreto de la guerra que les incluyera. Los morados temen cualquier foto con el PP, porque consideran que les desconectaría por completo de su electorado. "No entramos al Gobierno para dar el visto bueno a lo mismo que el PP", piensan en la cúpula.
Unidas Podemos, además, lleva varios días sufriendo la presión de algunos de sus principales aliados en el Congreso para que salgan del Ejecutivo. Sin ir más lejos, ERC les pidió que reflexionaran sobre su utilidad en el seno de la coalición. Eso sí, los morados reiteran por activa y por pasiva que no abandonarán La Moncloa. El propio entorno de la líder del espacio en Moncloa, Yolanda Díaz, lo trasladó a este diario: nada de salir porque la presencia morada es más necesaria que nunca en momentos de crisis.
En verdad, Podemos está atravesado en estos momentos por una gran incomodidad. En menos de un mes se ha tragado tres decisiones políticas del lado socialista del Gobierno que no comparte en absoluto: el envío de armas a Ucrania, el aumento del gasto en Defensa al 2% del PIB, como reclama la OTAN, y el alineamiento con la propuesta de Marruecos de autonomía para Sáhara que rompe casi medio siglo de neutralidad española sobre el asunto.
Es más, como adelantó Vozpópuli, fuentes socialistas dan por rota por la coalición, aunque esta no se salde con el divorcio. Y es que pese a que la posición morada dentro del Gobierno esté comprometida, los de Ione Belarra no saldrán de Moncloa. El decreto de Sánchez les ha dado algo a lo que agarrarse: su utilidad. Además, una de las grandes razones para no romper, según fuentes de peso del espacio confederal, es 'proteger' el liderazgo de Yolanda Díaz. Podemos quiere dejar claro que es útil justo cuando su líder, y tabla de salvación, está a punto de arrancar su "proceso de escucha".