José Luis Ábalos vuelve a llamar a la puerta del PSOE. El ex secretario de organización socialista insiste en ser readmitido en el partido al considerar que no ha manchado la imagen del partido. Y considera que su expediente de expulsión es "arbitrario". Es más, considera que la apreciación de que sus vínculos con la trama Koldo pueden haber perjudicado a la organización es "subjetiva".
Ábalos ha remitido un escrito de alegaciones, al que ha tenido acceso este diario, a la comisión ejecutiva federal para que proceda a resolver de una vez su caso y le ha recordado lo caduco del proceso que inició nada más trascender la trama. Además, el ex número tres socialista plantea a Ferraz que no puede pretender que siga sujeto a la disciplina de voto hasta su expulsión definitiva.
Ábalos reprocha a la dirección de su todavía partido “la gran indefensión” que asegura haber sufrido. Y todo, porque, opina, la sanción “prácticamente ya estaba decidida” sin que le hubieran notificado formalmente la apertura del expediente. El ahora diputado del Grupo Mixto no se siente respetado por el Gobierno tras el golpe que le asestó con la auditoría del ministro de Transportes, Óscar Puente que, grosso modo, le culpa de la eclosión del caso Koldo.
Lo cierto es que el PSOE asiste perplejo a la rebelión de su ex secretario de organización El exministro insinúa que el aparato socialista ha decidido enterrarle con esa auditoría para afianzar a la líder del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE), la titular de Ciencia y apuesta de Sánchez para liderar el partido, Diana Morant, ante un previsible resurgir del 'abalismo' en la Comunidad Valenciana.
Ábalos asegura que empezaba a contar con el apoyo de su partido, así como con la incomprensión de la mayoría por su destierro. El exministro cuenta aún con numerosos aliados en su federación, en la que ha militado durante décadas, así como en otras tantas, aunque la mayoría de sus fieles sobreviven aglutinados en otras corrientes. El entorno del ministro Puente, no obstante, se lava las manos y desecha la teoría de la venganza política.
Cabe recordar que hasta ahora, el exministro ha votado alineado con sus excompañeros en todas las cuestiones trascendentes para los socialistas: desde la amnistía hasta la renovación del Poder Judicial. Es más, hasta apoyó la toma en consideración de la iniciativa para sancionar a los clientes de la prostitución y a los proxenetas. Y eso que no lo veía con buenos ojos por ser un "tema de moralidad". Pero ahora todo puede cambiar, ya que asegura que su voto tiene que tener como precio respeto.