El comisario jefe de la brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña ha declarado este lunes en el Tribunal Supremo como testigo en el juicio del procés donde se ha detenido en detallar los seguimientos a los que fueron sometidos por parte de los Mossos d’Esquadra el 1-O. Ha citado la existencia de un comunicado interno en ese sentido y ha cifrado en 271 los avisos que a través de su radios compartieron para dar cuenta de las posiciones de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
“Rotundamente sí, estaban haciendo seguimientos a nuestras unidades”, ha denunciado este mando de la Policía, quien se ha referido no sólo a la apreciación de los agentes sobre el terreno, sino también a un documento redactado en el Centro de Coordinación Central (CECOR): ”Tuvimos acceso a una documentación en la que había un comunicado del CECOR Central en el que a las 8.15 horas se difundía una instrucción para que se comunicara cualquier movimiento de la Policía y la Guardia Civil”.
Ha comentado que llegaron a la fecha desconfiando de los Mossos y que en las jornadas previas tanto la Policía como la Guardia ya manifestaron su previsión de que habría actos violentos en el referéndum. Ha comentado una conversación privada con el máximo responsable de Información de los Mossos, Manuel Castellví, quien, según ha dicho, también estaba preocupado. "Le dije que hablase con su conseller -el procesado Joaquim Forn- y le dijese lo que tenía que hacer", ha declarado.
Ha añadido que ya durante la madrugada del 30 de septiembre al 1 de octubre había comunicaciones avisando de los movimientos de los agentes en los barcos en los que fueron alojadas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. “Fueron continuos los comunicados informando de los movimientos pero, por si fuera poco, en las escuchas de las grabaciones del CECOR central hay una cifra de 271 comunicados en los que Mossos informan de la ubicación de nuestras unidades en Barcelona”, ha explicado este testigo, quien ha llegado a citar que “funcionarios que usaban vehículos de la Generalitat se dirigieron a los centros avisando” de la llegada de la Policía.
"Clave 21"
En las mismas comunicaciones internas por radio, siempre según la versión de este testigo, “hablaban de clave 21 que quería decir que no usasen los canales de comunicación abiertos, sino teléfono, vis a vis”. “Hubo 178 requerimientos de refuerzo de orden público por parte de los binomios de los Mossos que estaban en los colegios. No consta que ninguno fuese atendido”, ha zanjado.
En su exposición ante las preguntas del fiscal Javier Zaragoza ha relatado una actuación de los Mossos que ha calificado como “fuera de lugar”. Uno de los coches de la Policía que iba sin logotipar fue seguido por un vehículo del cuerpo autonómico durante cinco minutos, algo que a su juicio excede el tiempo de comprobación de una matrícula. Luego les hicieron parar y los mossos se “echaron la mano al arma”. “Una vez que le dicen que son policías les dio igual”, ha contado este testigo quien ha denunciado que los agentes autonómicos siguieron con esa actitud.
Roger Español
El nivel de detalle en el juicio del procés ha provocado que las declaraciones de los testigos en el Tribunal Supremo desciendan al nivel de detalle hasta el punto de individualizar los hechos que se relatan. La octava semana de proceso judicial ha comenzado con la declaración de este comisario jefe de la Brigada de Información, que ha narrado los disturbios en el colegio Ramón Llull de Barcelona, donde un varón llamado Roger Español perdió un ojo por el impacto de una pelota de goma.
El testigo ha lamentado que los agentes de Policía fueron perseguidos durante 300 a su salida del colegio y que tuvieron que recurrir a las pelotas de goma -algo prohibido por el Parlament a los Mossos d’Esquadra-. Se ha excusado en que el herido “fue responsable de cinco agresiones directas a funcionarios”. Por estos hechos están investigados varios policías en un Juzgado de Barcelona así como el propio Roger Español.