Isabel Díaz Ayuso es la enemiga número uno de Pedro Sánchez. La tiene en su boca en prácticamente todas sus intervenciones. Y ahora también, aunque sin citarla directamente, con afirmaciones que claramente van dirigidas a ella y a su gobierno, Ferraz se acuerda de la presidenta madrileña en la ponencia marco del 41 Congreso Federal.
Los socialistas, en distintas menciones, prometen "combatir el fraude y el dumping fiscal" mientras acusan al Gobierno autonómico madrileño de promocionar el "populismo fiscal practicando el dumping".
El PSOE promete "combatir el fraude y el dumping fiscal y gravar más a quienes más tienen para incrementar progresivamente la recaudación de nuestro sistema tributario hasta consolidar unos ingresos equivalentes al 40% del PIB, en línea con la media de la UE". Se da la circunstancia que la crítica por ese supuesto "dumping fiscal" se ha dirigido siempre hacia la Comunidad de Madrid.
El partido que liderará Pedro Sánchez cuatro años más, ya que no tiene rival, señala, en una clara alusión a la Comunidad de Madrid, que "el sistema actual tiene una fuerte descentralización del gasto, pero una corresponsabilidad limitada en los ingresos, lo que desincentiva una gestión tributaria responsable y permite que algunos gobiernos autonómicos jueguen al populismo fiscal, practicando el dumping y bajando los impuestos a sus élites económicas mientras solicitan más fondos al Gobierno central".
Reforma de la financiación autonómica
Los socialistas también se comprometen a reformar el Sistema de Financiación Autonómica garantizando mayores recursos para todas las Comunidades Autónomas, reforzando los servicios públicos y compatibilizando solidaridad a igual esfuerzo tributario con el reconocimiento de las singularidades.
El nuevo sistema, según lo que se recoge en la ponencia marco que se debatirá en el 41 Congreso Federal, "resultará en un reparto más justo de la financiación, cerrará el camino al dumping fiscal e incluirá la creación de un auténtico Fondo Autonómico para la reindustrialización y la convergencia de las rentas entre CCAA".
En opinión de Ferraz "cada reforma ha incrementado los recursos disponibles para todas las Comunidades Autónomas, ha profundizado en su autogobierno, ha mejorado la corresponsabilidad fiscal, y ha garantizado la solidaridad". Ahora, no obstante, Moncloa apuesta por tocar el sistema de reparto como forma de acallar las críticas a la concesión del concierto económico a Cataluña.
Cataluña y País Vasco
La obsesión fiscal con Díaz Ayuso de Moncloa contrasta con la alfombra roja que le ponen al separatismo catalán y vasco en sus reclamaciones. Mientras los socialistas atacan con ferocidad la política económica de Madrid, acusando a Sol de hacer "dumping" y señalando incluso un supuesto "fraude" que no detallan", Ferraz ha entregado la llave de la caja a la Generalitat y permitirá al Gobierno Vasco recaudar y gestionar el impuesto a la banca.
Es el precio a pagar por parte de Sánchez para lograr la investidura de Salvador Illa y el apoyo del PNV a la prórroga del impuesto a la banca. Lo más sorpresivo es que las críticas y las concesiones se producen en paralelo.
Una guerra política de cinco años
Al margen de citaciones, plantones y acusaciones, las parejas de ambos mandatarios llevan meses llenando los titulares en infinidad de medios de comunicación. Si el PP de Ayuso ha montado una comisión de investigación para cercar la corruptela que azota a la mujer de Pedro Sánchez, el Gobierno central atacaba cargando contra Alberto González Amador.
Lo hizo filtrando una supuesta deducción de gastos personales correspondientes a un viaje vacacional de once días con la presidenta autonómica. Esto hizo que la jueza Inmaculada Iglesias estimase el recurso presentado por Más Madrid y PSOE, abriendo una pieza separada sobre Amador.
Ambas administraciones tienen copados los tribunales de justicia. Mientras el TC obligaba a la Comunidad de Madrid a reformar su nueva ley trans, el Supremo admitía a trámite en julio un recurso contra Pedro Sánchez por no convocar la Conferencia de Presidentes. Una a la que Ayuso ya ha confirmado que sí asistirá, aunque eso la obligue a verse cara a cara con el socialista.