La quinta columna del independentismo se ha moviizado en la Comunidad Valenciana para alimentar su entelequia pancantalanista a expensas de la tragedia y el dolor causados por la DANA en la provincia de Valencia. El drama humano ocupa un segundo plano en esta estrategia en que la consigna es azuzar la falacia de Els Països Catalans mediante la apropiación geográfica del epicentro de la mayor catástrofe natural registrada en España en las últimas décadas.
'Els morts de Mazón' ('Los muertos de Mazón') es el titular del editorial con que, el pasado 30 de octubre, el periódico independentista catalán 'Vilaweb' cargaba sobre el presidente valenciano, Carlos Mazón, la responsabilidad de los más de doscientos fallecidos contabilizados hasta ahora en la provincia. 'Vilaweb', medio alineado singularmente con el sector soberanista que encabeza el prófugo Carles Puigdemont, está dirigido por Vicent Partal (firmante del texto, pese a tratarse de una pieza editorial), periodista de largo alcance entre los sectores procatalanistas radicados en territorio de la Comunidad Valenciana.
Partal, nacido en Bétera (Valencia), acumuló una larga trayectoria de activismo independentista en la Comunidad Valenciana antes de trasladar su apostolado ideológico a Barcelona. Desde la Ciudad Condal, su digital conforma el frente más explícito en la instrumentalización de una catástrofe en que, de forma invariable, las zonas anegadas se localizan en el inexistente territorio dels Països Catalans y los actores públicos son juzgados por cuestiones tan delirantes como expresarse en castellano, pasando por alto que, por ejemplo en el caso de Mazón este es natural de Alicante, ciudad en que la mayoría de la población no habla valenciano de forma habitual.
Este tipo de minucias con una indudable carga de perversión política han sido tomadas como parte esencial por los propios grupúsculos catalanistas que, pese al respaldo residual con que cuentan, anidan en la Comunidad Valenciana gracias a la ayuda económica que reciben del entorno del independentismo catalán y de las propias instituciones que este controla. Formaciones como Acció Cultural del País Valencià (ACPV), del viejo activista Eliseu Climent, Plataforma per la Llengua, Escola Valenciana o El Micalet, son las principales terminales con que el procatalanismo ha tratado de subvertir el trágico episodio de la DANA en un elemento de identificación del pueblo de valenciano con un ideario que la inmensa mayoría de los ciudadanos de la región rechazan de plano. En este sentido, no hay más que ver el escasísimo apoyo dispensado por los votantes a los partidos en la órbita pancatalanista durante las últimas elecciones autonómicas: Esquerra Republicana del Páis Valencia, 4.570 votos (un 0,18% del total), y República Valenciana, 1,745 papeletas (0,06%), para un censo de 3,7 millones de electores.
La escasa acogida de estas tesis en la Comunidad Valenciana no han impedido en cualquier caso las subvenciones millonarias a los colectivos que las fomentan: durante el Ejecutivo regional integrado por PSOE valenciano y Compromís (muy proclive a este ideario desde los tiempos en que la designación del partido era Unitat del Poble Valencià), las ayudas públicas destinadas a promocionar estas actividades superaron los siete millones de euros.
El dinero ha procedido también de forma sistemática desde los Gobiernos de la Generalitat de Cataluña de adscripción soberanista. De hecho, ACPV, con fuertes vínculos con Ómniun Cultural, llegó a recibir unos seis millones de euros de los presupuestos catalanes para hacer frente al pago de la suntuaria sede de la entidad situada en pleno centro de Valencia.
Entre el cambio climático y el recurrente 'odio al Borbón'
Las lecturas de sesgo interesado se retroalimentan entre las asociaciones y grupos que intentan expandir la idea de Els Països desde territorio valenciano con la interpretación de los hechos expresada por los referentes del independentismo, como ocurre con el mismo Puigdemont. El expresidente prófugo ha cargado por una parte contra la gestión de la crisis del PP, al que ha llegado a identificar con un partido negacionista del cambio climático, y a los estragos de la DANA como una consecuencia de "los efectos del modelo turístico y las infraestructuras" atribuidos igualmente a la gestión de los gobiernos precedentes de Eduardo Zaplana y Francisco Camps. Por la otra, con ocasión de los incidentes en torno a la visita de los Reyes y Pedro Sánchez a Paiporta, ha intentado agitar el socorrido mantra del histórico 'odio al Borbón' del pueblo valenciano, que perdió sus fueros tras la batalla de Almansa (1707) en el marco de la guerra de Sucesión tras haber tomado partido por el archiduque Carlos de Austria y no por el finalmente vencedor Felipe de Anjou, futuro Felipe V de España.