Política

Pedro Sánchez se aferra a Moncloa y amenaza con una ofensiva que “abra paso a la limpieza”

El presidente del Gobierno, que pide a una "mayoría social" que se movilice en su defensa, ha comunicado su decisión al Rey a primera hora de la mañana en un despacho en Zarzuela

No se va. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido mantenerse al frente del Ejecutivo e intensificar su campaña victimista tras cinco días de agonía. "He decidido seguir con más fuerza si cabe", ha espetado en una declaración institucional sin preguntas en el Palacio de la Moncloa. "Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará. Llevamos diez años sufriéndola. Es grave, pero no es lo más relevante. Podemos con ella", ha dicho tras aclarar que la misiva que escribió el miércoles pasado no obedecía a "ningún cálculo político" y que, por eso, entiende que haya podido desconcertar al país. Es más, ha pedido a una "mayoría social" que se movilice en su defensa, así como iniciar una reflexión que "abra paso a la limpieza".

El líder socialista evita una cuestión de confianza en el Parlamento y sigue sin más, pero parece obviar el enorme boquete que se abre en su credibilidad. No solo entre los suyos, sino fuera de España tras su amago de dimisión en pleno arranque de campaña de las elecciones catalanas. Tampoco ha explicado qué es lo que cambiará a partir de ahora ni qué medidas tomará. El surrealismo se ha apoderado de la situación política española. Todo parece indicar que esta reflexión ha sido una maniobra de despiste.

Sánchez ha vuelto a erigirse en mártir [este lunes es el día de San Pedro mártir] de una campaña de acoso y derribo ultra: "Si, en definitiva, permitimos que la sinrazón se convierta en rutina, la consecuencia será que habremos hecho un daño irreparable a nuestra democracia. Exigir resistencia incondicional a los líderes objeto de esa estrategia es poner el foco en las víctimas y no en los agresores. Y confundir libertad de expresión con libertad de difamación es una perversión democrática de desastrosas consecuencias. Por tanto, la pregunta es sencilla: ¿queremos esto para España?".

Un encuentro con el Rey para decirle que sigue

El presidente ha vuelto a salir en defensa de su esposa; ha clamado su inocencia y la ha situado en el centro de una campaña de odio: "Si aceptamos todos como sociedad que la acción política permite el ataque indiscriminado a personas inocentes, entonces no merece la pena [seguir]. Si consentimos que la contienda partidista justifique el ejercicio del odio, de la insidia y de la falsedad hacia terceras personas, entonces no merece la pena. Si permitimos que las mentiras más groseras sustituyan el debate respetuoso y racional basado en evidencias, entonces no merece la pena. Por muy alto que sea, no hay honor que justifique el sufrimiento injusto de las personas que uno más quiere y respeta, y ver cómo se intenta destruir su dignidad sin el más mínimo fundamento".

El líder socialista ha asegurado que esta decisión "no supone un punto y seguido", si no "un punto y aparte": "Por eso, asumo ante ustedes mi compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad por la regeneración pendiente de nuestra democracia y por el avance y la consolidación de derechos y de libertades. Asumo la decisión de continuar con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España. Solo hay una manera de revertir esta situación: que la mayoría social, como ha hecho estos cinco días, se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo. Se trata de decidir qué tipo de sociedad queremos ser. Y creo que nuestro país necesita hacer esta reflexión colectiva".

Sánchez ha comunicado su decisión al Rey a primera hora de la mañana en un despacho en en el Palacio de la Zarzuela. Y una vez ha regresado a Moncloa y antes de su alocución, se ha reunido con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños; la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán. Tras la comparecencia se ha visto con todo el personal de Moncloa, al que ha convocado tras su discurso.

Las súplicas de los suyos

La decisión de Sánchez, meditada durante los últimos cinco días, la ha consultado solo con su familia. Ni uno solo de sus más estrechos colaboradores ha penetrado la muralla monclovita. El líder del PSOE ha pensado única y exclusivamente en clave íntima, según las fuentes consultadas. "Probablemente solo su mujer le puede cambiar", explicaba a este diario una persona que le conoce muy bien.

El sanedrín que le rodea, compuesto por los ministros María Jesús Montero, Félix Bolaños, Óscar Puente, Pilar Alegría; su jefe de gabinete, Óscar López y el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, se había empleado estos días a fondo para enviar un mensaje a la pareja: quedaos. El empacho emocional del comité federal socialista del sábado estuvo a la altura del supuesto drama personal que se ha vivido desde el pasado martes en el Palacio de la Moncloa.

El presidente parecía no estar dispuesto a seguir transitando un camino, el de la presidencia, que en estos momentos conduce casi irremediablemente a la destrucción de la persona de quien se dijo "profundamente enamorado" en esa carta que envió al buzón digital de los españoles. Ese sendero conlleva el 'acoso' de la oposición y el escrutinio en los medios, en los juzgados y en las Cortes. Pero parece no importarle, ya que se muestra decidido a seguir.

Simpatizantes socialistas en Ferraz, este sábado.
Simpatizantes socialistas en Ferraz, este sábado.EFE / Rodrigo Jiménez.

Nadie en Moncloa puede evitar informaciones periodísticas ni investigaciones judiciales. Tampoco que el PP termine citando a Begoña Gómez para que comparezca en el Senado. La situación de la mujer de Sánchez sigue siendo complicada tras la apertura de diligencias del juzgado de instrucción 41 de Madrid para investigarla por supuestos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios una vez ha trascendido la simbiosis entre sus negocios, sus encuentros con empresarios y el rescate de la aerolínea Air Europa (Globalia) con 475 millones euros en plena pandemia.

Pero no solo, también tras hacerse público que firmó dos cartas de apoyo a una Unión Temporal de Empresas (UTE) privadas cuyo principal accionista, Carlos Barrabés, participó en el diseño del Máster de Cooperación de la Universidad Complutense de Madrid que dirige. De hecho, esta UTE se llevó durante la pandemia tres lotes por valor de 7 millones de euros frente a veinte competidores, según informó El Confidencial.

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