El jueves por la noche quedó claro que la principal víctima de la sorpresa dada por Pedro Sánchez con los avales iba a ser Patxi López. Su tercera vía habría tenido posibilidades únicamente compitiendo con el ex secretario general del PSOE y Susana Díaz en plano de igualdad o si Sánchez hubiese quedado, en número de firmas, a medio camino entre él y la presidenta de la Junta de Andalucía; en este caso, vasco y andaluza sí habrían podido hacer pinza para atraer las que preveían desanimadas bases de Sánchez a partir del recuento.
Pero la táctica del exlehendakari de saltarse el "trámite" (sic.) entregando solo 12.000 firmas -finalmente 10.866, tras anularse avales dobles- , le ha jugado una mala pasada. Ahora, después de la marea de apoyo a la andaluza (59.390) y a Sánchez (53.117), el amenazado por liquidación de negocio es él, y más que lo va a estar si los barones que se pasaron a sus filas creyendo que el exlíder nunca volvería -la madrileña Sara Hernández, la balear Francina Armengol, y el murciano Rafael González Tovar- retornan al redil sanchista.
A ellos iba dirigida en realidad la maniobra de manual que protagonizó Sánchez ayer por la mañana, sin esperar al fin del recuento oficial: "Quiero desde aquí tender la mano a Patxi López, con todo respeto y humildad. Para mí y para nosotros sería un honor, un orgullo, compartir camino para hacer del PSOE un partido creíble, coherente, abierto a la participación de la militancia", dijo durante un acto en Alcalá de los Gazules (Cádiz) sin haberse molestado en telefonear antes al aludido, lo cual le causó evidente malestar.
Y no pestañeó al asegurar que está dispuesto a incorporar a su programa diez de las medidas del exlehendakari. La posterior anulación del acto del día en La Coruña por parte de López hizo el resto: enseguida corrió como la pólvora el rumor de retirada, azuzado por sus apoyos en Madrid y Baleares. Los equipos de Armengol y cía presionan para que vuelvan con Sánchez, porque se han quedado en tierra de nadie y conviene estar con quien puede dirigir el PSOE a partir del 39 Congreso.
López se recompuso tras anular su cita de ayer con los militantes en La Coruña, en medio de insistentes rumores de que tiraba la toalla
El exlehendakari se recompuso a lo largo del día, apuntalado no solo por la propia dignidad -ha empeñado varias veces la palabra en que el día 21 los 188.000 afiliados podrán votarle- sino por el interés de Susana Díaz en que así sea. Su retirada sería letal para ella porque muchos de los miles de militantes huérfanos de López correrían a echarse en brazos de Pedro Sánchez. Otra cosa será a partir de las urnas; si gana, ella será la primera en abrazar la integración del exlehendakari en su proyecto.
Muy gráfico fue, en este sentido, el presidente aragonés, Javier Lambán, quien recordó: "Yo he oído a Patxi López decir hasta la saciedad que en la mesa de votaciones habría tres papeletas, y por tanto no me puedo más que atener a lo que él dice".
Y el interpelado no defraudó. Improvisó, al filó de las siete de la tarde, una rueda de prensa en Madrid bajo el significativo hastag #ConPatxihastaelfinal, para decir que llevaba hora recibiendo "cientos de mensajes de Patxi aurrerá (adelante en vasco)" y revolverse contra Pedro Sánchez por su OPA hostil de las últimas horas. "Quiero aclarar todos los infundios: mi candidatura no se va a retirar, no voy a hacer apaños ni pactos oscuros". "Pido a todas las personas que me apoyan que no desistan en impedir la división suicida", insistió.
Ahora, a Patxi López le queda una sola bala para invertir la tendencia a la baja que parece mostrar el proyecto del vasco de cara al día 21 de mayo: hacer un buen debate 'a tres' frente a Susana Díaz y Pedro Sánchez dentro de dos semanas.