De la reunión mantenida ayer por el presidente de la gestora, Javier Fernández, con los máximos responsables de UGT y Comisiones Obreras, se concluye no solo el apoyo del PSOE a las movilizaciones previstas para mediados de diciembre sino también la hoja de exigencias que los socialistas presentarán al Gobierno para apoyar los Presupuestos estatales de 2017. Ambas centrales han emplazado al Partido Socialista a presionar al Gobierno para que haga una contrarreforma fiscal con la que pueda recaudar 11.000 millones de euros extra, el volumen de recursos que consideran imprescindible para financiar su agenda social. Sus planes van más allá de la subida de la tributación en Sociedades e Impuestos Especiales que planea el Ejecutivo.
Los sindicatos ven al PSOE con capacidad para exigir al Gobierno un aumento de la presión fiscal
El mensaje más claro lo emitió en la reunión José Álvarez, secretario general de UGT. “Hay margen para subir impuestos porque España tiene una de las presiones fiscales más bajas de la Unión Europea”. De esta forma, los dos principales sindicatos ven al PSOE con capacidad suficiente para obligar a Rajoy a compatibilizar los objetivos de estabilidad presupuestaria que el Gobierno ha comprometido con Bruselas con una subida de impuestos que aporte dinero a las administraciones públicas, las encargadas en última instancia de velar por el mantenimiento del gasto social.
Una vez que los sindicatos han marcado al PSOE el rumbo que debe tomar para entrar en la negociación presupuestaria, le han pedido también que acentúe a través de iniciativas parlamentarias la necesidad de volver a indexar la subida de las pensiones al IPC, aumentar el salario mínimo interprofesional, la oferta pública de empleo y revisar al alza la política salarial en la función pública.
El PSOE asegura que “en estos momentos” solo existe una posibilidad remota de apoyar los Presupuestos de 2017, así lo aseguró ayer Javier Fernández, pero su disposición a respaldar el techo de gasto, en el que se juegan mucho las 7 comunidades en las que gobierna, envía la señal al Gobierno de que, en caso de extrema necesidad, podría tener el auxilio de los socialistas para sacar adelante las cuentas del año que viene y, con ello, evitar la convocatoria de nuevas elecciones. Esta última es una amenaza que Mariano Rajoy ha dejado latente y que atemoriza, en primer lugar, al propio PSOE. “Tan malo es no tener Gobierno como no dejar gobernar”, advirtió el presidente en el debate de investidura, aviso que volvió a repetir hace unos días ante la dirección del PP.
Los socialistas solo se verían obligados a apoyar los Presupuestos 'in extremis' para evitar la convocatoria de nuevas elecciones
Javier Fernández desveló ayer que ha hablado con Rajoy, aunque evitó precisar la fecha y los asuntos que ha abordado con él. Los sindicatos se reunieron con el presidente el pasado jueves y le plantearon también la necesidad de compatibilizar los compromisos con Bruselas con un aumento del gasto, la misma bandera con la que han organizado las demostraciones en la calle y declinan, de momento, la convocatoria de una huelga general.