Iván Redondo (San Sebastián, 1981) mastica estos días su futuro tras perder de un día para otro el inmenso poder que había amasado en La Moncloa. Una buena parte del PSOE, sin embargo, cree que el hilo que une a Sánchez y Redondo no está roto. Y que el asesor y el presidente del Gobierno seguirán unidos de alguna manera. Estas fuentes aseguran a Vozpópuli que Redondo jugará un papel clave en el reparto de los 140.000 millones de los fondos europeos contra el coronavirus. El exdirector de Gabinete fue el principal muñidor de las alianzas entre el Ejecutivo y las consultoras para organizar la gestión de esta ingente cantidad de dinero. Lo lógico, dicen, es que el Gobierno no pierda esa conexión.
"Redondo puede convertirse en el Javier de Paz de Sánchez", dice un veterano socialista. "Pero para eso Sánchez tienen que bendecirle y reconocerle ese poder. Está todavía por ver".
Javier de Paz; consejero y con grandes responsabilidades en Telefónica, además de pasar por altos cargos en otras entidades públicas y semipúblicas; fue el fontanero de relaciones institucionales de primer nivel que tuvo José Luis Rodríguez Zapatero. Si Redondo puede o no convertirse en esa figura, dicen estas fuentes, dependerá de que Sánchez delegue en su asesor esa responsabilidad. "Solo el presidente puede convertirle en un interlocutor válido", explican. "En el mundo empresarial todo el mundo sabía que para para acceder a los círculos donde se cocían los acuerdos importantes había que hablar con Javier (de Paz)".
Fondos y consultoras
Uno de los motivos de la caída de Redondo, tal y como ha informado este diario, fue precisamente su intento por acaparar todo el poder de los fondos. Su plan era crear una nueva secretaría de Estado, bajo supervisión directa de Presidencia y de él mismo, que sirviera para potenciar la marca España. El objetivo era coordinar los intereses de los inversores extranjeros en nuestro país y de las grandes empresas españolas con proyección internacional que aspiran a crecer con los miles de millones del maná de Bruselas.
Uno de los primeros en desear buena suerte a Redondo tras su salida fue el presidente de una de esas consultoras que tan estrechamente había trabajo con el director de Gabinete: José Antonio Llorente, de Llorente y Cuenca. Esta consultora, y otras, han ganado un peso enorme en el Gobierno durante los tres años de Redondo a la sombra de Sánchez. Esta situación ha provocado choques continuos entre Ferraz y La Moncloa. No es ningún secreto que la salida de Redondo ha supuesto un alivio para buena parte del PSOE.
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno español pretende movilizar 72.000 millones entre los años 2021 y 2023. La recepción de esas ayudas requiere una reorganización administrativa y burocrática sin precedentes, y las consultoras privadas quieren participar como intermediarias entre los potenciales receptores y Bruselas.
El Gobierno sacó adelante el decreto de simplificación para la gestión de los fondos gracias a la abstención de Vox y un informe negativo del Consejo de Estado. Y esa norma es la que consagra esta mediación de las consultoras, en la que tanto ha trabajado Redondo en este tiempo.
Redondo: dos años de incompatibilidad
El rol de Redondo en la ecuación todavía es una incógnita. El asesor tiene su propia empresa Erre & Asociados Consultores de Comunicación, pero cualquier función que quiera realizar está afectada por la Ley reguladora del alto cargo de la Administración. Esta norma establece limitaciones al ejercicio de actividades privadas durante los dos años siguientes a la fecha del cese.
El papel que ha jugado Redondo, metido prácticamente en todos los fregados, le impediría trabajar para un buen puñado de empresas. Redondo, como otros de los ministros salientes en la crisis de julio, cobra una cesantía durante este período. Por eso se ha especulado con la posibilidad de que Redondo ponga tierra de por medio y se marche un tiempo a Estados Unidos o simplemente desaparezca de la primera línea.
"La ley sobre las incompatibilidades es confusa y obliga a ver caso a caso", dicen fuentes consultadas por Vozpópuli. "Va a ser un objeto de polémica constante porque lo que ha quedado del paso de Redondo por Moncloa es que todo lo relativo a los fondos lo ha decidido él, y nunca se ha negado".
Este diario ha informado que hay una veintena de exministros y exaltos cargos de Gobiernos tanto del PP como del PSOE que trabajan en consultoras políticas, empresariales o de comunicación. Todos ellos han desplegado una intensa labor de lobby en los últimos meses en relación a los fondos.
Exministros en consultoras
Algunos exministros, como Carlos Solchaga, José Manuel Soria o José Blanco, han creado sus propias consultoras, que prestan asesoramiento empresarial. Otros, como Rafael Catalá o Jordi Sevilla han sido fichados por conocidas consultoras de comunicación. Desde las consultoras que cuentan con expolíticos entre sus socios o directivos han defendido su labor ante la llegada de los fondos. "Quien piense que nos vamos a forrar con esto se equivoca", aseguran.
"En España todavía existen prejuicios a la hora de valorar la función de un lobby, de un grupo de presión, pero ahora van a facilitar la selección de proyectos empresariales a las autoridades gubernamentales y europeas", sostienen. También recuerdan que las multinacionales españolas ya cuentan con sus propios departamentos de Asuntos Públicos o institucionales que están involucrados en la misma labor.
"No nos llevamos un porcentaje del contrato firmado o de los fondos obtenidos; se fija al principio de la intermediación un precio, unos honorarios por el tiempo invertido", explican desde una de las grandes consultoras españolas de comunicación. "Ahora se ha identificado una oportunidad en el reparto de los fondos europeos para la recuperación; se trata de ver cómo podemos ayudar a las empresas a presentar sus proyectos, a construir el relato y exponerlo con precisión", añaden.