España

Sanidad y los medicamentos para la obesidad: el ejemplo de Reino Unido que la OCU pide aplicar en España

Según la Encuesta Europea de Salud en España, un 16,5% de hombres de 18 y más años y un 15,5% de mujeres padecen obesidad

  • Imagen de archivo de una mujer con obesidad mórbida. -

El paradigma de la obesidad en España sigue siendo uno de los frentes abiertos de la Sanidad en nuestro país. A pesar de que los datos no son del todo preocupantes, según la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020, un 16,5% de hombres de 18 y más años y un 15,5% de mujeres padecen obesidad. En los grupos de edad de 35 a 74 años es superior el porcentaje de hombres que la padecen. Y un 44,9% de hombres y un 30,6% de mujeres padecen sobrepeso.

Las estadísticas hablan por sí solas y, aunque hay países donde la cuestión de la obesidad es aún más grave, la realidad es que las personas con sobrepeso tienen que tener cabida dentro del sistema sanitario. Es más, durante los últimos meses se ha popularizado a nivel europeo la liraglutida (Saxenda), la semaglutida (Ozempic y Wegovy), la tirzepatida (Mounjaro), unas inyecciones que ayudan a perder peso y que ofrecen una alternativa a las personas que sufren de obesidad. Un medicamento que, hasta la fecha, Sanidad no cubre dentro de sus gastos.

¿Cuál es el origen de estas inyecciones que parecen el camino para hacer frente a los problemas de sobrepeso a nivel internacional? En primera instancia, esta inyección se utilizaba para tratar a las personas que sufren de diabetes tipo 2 y forman parte de una familia de medicamentos conocida con el nombre de análogos de la GLP-1. En resumen, a raíz de diferentes estudios realizados por profesionales del sector de la sanidad se corroboró que este fármaco tenía entre sus efectos secundarios la pérdida de peso corporal.

Gracias a estos primeros informes que desvelaban los 'poderes curativos' de estos familia de fármacos, un porcentaje de personas que sufren esta enfermedad acudieron a las farmacias en busca de las inyecciones que tengan uno de los seis principios activos de esta familia: liraglutida, semaglutida, tirzepatida, exenatida, lixisenatida y dulaglutida. Algunos son de administración diaria y otros se deben administrar tan solo una vez a la semana.

La OCU plantea que Sanidad financie estos medicamentos para hacer frente a la obesidad

"De todos ellos, solo dos, la semaglutida, con el nombre comercial de Wegovy, y la liraglutida, con el nombre de Saxenda, están autorizados, además, para la pérdida de peso, aunque se espera que, en breve, la tirzepatida, con el nombre comercial de Mounjaro, se autorice también con ese fin. De los dos medicamentos autorizados para adelgazar, en España, por el momento, solo se comercializa uno de ellos: la liraglutida (Saxenda)", explica la OCU en su informe sobre los medicamentos para adelgazar.

De las inyecciones previamente nombradas, la semaglutida, en su versión para adelgazar con el nombre comercial de Wegovy, carece de stock en las farmacias españolas y, prácticamente, en toda Europa, a excepción de Alemania, Reino Unido, Dinamarca y Noruega. 

La eficiencia de estas inyecciones siguen poniéndose en duda, aunque ya se ha comprobado sus efectos positivos en las personas que sufren de obesidad. Pero: ¿Cómo funcionan realmente estos fármacos? ¿Existe algún riesgo si se consume de manera habitual? Según lo que explica la OCU, estos medicamentos imitan el funcionamiento de una hormona, la GLP-1, que se secreta a nivel intestinal cuando ingerimos comida y cuya función más importante es regular los niveles de otras dos hormonas implicadas en el control de la glucosa en sangre: la insulina y el glucagón.

Un efecto secundario anhelado por muchos. Evidentemente, a diferencia de infinidad de casos donde la reacción adversa es peor que el propio medicamento, en este caso puntual perder peso gracias a estas inyecciones abre las puertas a todo un abanico de posibilidades para complementar el ejercicio físico y los hábitos saludables en las personas que sufren de esta enfermedad crónica.

Por otro lado, la OCU recalca los puntos a tener en cuenta de las inyecciones, sobre todo a la hora de 'engañar' el cerebro: "Se ha visto que retrasan el vaciado gástrico y generan sensación de saciedad, con lo que, en mayor o menor medida, dependiendo del principio activo, estos medicamentos ayudan a perder peso. Precisamente, el comprobar que los pacientes diabéticos tipo 2 tratados con este tipo de medicamentos perdían peso es lo que ha llevado a algunos laboratorios a investigar más el potencial de estos medicamentos".

Es tal el auge de estas inyecciones que el sector farmacéutico, que lleva meses con serias complicaciones para el abastecimiento de medicamentos en la Unión Europea, se ha quedado sin stock. No solo de Saxenda, el único comercializado y autorizado para pérdida de peso, sino también de las otras marcas que solo deberían prescribirse para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Las principales inyecciones que sufren problemas de desabastecimiento son: Saxenda, Trulicity y Ozempic.

Llegados a este punto, la OCU plantea la necesidad de financiar estos medicamentos para evitar que las farmacias no se queden sin estos fármacos -necesarios para las personas que padecen diabetes de tipo 2- y para implantar la posibilidad de recetarlo por parte de los médicos de cabeceras. Eso sí, siguiendo un criterio estricto que se debería establecer desde el propio Ministerio de Sanidad y que se siga a rajatabla para evitar que se vean como el camino fácil para adelgazar.

El claro ejemplo a seguir es Reino Unido. El país financia de las inyecciones de Wegovy y Saxenda, pero no de manera independiente. Las personas que se les receta estos fármacos también reciben un régimen de dieta baja en calorías y aumento de ejercicio físico, solo para los casos más graves, los que presenten: in IMC igual o superior a 35 o, excepcionalmente, igual o superior a 30 y, al menos, una enfermedad asociada al exceso de peso.

Desde la OCU exigen a Sanidad que, al igual que en Reino Unido, "en España se establezcan criterios para la financiación de estos medicamentos que permitan el acceso a los pacientes de mayor riesgo". Una iniciativa que se avala con otros proyectos puestos en marcha por el Sistema Nacional de Salud que financia medicamentos para el tratamiento de otros reconocidos factores de riesgo como son el tabaquismo, la presión arterial, el colesterol y la diabetes, y no financie el tratamiento de la obesidad.

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