Nuevo suicidio relacionado con desahucios y deudas hipotecarias. Esta vez ha sido en la pedanía de La Ñora, a 8 kilómetros de la ciudad de Murcia. El fallecido es Antonio Martiz, vecino de la localidad y que se ahorcó mientras su mujer María Dolores atendía a la policía y al secretario judicial con motivo del desahucio, según informa el diario murciano 'La Opinión'. Antonio tenía 42 años y estaba casado una década con su mujer, aunque no tenía hijos.
«Ella pensaba que su marido se había ido a trabajar al negocio de recambios de automóvil que tenía en Torreagüera, pero pronto vio las llaves en casa, por lo que pensó que todavía estaba allí. Le buscó y finalmente le encontró colgado en el garaje», contó Jesús Aliaga, alcalde pedáneo de La Ñora, tras contactar con la policía. «Es un hecho muy lamentable y hay consternación en el pueblo», declaró, para añadir que Antonio era «una persona valiente y no sé hasta qué punto estaría agobiado para tomar esta decisión».
El cadáver de Antonio Martiz fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Murcia y desde allí al tanatorio de Jesús, en la localidad de Espinardo, donde se celebrará el funeral este jueves.
"Personas indefensas, que optan por medidas drásticas"
En declaraciones recogidas por 'La Opinión', un hermano de la viuda se lamentaba de lo ocurrido. «No terminamos de explicárnoslo; no entendemos por qué ha pasado», dijo apesadumbrado, al tiempo que añadió que «los bancos no van a cambiar y seguirán su marcha como hasta ahora». Otro familiar del difunto coincidía con el cuñado al señalar que «esto es algo que no podíamos esperar y nos ha dejado perplejos y muy dolidos».
Para despedirse dejó escrita una carta estremecedora hasta el punto de que el sargento policial que se la leyó al alcalde pedáneo no pudo acabarla por la emoción.
El cura Joaquín Sánchez, miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), lamentó el martes lo ocurrido en La Ñora y se mostró crítico. «Quienes defienden el sistema y la ley hipotecaria son criminales y tanto el Gobierno como los bancos son cómplices de esto», manifestó. El sacerdote explicó que «hay personas que, por situaciones de pobreza y vergüenza social, se encuentran indefensas y optan por medidas drásticas» y añadió que «a estas personas hay que quererlas, respetarlas y estar a su lado. Haciendo eso se evitarían dramas como éste».