El futuro de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) tiene forma de incógnita. Más dividida que nunca, casi al borde de una ruptura, la formación magenta camina hacia el abismo porque muchos de sus miembros están poniendo pies en polvorosa. Numerosos afiliados y cargos públicos están marchándose del partido y acercándose a Ciudadanos. En los últimos días se ha producido una auténtica desbandada en Asturias, Galicia y Aragón. Y esta suerte de desintegración paulatina tiene visos de continuar en las próximas horas, o al menos así lo aseguran fuentes del partido. ¿Cuál es el devenir que le espera a UPyD y a su fundadora y líder, Rosa Díez? En este momento existen al menos cinco grandes dudas entrelazadas entre sí.
Fuentes del propio partido insisten en que desde hace meses se está produciendo una sangría de militantes. Muchos de ellos con destino a Ciudadanos
1. El número de militantes. Los últimos datos oficiales de los magentas hablan de algo más de 6.000 afiliados. Sin embargo, fuentes del propio partido insisten en que desde hace meses se está produciendo una sangría de militantes. Muchos de ellos con destino a Ciudadanos. Sin ir más lejos, esta misma semana Vozpópuli informaba del temor en UPyD a que se iniciase un trasvase masivo al partido naranja. Los sucesos de las últimas horas, con la marcha de los representantes de Asturias y Aragón rumbo a C's, confirman esos temores y configuran la duda sobre el número de militantes que continúan hoy junto a Díez y los suyos. Entretanto, Albert Rivera deja entrever que recibirán con los brazos abiertos a quienes decidan sumarse a su proyecto.
2. El resultado del 24-M. Es evidente que el futuro de UPyD va a depender en gran medida de los resultados que coseche en las elecciones autonómicas y municipales del próximo 24 de mayo. Hace unos días, durante el Consejo Político extraordinario convocado tras el nefasto resultado en Andalucía, Díez venció a los críticos y ganó tiempo al anunciar un congreso extraordinario para después de la cita con las urnas. Será entonces cuando las diferentes corrientes de la formación decidirán su destino. Parece obvio que si se repite una debacle electoral, los críticos tendrán más opciones de hacerse con el poder.
Algunos en el partido dan por hecho que Herzog es su delfín y que ella no seguirá, mientras otros muchos creen que solo un resultado desastroso el 24-M podría provocar su renuncia
3. La continuidad de Rosa Díez. Esta es la principal duda que tienen ahora los simpatizantes y militantes de UPyD. Tras los malos datos en los comicios andaluces, Díez dejó claro que pretendía repetir como candidata del partido a la presidencia del Gobierno en las elecciones generales. Sin embargo, a raíz de la guerra interna desatada la líder tuvo que dar un golpe de efecto con el nombramiento de Andrés Herzog como número dos e hipotético sustituto. Así las cosas, algunos en el partido dan por hecho que Herzog es su delfín y que ella no seguirá, mientras otros muchos creen que solo un resultado desastroso el 24-M podría provocar su renuncia.
4. Las candidaturas en el congreso extraordinario. Es evidente que en el congreso posterior al 24-M competirán al menos dos candidaturas, pero no se descarta que haya otras en liza. Una será la oficialista, por así decirlo, liderada por Díez y Herzog y otros como Carlos Martínez Gorriarán. Frente a ellos habrá otra lista que encabezarán Irene Lozano y Álvaro Anchuelo y quizás, solo quizás, Toni Cantó. ¿Este último se animará a sumarse a esos dos diputados? Y, sobre todo, ¿habrá otras familias internas, como la minoritaria que lidera Enrique Calvet, que se presentarán por su cuenta frente a esos dos grandes grupos?
Hasta Irene Lozano, siempre bastante crítica con Rivera y su partido, ha deslizado que habrá que llegar a acuerdos con los naranjas, aunque nunca a una fusión
5. Guerra o pacto con Albert Rivera. El gran problema o la gran solución, según se mire, de UPyD se llama Ciudadanos. El auge del partido naranja está en el origen de la crisis del magenta. De lo que ocurra en el mentado congreso extraordinario depende la relación futura entre ambas formaciones. Está claro que si Herzog, Díez y los demás miembros de la actual dirección vencen, C's seguirá siendo el enemigo político número uno. Si otras corrientes ganan, el pacto será no solo posible, sino más que probable. Hasta Lozano, siempre bastante crítica con Rivera y su partido, ha deslizado que habrá que llegar a acuerdos con los naranjas, aunque nunca a una fusión.
Además de una feroz batalla entre unos y otros, ahora mismo en UPyD casi todo son dudas, salvo la certeza de que el partido se está desangrando poco a poco. Las incógnitas se despejarán en los próximos dos meses. Y, con Rosa Díez o sin ella al frente, los miembros de UPyD intentarán escribir la historia de este partido nacido en 2007 que ahora vive, sin duda, los peores momentos de su historia.