La macrocausa en torno a las actividades del excomisario José Villarejo sigue creciendo más de dos años después de su arresto. La Audiencia Nacional ha abierto la pieza separada número 21. En este caso, indaga sobre la presunta contratación conjunta de Repsol y Caixabank al polémico mando. Fue en el marco de la guerra comercial que mantenían contra la constructora Sacyr y la mexicana Pemex, que querían hacerse con el control de Repsol, según han confirmado a Vozpópuli fuentes conocedoras de la causa.
Las investigaciones, avanzadas este viernes por La Información, se encuentran bajo secreto de sumario y en una fase muy embrionaria. Fuentes de Repsol aseguran que ellos no tienen conocimiento de las pesquisas ni han sido requeridos por las autoridades. Niegan que este caso sea como el del BBVA, también bajo investigación en la Audiencia Nacional.
Lo cierto es que hay algunos patrones que se asemejan. El BBVA también contrató a Villarejo y sus empresas para que frenara el intento de Sacyr de hacerse con el banco en 2005. La entidad financiera, presidida por Francisco González, pensaba que era una operación pilotada por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
Dos facturas de 77.300 euros
Según la documentación a la que ha tenido acceso Vozpópuli, el excomisario José Villarejo facturó al menos 77.300 euros a Repsol entre los años 2012 y 2014, según consta en las facturas de la empresa Cenyt Data, propiedad del exmando policial. Los documentos y el libro mayor de la sociedad indican que Villarejo facturó el 31 de mayo de 2012 45.000 euros (más 8.100 de IVA) a Repsol.
La descripción del trabajo que recoge la factura se refiere a “elaboración de estrategias para la ubicación y recuperación de datos electrónicos almacenados en discos duros de ordenadores y sistemas tecnológicos, anulados o dañados. Consultoría jurídica y técnica”.
Según informó El Confidencial, Villarejo también pasó otra factura similar el 16 de mayo a La Caixa, presidida por Isidre Faine. También desveló que en aquellas fechas el polémico comisario realizó dos investigaciones sobre Luis del Rivero (Sacyr) fechadas el 17 y el 24 de mayo.
La segunda factura a Repsol fue de 20.000 euros (más 4.200 de IVA), lleva la fecha del 5 de mayo de 2014 y el concepto es mucho más escueto: “Servicio de análisis de información y seguridad”. Precisamente este concepto es parecido al que figuraba en las facturas desveladas por este periódico giradas al BBVA. El banco se encuentra imputado en la Audiencia Nacional así como varios de sus directivos, incluido su expresidente Francisco González.
Consultado por este periódico, un portavoz de Repsol ha declinado ofrecer detalles sobre el contenido preciso de los trabajos descritos en esas facturas. En concreto, lo que investiga la Audiencia Nacional en el marco de esa pieza 21 es una presunta operación soterrada en 2011 para desactivar la alianza de Pemex (petrolera mexicana) y la constructora española Sacyr, presidida por Luis del Rivero para hacerse con Repsol. “Utilizaron armas ilegales”, sospecha una persona, presente aquellas fechas en el consejo de administración de la empresa española.
Sumaban un 30% del capital de Repsol
Sacyr y Pemex pasarían a representar casi un 30 por ciento del capital de Repsol lo que les valía hacerse con el control. La petrolera pidió la intervención de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), pero el organismo regulador declinó investigar la operación. “Movieron Roma con Santiago hasta que se lo cargaron”, lamenta este testigo de los hechos, quien sospecha de tácticas fraudulentas para cambiar el parecer de los consejeros.
En ese plan frustrado aparece la persona de Demetrio Carceller, responsable de la petrolera canaria DISA. Carceller era una persona próxima Brufau y enfrentada a Del Rivero. Su objetivo era entrar en Repsol y acabó posicionado en contra de la alianza con Pemex. Hoy Carceller es vicepresidente de Sacyr y primer accionista. Finalmente, en enero de 2012, Sacyr y Pemex anunciaron que ponían fin a su alianza y a su plan. “Brufau (presidente de Repsol) mantenía su sillón, Fainé (La Caixa) su influencia en la compañía y Carceller mantenía su plan de vida”, opina este testigo de aquellos días.