La autopsia habría confirmado la muerte violenta de Esther López de la Rosa, la mujer de 35 años cuyo cadáver fue hallado a primera hora de la mañana del sábado en Traspinedo, localidad vallisoletana de la que era vecina y donde despareció el 12 de enero.
Aunque no se han facilitado más datos respecto de las causas concretas del óbito, los primeros análisis practicados al cuerpo de la víctima, que se iniciaron ya este domingo y se han prolongado este lunes en el Instituto Anatómico Forense de Valladolid, apuntarían a una muerte violenta con signos compatibles con traumatismos sufridos antes de su fallecimiento y que el cuerpo pudo ser trasladado en las horas previas a su localización, según la información del diario El Norte de Castilla y que apuntan a fuentes de la investigación.
Ya el mismo día del hallazgo la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, confirmaba, en su cuenta personal de Twitter, la muerte violenta de la vecina de Traspinedo, algo que, sin embargo, no habría sido desvelado hasta este lunes una vez concluida la autopsia.
No se descarta que el cuerpo, localizado en superficie por un paseante en la mañana de este sábado en los alrededores del pueblo, en la finca La Carrascosa, próxima al polígono Tuduero, junto a la carretera N-122, a medio kilómetro del restaurante 'La Maña', hubiera sido abandonado allí esa misma noche, máxime cuando el enclave había sido punto de partida de las distintas batidas multitudinarias desarrolladas en las últimas semanas en la localidad.
Mientras tanto, la Guardia Civil continúa con las pesquisas con el fin de identificar y detener al autor o autores de la muerte de Esther López.
La vecina de Traspinedo, desaparecida el 12 de enero, era buscada desde que sus padres presentaran denuncia el pasado día 17, después de que no diera señales de vida tras haber estado la noche de su desaparición viendo en un bar del pueblo el partido de la Supercopa entre el Barcelona y el Real Madrid y luego continuara la fiesta con unos amigos en casa de uno de ellos y más tarde en unas bodegas.
Tres investigados
Esa era la versión que habían facilitado las dos personas con las que estuvo esa noche antes de que se le perdiera el rastro, dos vecinos de Traspinedo, Óscar y Carlos, que viajaron con ella en el coche del primero de regreso a casa y que, según relataron con algunas contradicciones, se detuvo ante el restaurante La Maña.
En el relato ofrecido, Carlos se apeó del vehículo para ir a su casa y luego Óscar y Esther discutieron porque ella quería seguir de fiesta y él la dejó en las inmediaciones, sin que se volviera a saber nada más de la mujer en los últimos veinticuatro días.
Las investigaciones desde entonces se centraron en ambos vecinos y también en un tercer investigado, Ramón G. (El Manitas), pesquisas en las que la Guardia Civil, además de rastrear el municipio mediante batidas en las que habían participado cientos de voluntarios, había tomado muestras de la vivienda del tercero y de los vehículos de éste y de Óscar, sin resultado positivo, y había centrado también su investigación en los teléfonos de todos ellos y de la víctima.
El único de los investigados que había permanecido privado de libertad es Ramón G, cuya detención hubo de prorrogarse durante otras 72 horas aunque finalmente la titular del Juzgado de Instrucción número 5 le dejó en libertad provisional ante la falta de pruebas que atestiguaran su implicación en los hechos.
La localidad vive ya este lunes el segundo de los tres días de luto oficial decretados el domingo por el Ayuntamiento en sesión de pleno.
En la jornada de este lunes, uno de los investigados, Ramón, se ha personado en la Comandancia de la Guardia Civil, en la Avenida de Soria de Valladolid, acompañado de su abogada para recoger su vehículo, un BMW oscuro, después de que la recogida de muestras y su análisis en el Laboratorio de Criminalística del Instituto Armado no dieran resultado positivo en cuanto a la incriminación del 'Manitas' en la desaparición de Esther, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Por otro lado, el pasado sábado la Guardia Civil volvió a inspeccionar durante unas horas el turismo de otro de los investigados, Carlos, después de que solicitaran las llaves del mismo y el propietario se las cediera sin siquiera consultar a su abogada, tal y como ha podido saber también Europa Press.