Madrid es una gran ciudad para el tapeo… y, como no, siempre aderezado con un vino. No hay nada como un bar especializado para descorchar una buena botella con todas las garantías y acompañarlo con algún picoteo. En estos últimos tiempos (y afortunadamente) los bares de vinos han proliferado en nuestras calles, y las grandes tiendas le van a la zaga. Ya no es sólo la copa larga la que triunfa, el vino se va abriendo camino y una buena prueba de ello son estos locales que no te debes perder. Porque no te confundirás
En Copa de Balón La Casita
Es una tienda de esta gran cadena que se dio a conocer por sus animados restaurantes, desde el principio caracterizados por su gran oferta de vinos. La Casita, enclavada en pleno barrio de Salamanca, ha cumplido un año y sigue triunfando. No es para menos y los datos lo confirman: unas 1800 referencias como media, más de 50 denominaciones de origen, una mesa dedicada a los magnums… todo en un local de 140 metros cuadrados atendido por cuatro sumilleres que te aconsejarán sabiamente. Poseen vinos prácticamente de todo el mundo y auténticas joyitas; además de los ‘tops’, también variadas segundas líneas, lo que es muy interesante.
Una vista del espectacular local de la tienda de vinos En Copa de Balón La Casita.
Alta gama en vinos, pero también en destilados, algunos muy especiales como el whisky de la coronación de Carlos III (por encargo, no está en la tienda y alcanzaría más o menos los 25.000 euros). Para complementar, no falta un interesante picoteo que puedes hacer en algunas mesas altas situadas en la misma tienda, alrededor de un nutrido mostrador con todo tipo de delicatessen, desde quesos franceses y españoles a salmón, ibéricos, foie… siempre ‘cocina fría’.
La tienda está abierta ininterrumpidamente de 10 a 23 horas y los domingos hasta las 18 de la tarde. Poseen venta online y tienen servicio a domicilio con Glovo y Uber. Un local siempre animado y con buen ambiente en el que el mejor vino es el gran protagonista.
Caíño
A ellos les gusta llamarse ‘Vinobar’ y pertenece a la firma Bulbiza, responsable de instalar en la calle madrileña Ibiza- frente al Parque del Retiro- numerosos restaurantes y otros establecimientos gastronómicos. Caiño se encuentra en un bonito local- donde antes se hallaba El Marginal, la tienda de vinos de La Tintorería-, que acoge a un joven equipo con Carlos García en la cocina y Lucía Araque en sala.
Los botelleros de Caíño con Lucía Araque seleccionando botellas. Foto @MP.
Una gran apuesta por el vino que, más que por un amplio stock, ha optado por pequeños bodegueros, referencias originales, etiquetas en tendencia… Periódicamente realizan catas de vino abiertas al público, de manera fija los miércoles y sábados. Y, por cierto, con temas bastante originales como “De Baden a Rheinhessen: Alemania” (más allá del riesling) o “Islas del mundo” (de Grecia a Tenerife), entre otras, son algunas de las catas que habrá este mes de marzo. Unas catas que también se pueden regalar mediante la tarjeta- regalo.
Ofrecen una breve carta de picoteo siempre con opciones como la ensaladilla (hecha en el día), las croquetas de calamares en su tinta, ha hamburguesa Caíño o la tabla de quesos, entre otras. No faltan finales dulces a elegir: o tiramisú o tarta de queso azul Bucarito. Atención porque sólo abren tarde- noche: de martes a jueves, ( 18h a 00 horas) y sábados, la misma hora de apertura aunque cierran media hora más tarde.
St Germain
¿Un paseíto por Francia de vino en vino?. No lo dudes, pásate por St Germain, en pleno barrio de Chamartín. Sus propietarios, de origen galo, siempre tuvieron claro que crearán algo con espíritu de bistrot y surtido por pequeños productores de calidad. Y dicho y hecho. Un local amable y reposado donde disfrutar de una carta de vinos franceses de sus distintas zonas, de Burdeos a Borgoña, Alsacia, Jura, Champagne…
Una mesa en Saint Germain con algunas de sus delicatessen.
Como máxima rareza los vinos de Córcega, nada conocidos en España, elaborados prácticamente en su totalidad con uvas autóctonas de la isla. Cada día son más de 20 vinos para poder tomar por copas y tienen botellas muy especiales, como los exclusivos vinos de Apollonis, esa bodega que pone música clásica a sus viñedos con el fin, afirman, de mejorar su rendimiento.
La parte sólida no se queda atrás: desde una deliciosa cassoulet- guiso típico del sur de Francia a base de judías blancas y carne-, un foie gras de pato al Marc de Champagne o una selección de quesos franceses; no faltan las ostras. Aunque en Saint Germain no se han podido resistir a alguna delicatessen nuestra, como las anchoas o los chicharrones de Cádiz. Como final, muy recomendable la tarta amandine de pera.
Dos bares de vinos y una tienda donde descubrir nuevas referencias, dejarse sorprender por alguna novedad y, en definitiva, disfrutar a conciencia sorbo a sorbo.