Cuando en España hablamos de blancos se suele asociar a vinos jóvenes, ligeros y fáciles de beber en situaciones desenfadadas. En resumen, vinos con menor entidad que los tintos y, por tanto, con menor atractivo. Y esto fue verdad en nuestro país hasta los años 90 del pasado siglo, cuando la irrupción de los vinos fermentados en barrica o, al menos, envejecidos en madera, surgieron en nuestro país -a imitación de los franceses- y reclamaron su lugar.
En aquella primera etapa hubo de todo, desde bodegas que elaboraban bien (es verdad que pocas) a encontrarnos blancos mediocres, demasiado evolucionados, con incisivas notas astillosas- incluso a serrín- por haberse criado en roble demasiado ‘crudo’ o haber pasado excesivo tiempo en ella.
Lección aprendida con sobresaliente
Pero eran los comienzos y esto ha cambiado enormemente. Actualmente la inmensa mayoría de bodegas que los elaboran aprendieron muy bien la lección y ya podemos decir que en España encontramos blancos con barrica de gran calidad. Como primera norma, si están bien hechos, la fruta de la uva y la madera deben estar bien ensambladas y ambos elementos compensados.
SUMARIO: Los vinos blancos criados en barrica, a diferencia de los jóvenes, son más complejos y densos, cremosos y persistentes en boca
Entre las cualidades que los definen a simple vista, respecto a sus homólogos más jóvenes, es su color dorado frente a los tonos pajizos de los que no tienen crianza. Pero también despliegan mayores cualidades: son más complejos y densos, persistentes y cremosos en boca, de notas especiadas, tostados… Vinos con cuerpo que, cuando su calidad es alta, se consideran ‘de guarda’: se afinarán (mejorarán) con el tiempo, como ocurre con los tintos.
Blancos gastronómicos
Esto no quita valor a un blanco joven que, bien hecho, resulta toda una delicia. Pero estamos hablando de otra categoría, vinos con mayor entidad y peso, lo que les permite armonizar bien con numerosos platos, incluso con carnes blancas y todo el repertorio de aves. Por eso se les denomina “blancos gastronómicos”.
Hemos catado una selección de estos vinos- los tres de guarda-, cada vez con más adeptos. El esfuerzo de las bodegas por elaborarlos mejor ha dado sus frutos y su consumo crece cada año, no hay más que ver las cartas de los restaurantes y la gama de referencias de las bodegas, la mayoría de ellas con blancos de crianza en su gama. Están de moda y, dentro de ellos, el consumidor está descubriendo estos vinos gastronómicos que tantas singularidades poseen.
Los Vinos
Roda I Blanco 2021
Bodegas Roda https://roda.es/es/ (D.O.Ca. Rioja) acaba de sacar la tercera añada de este gran blanco de guarda que ha tenido gran éxito en el mercado, lo que dada su calidad no es extraño. Elaborado con uvas viura, junto a una pequeña parte de malvasía riojana y garnacha blanca, todas de viñedos viejos. Su único blanco forma parte de Roda I, la gama superior de la casa, un lugar de honor que el vino lo vale.
Fue criado en bocoyes de roble francés y tinas de 4.000 litros durante 18 meses, más otro año y medio en botella. Toda una delicia en la que fruta y madera están medidas con sabiduría; posee un atractivo fondo mineral y la acidez perfectamente ajustada, lo que no es nada fácil. Resulta aromático y liviano en boca en un primer sorbo, para descubrirse con gran complejidad y largura enseguida. PVP recomendado: 70- 75 euros.
Monte Real Gran Reserva 2019
Si quieres probar un blanco con barrica a la antigua usanza, clásicamente riojano, apuesta por este Monte Real, que se integra en la Colección Larredant, la alta gama de Bodegas Riojanas https://www.bodegasriojanas.com/ , que rinde homenaje al enólogo borgoñés Gabriel Larredant, al frente de esta casa en los años 30. Un tipo de vino que hay que saber entender por el peso de la madera, pero de indudable calidad.
Elaborado con viura (80%) y malvasía, fermentó en barricas de roble francés con fondo de acacia y se practicaron removidos a mano durante seis meses. Más tarde, se limpiaron las barricas y prosiguió en ellas su crianza durante 18 meses. Un vino con gran presencia de la madera ya en nariz, que en boca da tonos incluso licorosos al estilo Borgoña. Parece que su crianza haya sido más prolongada. Recomendable dejarlo respirar un poco en la copa. PVP recomendado: 64 euros.
Pago de Otazu Chardonnay 2022
Una bodega https://otazu.com/ que elabora este vino chardonnay 100% con uva de viñedo propio y de las pocas que en España tiene denominación de origen de pago (D.O. Pago de Otazu). De las más septentrionales de nuestro país, está enclavada a tan sólo ocho kilómetros de Pamplona. Sólo se hicieron 5.898 botellas.
Las uvas se vendimiaron a mano, el mosto fermentó en barricas de roble francés y se crio en ellas durante 6 meses con removidos semanales de lías. Un vino muy atlántico, de un bonito amarillo brillante, sumamente fresco a pesar de la madera. Muy afinado, con volumen en boca y cierta untuosidad. Equilibrado y placentero, es un vino con una elegante personalidad propia, como su etiqueta, una obra de Xavier Mascaró. PVP recomendado: 31 euros.