Gastrópoli

Día de Todos los Santos: qué son los buñuelos y por qué se comen en estas fechas

Asociados a la cultura romana, esta receta de sencilla elaboración "ayuda a sacar las almas del purgatorio".

  • Buñuelos, un postre ideal para el día de Todos los Santos. -

Al igual que los panellets, los pestiños o los huesos de santo, los buñuelos son uno de los dulces protagonistas en España en el día de Todos los Santos. Huevos, harina, azúcar, mantequilla y aceite son los cinco ingredientes principales que componen una de las recetas más consumidas en la celebración del 1 de noviembre. Sin embargo, poca gente conoce los orígenes de esta tradición gastronómica que se consolidó en varios puntos de la península a principios del siglo XVI y que, con el paso de los años, se ha ganado el paladar de todos los españoles.

Los historiadores apuntan a que las primeras referencias de estas bolitas de masa frita se localizan en escritos procedentes de la Antigua Roma, concretamente en recetas del siglo II a.C., muy similares. Los romanos cocinaban una especie de globos de harina que amasaban previamente con el puño de las manos, de ahí su nombre ("puñuelos"). Como ocurre con casi todas las tradiciones romanas, la versión primita de los buñuelos se fue extendiendo por el resto de imperios y pronto fue adoptada por judíos y musulmanes, quienes no dudaron en dar forma propia a la elaboración.

Según esta versión, estos últimos fueron los encargados de importar y popularizar la receta en el territorio español para que años más tarde, Francisco Martínez, el cocinero del rey Felipe II, la difundiera por escrito en su obra Arte de cocina, pastelería, vizcochería y conservería (1611).

Un postre del Día de Todos los Santos para liberar almas del purgatorio

No obstante, no existe una versión oficial que documente el origen específico de los buñuelos, ni tampoco se ha podido demostrar que lo que Catón el Viejo menciona en las recetas romanas sea el predecesor del postre actual. La falta de confirmación ha dado pie a la creación y difusión de todo tipo de leyendas e historias con el paso de los años. Entre ellas, la más conocida que explica el porqué de la ingesta del dulce en estas fechas. Dicha tradición defiende que cuando se toma un buñuelo se saca un alma del purgatorio; por lo que a más buñuelos, más almas libres quedan entre el pueblo el día que los vivos festejan en honor a los muertos.

Los buñuelos son uno de los postres típicos en la celebración del día de Todos los Santos.Pixabay

Lo único en claro es que fueron los territorios ocupados por moriscos, como Toledo, Málaga o Granada, los primeros en ofrecer al resto de ciudadanos españoles esta receta. Principalmente, se vendían en los conventos dedicados a la repostería tradicional, siendo por ello la capital castellanomanchega uno de los focos principales de su actividad. Conventos como el de San Clemente, el de Jesús y María o el de San Antonio de Padua, todos ellos en Toledo, siguen ofreciendo a locales y visitantes todo tipo de dulces, entre ellos buñuelos.

Actualmente existe un amplio abanico de posibilidades con las que se puede rellenar este típico postre, desde cremas pasteleras tradicionales hasta café, praliné, chocolate o avellana. Incluso hay personas que aromatizan con limón, canela o vainilla aquellas piezas que carecen de contenido.

El encanto de los buñuelos no se ha consolidado únicamente en España. Países de todo el mundo comparten en la actualidad la receta de un postre de alcance internacional. En Francia, por ejemplo, se cocinan los "beignets", una masa frita que se rellena de crema pastelera, mientras que de Turquía son típicos los "lokma", buñuelos bañados en almíbar fragante. En países de América Latina, como Colombia o México, destacan los buñuelos de yuca y queso, aunque estos son imprescindibles en las mesas navideñas.

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