No hay muchos en el mundo, pero están dotados de unas características muy especiales que los hacen únicos. Actualmente hay una fuerte corriente que pregona que “los vinos se hacen en el viñedo” y, en gran parte, tiene toda la razón.
Un buen cuidado de la viña, el arreglo constante de la tierra en la que crece, las podas correctas, y, en general, todo tipo de actividades que supongan celo y atención, supondrán tener unas uvas sanas que darán un mejor vino.
Por supuesto, la correcta labor en bodega es la ‘segunda’ pata de este banco para lograr óptimos resultados. Pero el tipo de sustrato influirá enormemente en el resultado futuro. Y hay un tipo de tierra muy especial que otorga a sus uvas características muy particulares: las volcánicas.
Paisajes lunares
Un nuevo reto para el universo vinícola que vuelve los ojos hacia estos terrenos de color negro por sus bondades para el vino. Compuestos de piedra pómez, toba volcánica, lapilli (piedrecitas de lava) y arena, mantienen la vid siempre hidratada por su gran capacidad para almacenar agua y liberarla poco a poco.
Además de en las Islas Canarias, en la península se pueden encontrar en tierras volcánicas en Campo de Calatrava (Ciudad Real), Cabo de Gata (Almería) u Olot (Gerona), entre otros
Todo son ventajas, porque también es un terruño resistente a plagas y está bien oxigenado, lo que facilita la sanidad de las plantas. El Programa HEVA- Volcanic Agriculture of Europe - es una nueva iniciativa que agrupa esas bodegas con cepas en suelos volcánicos. Blancos, tintos, rosados, espumosos... como en otros vinos al uso, puede haber distintos tipos.
Vinos singulares, vinos españoles
Islas Canarias, Sicilia, Piamonte, Azores, Tokaji (Hungría), algunas zonas de California son algunos de estos lugares donde se puede hablar de tierras volcánicas, aunque en nuestra península también se encuentran en Campo de Calatrava (Ciudad Real), Cabo de Gata (Almería) u Olot (Gerona), entre otros.
Vinos muy personales, de intenso sabor, con volumen en boca, complejos y con una gran mineralidad; incluso algunos hablan de ciertos toques salinos inconfundibles. Es verdad que pueden hallarse algunos aromas desagradables (sulfuro, goma…) pero la oxigenación en copa borra cualquier rastro posible de ello.
El tinto Ignios es un buen ejemplo de vulcanismo vitivinícola y, en esta ocasión, de uva baboso negro, una variedad cuya fina piel hace complicado su cultivo. Juegan su papel las tierras volcánicas canarias, pero también los vientos alisios. Un vino de cuerpo medio, fresco, con aromas terrosos inconfundibles que le otorga el sustrato. Buena acidez y ciertos tonos golosos. (PVP recomendado: 40 euros).
El Grifo, la bodega mas antigua de Lanzarote, ha lanzado una edición de 930 botellas con este espumoso monovarietal de vijariego negro, dentro de su línea “Experiencias de Vendimia”. Su peculiaridad es que siguen el método ancestral de una única fermentación (el Champenoise o Método Tradicional hace dos). Un espumoso de parcela de color rosa, burbuja fina e intensidad media. Amplio y con cierto cuerpo. (PVP recomendado: 24,20 euros).
Vulcanismo puro en Almagro (Ciudad Real). Maar de Cervera es un monovarietal de sauvignon blanc – de agricultura ecológica- elaborado al estilo bordelés. Su nombre, Maar, es la palabra latina de un cráter volcánico bajo y ancho. La uva crece en un Paraje Singular a 850 m. sobre el mar. Fermentado en barricas de roble francés con sus lías, es amarillo pajizo, con cierto fondo de pólvora quemada típicos de suelos volcánicos. Seco, denso y glicérico y muy expresivo. Toda una curiosidad. La misma bodega elabora su 1758 Selección Petit Verdot Reserva Especial Familiar 12 Años (274,55 euros) con uvas de ‘Paraje Singular Volcánico’. (PVP recomendado: 14 euros).
Los vinos volcánicos, por sus especiales características, se abren paso en el mundo vitivinícola y están de moda ahora más que nunca. Un sello único para unos vinos de gran personalidad.
Nota: Ninguno de los vinos mencionados se han seleccionado por motivos comerciales, su elección es una decisión únicamente de calidad y periodística. Los precios son meramente orientativos.