Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, revocará el estatus de "nación favorecida" que Rusia tiene dentro de la OMC (Organización Mundial del Comercio) este viernes como represalia. Esto supone el primer paso para subir las tasas arancelarias que ahora abona Rusia por exportar sus productos al resto del mundo. Además, Biden ha anunciado la prohibición de importar a Estados Unidos algunos bienes como el vodka, el marisco o los diamantes rusos. Todo ello forma parte de un nuevo paquete de sanciones en respuesta a la invasión de Ucrania.
Por otra parte, y en un comunicado publicado al mismo tiempo por la Casa Blanca, Estados Unidos anuncia que los países del G7 también tienen previsto acordar que Rusia ya no podrá obtener financiación de instituciones financieras multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, según informa la agencia Europa Press.
La retirada del trato de "nación favorecida" a Rusia debe ser aprobado aún por el Congreso estadounidense, algo que se espera que salga adelante sin problema al contar con apoyos tanto demócratas como republicanos. Ucrania y Canadá ya han retirado a Rusia el estatus de "nación más favorecida", uno de los principios fundamentales del comercio internacional por el que vela la OMC. Según la Casa Blanca, el resto de países miembros del G7 y la Unión Europea (UE) también seguirán los mismos pasos.
Biden también ha explicado en una comparecencia este viernes que el objetivo de la nueva tanta de sanciones anunciada es dificultar a Rusia hacer negocios con Estados Unidos. "Hacerlos al unísono con el resto de naciones que conforman la mitad de la economía mundial será un golpe demoledor para la economía rusa, que ya está sufriendo mucho", ha explicado el presidente estadounidense.
Estas nuevas acciones se suman a las primeras sanciones que anunció Biden el pasado martes, cuando vetó la importación de petróleo y gas de Rusia.
Evitar la confrontación directa
Pese a esta nueva vuelta de tuerca de las sanciones contra Rusia, Biden ha insistido en que quiere evitar cualquier confrontación directa entre la OTAN y Rusia porque eso supondría el inicio de la Tercera Guerra Mundial.
"Putin es el agresor y debe pagar el precio por ello. No puede seguir tomado acciones que amenazan los fundamentos de la paz y la estabilidad internacional y luego pedir ayuda financiera a la comunidad internacional", apuntó.
