El Gobierno chino ha condenado este viernes la eliminación de más de 170.000 cuentas de la red social Twitter por realizar propaganda a favor de las autoridades de Pekín, que piden a la compañía cofundada por Jack Dorsey que actúe de la misma manera con los críticos de China.
La suspensión ocurrió el pasado jueves y afectó a 23.750 cuentas principales y más de 150.000 cuentas secundarias consideradas como "amplificadoras" de mensajes que, a juicio de Twitter, distorsionaban la realidad de múltiples temas, como las protestas en Hong Kong contra la influencia de Pekín, el movimiento antirracista estadounidense Black Lives Matter (Las vidas negras importan) o la crisis del coronavirus, originado en la ciudad china de Wuhan.
Twitter ha descrito estas cuentas como "difusoras de narrativas geopolíticas favorables" al Partido Comunista chino, a través de relatos "engañosos", aunque ha matizado que estas redes de cuentas no han conseguido mucha tracción, y están caracterizadas por su ausencia total de implicación, de acuerdo con un comunicado de la empresa.
China ha reaccionado airadamente a la suspensión a través de su portavoz del Ministerio de Exteriores, Hua Chunying. "En realidad, Twitter debería cerrar las cuentas que atacan a China", ha reprochado la portavoz, que ha descrito a su país como "la principal víctima de abusos y críticas 'on-line' del mundo".
Pekín ha restringido por completo el uso de Twitter durante más de una década gracias a su extraordinario sistema de control de la información digital, aunque algunos usuarios consiguen sortear estas restricciones o, en su defecto, publicar mensajes con doble sentido en equivalentes chinos, como Weibo.