La coalición que encabeza Estados Unidos ha felicitado este lunes al Gobierno de Irak por la "histórica" liberación de Mosul tras meses de combates con el grupo yihadista Estado Islámico, al que ha descrito como "un enemigo brutal y maligno".
El comandante de las fuerzas internacionales lideradas por Estados Unidos, el general Stephen Townsend, ha subrayado los "destacados progresos contra Estado Islámico mientras se hacían esfuerzos extraordinarios para proteger las vidas de los civiles".
"Que no haya errores. Esta victgoria no significa por sí misma la eliminación de Estado Islámico y aún queda una dura batalla por delante. Pero una de sus capitales gemelas --junto a la ciudad siria de Raqqa-- y la joya de su llamado 'califato' es un golpe decisivo", ha dicho.
Así, ha indicado que las milicias iraquíes, los peshmerga --fuerzas de seguridad de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí-- y la coalición "merecen también parte del crédito por sus sacrificios".
"Mosul habría supuesto un desafío para cualquier Ejército, y la coalición está orgullosa de estar junto a los socios iraquíes mientras celebran esta victoria obtenida con mucho esfuerzo, una victoria que ha costado la vida de muchos valientes iraquíes, soldados, policías y civiles", ha dicho.
En este sentido, ha recordado que "personas de todas las etnias y sectas han sufrido y se han sacrificado juntas, no sólo por su país, sino para ayudar a dar seguridad a la región y al mundo".
"Sin embargo, esta victoria no implica el fin de esta ideología diabólica y de la amenaza global que supone Estado Islámico. Es momento de que todos los iraquíes se unan para garantizar que Estado Islámico es derrotado en el resto de Irak y para que se den las condiciones que lleven a que Estado Islámico no pueda volver a Irak", ha subrayado.
En su comunicado, Townsend ha tenido palabras para la destrucción de los "tesoros religiosos y culturales" de Mosul a manos de Estado Islámico, incluida la mezquita Al Nuri y la tumba del profeta Jonás.
Por último, fuentes de la coalición han resaltado que la misma "permanecerá junto al Gobierno y el pueblo iraquí hasta que Estado Islámico sea derrotado, todos los iraquíes sean liberados y la seguridad haya sido restaurada".
La toma de Mosul
El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, ha oficializado este lunes la derrota de los yihadistas en la ciudad con un discurso "desde el corazón de la liberada Mosul" en el que anunciado "el fracaso del estado de terror" en que se ha visto sumida la zona desde hace más de tres años.
"Desde aquí, desde el corazón de la liberada Mosul, con los sacrificios de iraquíes de todas las provincias, anunciamos la esperada victoria a todo Irak, a todos los iraquíes", ha proclamado Al Abadi, que ya el domingo había visitado las zonas este y oeste de la ciudad.
Rodeado de comandantes tanto de su Gobierno como de las fuerzas kurdas, el primer ministro ha descrito el final de la ofensiva lanzada en octubre de 2016 como una "victoria iraquí", si bien ha querido agradecer la ayuda de países aliados como Estados Unidos. Irak, ha añadido el dirigente, "está más unido que nunca".
Ahora, según Al Abadi, es momento de comenzar a reconstruir la segunda mayor ciudad del país árabe, sin olvidar las amenazas que puedan persistir como las "células durmientes" de Estado Islámico, informa el portal de noticias Rudaw. Las autoridades admiten que aún quedan milicianos en la Ciudad Vieja.
El domingo las tropas iraquíes lograron alcanzar la rivera occidental del río Tigris e impidieron así cualquier posibilidad de huida a los milicianos del grupo yihadista que aún permanecen atrincherados en el casco histórico de la ciudad.
Estado Islámico controlaba Mosul desde verano de 2014 y la había convertido en su principal bastión en Irak. Las fuerzas de seguridad lanzaron una ofensiva en octubre para intentar recuperar la ciudad, y en enero tomaron la zona oriental de la localidad.
Al Abadi ordenó el 19 de febrero el reinicio de la ofensiva contra los yihadistas en el oeste de la ciudad, llegando a cercar en las últimas semanas a Estado Islámico en la Ciudad Vieja.
El grupo yihadista dinamitó finalmente la histórica mezquita de Al Nuri, desde la que su líder, Abú Bakr al Baghdadi, declaró el 'califato' y trasladó a Tel Afar su centro de mando, en medio de los rumores sobre la muerte del propio Al Baghdadi.