Se cumplen dos años de la invasión de Rusia a Ucrania. Dos años con un balance desolador y un horizonte de poca esperanza que pasa por la ayuda que pueda recibir Ucrania de sus aliados y que será decisiva en el curso de la guerra.
El impacto humanitario de la guerra
Las víctimas civiles ucranianas se registran en más de 20.000, según recoge el Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, 6,2 millones de personas han tenido que huir del país, y 17,6 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, según apunta Naciones Unidas.
Las bajas de militares desde el inicio de la guerra se estipulan entre 70.000 muertos y más de 100.000 heridos en el bando ucraniano (según registros de Estados Unidos), y 150.000 muertos y 372.000 heridos en el ruso (según apunta Kiev).
La ONU y Amnistía Internacional denuncian también el traslado forzoso y torturas a ciudadanos ucranianos, y acusan a Rusia de crímenes de guerra.
A parte de los ataques en el frente, Rusia sigue lanzando ataques contra núcleos civiles para debilitar a su oponente durante el invierno, y mantiene el bloqueo a los puertos ucranianos.
La ocupación rusa de los territorios del Este
Moscú ha consolidado el dominio de un frente que va desde Lugansk y Donetsk en el norte, hasta la Península de Crimea anexionada en 2014.
En el campo de batalla hay pocos avances, aunque en los últimos meses la iniciativa la está llevando Rusia, que ahora ha tomado como objetivo Avdivka, en Donetsk. Las tropas ucranianas han tenido que retirarse después del hostigamiento por parte de Rusia, en su mayor victoria en casi un año. Otros frentes activos resisten en las afueras de Bajmut (Lugansk) o en Robotin (en la región de Zaporiyia).
Las Fuerzas de inteligencia ucranianas aseguran que por el momento “toca esperar” hasta la primavera para poder realizar una nueva contraofensiva.
El desgaste del apoyo de Estados Unidos y Europa
Todo ello dependerá de la continuidad del apoyo económico y militar de Estados Unidos y Europa, que ahora tienen el foco puesto en elecciones decisivas. La guerra de Ucrania además se ha solapado con el conflicto en Gaza, y es una cuestión más que pone en jaque a Occidente.
Desde 2022, Kiev ha recibido 350.000 millones en ayudas, de los cuales 75.000 millones provenían solamente de Washington. Algunos socios como Reino Unido, Francia y otros países europeos ya han dicho que seguirán apoyando a Ucrania en la guerra, pero en Estados Unidos no se está viendo tan claro debido a las influencias de los republicanos cercanos a Trump en la Cámara de Representantes.
El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) asegura que tanto Ucrania como Rusia necesitan recomponer sus filas y multiplicar su armamento tras dos años en el frente, si quieren lograr avances significativos.
En Rusia, Putin ha puesto en pie una economía de guerra, pese a las sanciones, y ha anunciado un incremento del gasto militar para este 2024.
La desestabilización del Gobierno de Zelenski
El presidente Volodimir Zelenski ha ido perdiendo protagonismo internacional, y ahora está intentando dar un giro a la estrategia de la guerra. Ha empezado por cambios estructurales en la cúpula militar, como la destitución del jefe de las Fuerzas Armadas, el general Valery Zaluzny, debido a numerosas discrepancias.
Oleksander Sirski es el nuevo Comandante Jefe, un militar de formación soviética que ha pasado de liderar la liberación de Járkov a la jefatura del Ejército ucraniano.
La baza del Kremlin
Un panorama incierto con el que juega Putin, que está a punto de renovar otro mandato más, y que parece querer prolongar la guerra.
Además, la muerte reciente del opositor ruso Alexei Navalny, de la que la Comunidad Internacional acusa directamente a Vladimir Putin, y que recuerda a los casos de Prigozhin, Boris Nemtsov, Alexander Litvinenko y Anna Politkovskaya, ha vuelto a poner el conflicto en primer plano en estas últimas semanas. Sin embargo, las fuerzas ucranianas escasean cada vez más y el apoyo exterior a largo plazo será decisivo para decantar la balanza en esta guerra.
Ansurez
Antes se decía, llueva,haga sol y guerra en Sebastopol,ahora con la P.A.C,ni eso,si no nos apartamos de los intereses de EEUU,de Europa no va a quedar nada
Lagoenol
La única esperanza de que Europa no quede sometida para siempre a los intereses del anglosionismo de los Estados Unidos y su adlátere el Reino Unido, es que fracasen en Ucrania, de otra manera la libertad desaparecerá en nuestro continente y la paz en el mundo sólo estará al alcance de los países suficientemente poderosos de poder defenderse por si mismos, un mundo con una sola potencia hegemónica que lo controle todo sería una pesadilla aún mayor de la que ya vivimos.
Farragut
Qué Ucrania no caiga en manos de Putin es crítico para la supervivencia de Europa. Al mal hay que hacerle frente.
Susanam
La paz la sabotear Biden al principio