Un IVA que sigue siendo del 21% a pesar de las peticiones del sector; una reforma de Ley de Propiedad Intelectual que arranca críticas entre creadores, medios y empresas y, finalmente, el pinchazo de la Ley de Mecenazgo, convertida en apéndice de la reforma fiscal. Un 2014 que no dista mucho del curso anterior y al que se suma el plantón de los Premios Nacionales.

Este Gobierno sin rumbo cierra un año pésimo y se encamina hacia otro cargado de incógnitas, con casi todos los frentes abiertos –particularmente el político-, pero con los españoles mucho más cansados, definitivamente hartos del esplendoroso inmovilismo de este Ejecutivo en el que tantos habían puesto tantas esperanzas.   

Si bien cuantitativamente sólo ha perdido una medalla con respecto a Pekín y sus 30 diplomas olímpicos sirven para honrar a unos deportistas que se han esforzado al máximo, cualitativamente el papel de la delegación española en Londres deja muchas sombras. Demasiadas, y algunas muy llamativas como las del atletismo, para un país que aspira a albergar los Juegos en 2020.