El presidente del Ejecutivo comparecía este viernes tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros y se daba un baño de buenas cifras para recordar los méritos de este año de Gobierno, a la vez que prometía nuevas medidas para el comienzo del nuevo curso.
Mariano Rajoy, del mismo modo que hizo un año antes, cerró el curso político mencionando de nuevo los indicadores económicos publicados en los últimos días, añadiendo que ha mejorado la confianza dentro de España con un índice de confianza del consumidor -89,3% hoy por el 61,8% de hace un año- y anunciando también que en septiembre el Gobierno revisará de nuevo al alza la previsión de crecimiento económico que en abril se situó en el 1,2%. "Las cosas van mejor de lo que habíamos previsto. La recuperación es firme y cada vez más intensa. No estamos ante un espejismo ni ante un alarde de optimismo justificado. Estamos pisando terreno sólido, la recuperación ha llegado para quedarse", declaraba.
En este sentido, Rajoy comentaba el que para él ha sido desde su llegaba a Moncloa su principal objetivo, que es fomentar el empleo. "El paro desciende hoy a un ritmo del 7%, podemos hablar de creación de empleo neto por primera vez en seis años. La ocupación ha crecido en 400.000 personas, la mejor cifra desde hace nueve años. Hoy tenemos 101.194 jóvenes parados menos que cuando llegamos al Gobierno. Jamás el crecimiento económico se había trasladado de manera tan directa al empleo como ahora, y eso es por las reformas estructurales que se han hecho", añadía.
El presidente, consciente de que "los efectos de esta nueva situación aún no han llegado a todos los españoles porque el daño causado por la crisis ha sido ingente", quería hacer hincapié en que lo ocurrido no es es producto de la casualidad o de la buena suerte, sino que se trata de cifras muy trabajadas, que han costado mucho esfuerzo a mucha gente. "Vamos en la buena dirección, pero somos conscientes de que todavía tenemos muchas cosas por hacer. Por eso es el momento de perseverar en las buenas políticas y pisar el acelerador del crecimiento", decía, anunciando la aprobación de la reforma fiscal que "devolverá 9.000 millones de euros al bolsillo de los contribuyentes en los próximos dos años".
Mas "no hará nada ilegal"
Después de alabar el proceso "constitucionalmente impecable" del relevo en la jefatura del Estado, Rajoy daba paso al turno de preguntas, en el que una de las primeras le demandaba su impresión sobre la reunión de este miércoles con el presidente catalán. "Yo le dije que la ley sí, y el diálogo también. Él me entregó un documento que estamos estudiando, con temas de financiación y cosas que preocupan a la gente, y yo le dije que mi prioridad era que se creara empleo a la mayor celeridad posible y que no se descuidaran las necesidades sociales. Sinceramente, no sé qué pasará el próximo 9 de noviembre, pero el señor Mas me ha dicho que no hará nada que sea ilegal, y espero que eso sea lo que se produzca", confiaba.
También preguntado por hasta qué punto el proceso soberanista se veía afectado por el escándalo del dinero oculto de Jordi Pujol, Rajoy se limitaba a recordar que lo que de verdad afectaba era que se trataba de "algo que no es legal, que contraviene la Constitución, que juega con los derechos de la mayoría de los españoles, que es malo, negativo, perjudicial y empobrece a Cataluña y al resto de España".
Rajoy ha pasado de puntillas por aquellas preguntas que le demandaban su punto de vista sobre la corrupción que afectaba a diversos cargos de su partido condenados, algo a lo que ha respondido con un "esos nombres que menciona ya no forman parte del PP", para poco después declarar que su Ejecutivo ha luchado por fijar una ley de transparencia y por "luchar contra la corrupción". "Los tribunales son los que tienen que decidir, y yo acataré. Nos toca a los políticos hacer lo posible para que estas situaciones no se vuelvan a repetir nunca más", comentaba sin querer mencionar ningún nombre ni personalizar en ningún caso.