Internacional

Maduro se propone consagrar el autogolpe en Venezuela en un clima casi bélico

Maduro refuerza su control interno con la activación del ODDI, que combina Fuerzas Armadas, policía, milicia y civiles ante la entrada de Edmundo González

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En un ambiente cargado de amenazas, mensajes guerracivilistas y discursos incendiarios, Venezuela enfrenta días cruciales que podrían definir su futuro. Este viernes 10 de enero se vivirá un evento sin precedentes: la juramentación de dos presidentes en paralelo, mientras la resistencia civil se mide contra el intento de consolidación de un autogolpe por parte del régimen de Nicolás Maduro. 

En la noche del miércoles, el presidente electo Edmundo González Urrutia aterrizó en el Aeropuerto Internacional de las Américas, en República Dominicana. En su gira internacional para sumar apoyos contra el régimen chavista, estuvo acompañado por líderes opositores como Antonio Ledezma y David Smolansky, siendo recibido con honores por el director de Ceremonial de Estado dominicano, Francisco Cantizano Nadal.

Durante su visita, González se reunió con el presidente Luis Abinader y otros exmandatarios latinoamericanos en el evento “Acto de apoyo a la democracia en Venezuela”. Este encuentro buscaba afianzar el respaldo internacional tras las denuncias de fraude en los comicios de julio, cuyos resultados certifican su victoria y cuyas actas permanecen custodiadas en Panamá.

Previamente, en un encuentro con la diáspora venezolana en Panamá, González prometió “poner fin a la pesadilla” de la migración forzada y reconstruir el país. Entre consignas y aplausos, su mensaje de esperanza resonó como una luz para millones de exiliados.

Control y represión: el ODDI de Maduro

Mientras tanto, Maduro refuerza su control interno con la activación del Órgano de Dirección de Defensa Integral (ODDI), que combina Fuerzas Armadas, policía, milicia y civiles armados. Bajo el argumento de “garantizar la paz”, esta estructura busca reprimir cualquier manifestación contraria al régimen.

En una ceremonia reciente en Miraflores, cientos de milicianos juraron lealtad al régimen mientras Maduro declaraba que la clase obrera lidera la defensa de la soberanía. Paralelamente, Caracas se encuentra militarizada, con bloqueos en puntos estratégicos como el Palacio Federal Legislativo y las principales avenidas.

En este contexto tenso, la líder opositora María Corina Machado reaparece públicamente convocando a una movilización masiva para este jueves 9 de enero. En un video difundido en redes sociales, Machado llamó a los venezolanos a salir con camisetas de los colores patrios, declarando: “Que el miedo nos tenga miedo”.

Machado, símbolo de resistencia antichavista, aseguró que este día marcará el inicio de una nueva etapa en la lucha contra la dictadura. Su regreso a la vida pública representa un intento por unificar a la oposición y revitalizar la movilización popular. 

Machado ha llamado a "toda Venezuela" a participar en la protesta convocada para hoy. Las calles del país se llenarán de manifestantes que buscan expresar su rechazo a la nueva investidura de Maduro, mientras se espera que en las próximas horas González entre al país, aunque no ha trascendido ni el momento ni la vía que utilizará el líder opositor para evitar su captura.

En España, los partidos PP y Vox han organizado una concentración en apoyo a González y a la oposición venezolana. La cita es a las seis de la tarde en la Puerta del Sol de Madrid, donde está previsto que participen figuras políticas como los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, además del actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Seguridad extrema y amenazas

Desde mediados de diciembre, el régimen incrementó la seguridad con más de 1.200 efectivos adicionales patrullando Caracas y otras ciudades. Zonas como la avenida Urdaneta están bajo estricta vigilancia, mientras el metro y las principales autopistas permanecen controladas.

El coronel Alexander Granko Arteaga, de la Contrainteligencia Militar, justificó estas medidas citando supuestas amenazas terroristas, una narrativa recurrente del chavismo para deslegitimar a la oposición. Maduro también denunció planes de atentados contra altos funcionarios, incluyendo la vicepresidenta Delcy Rodríguez, y anunció la detención de más de 130 personas, calificándolos de “mercenarios extranjeros”.

Simultáneamente, la Asamblea Nacional oficialista declaró personas non gratas a nueve expresidentes que planean apoyar a González en su aspiración presidencial, reforzando la narrativa del régimen de una “invasión extranjera”.

La incertidumbre del retorno de González

El regreso de González Urrutia a Venezuela está plagado de riesgos. A pesar de las advertencias del régimen sobre su inminente arresto, el líder opositor asegura que estará presente el 10 de enero para asumir el mando. En sus discursos, ha instado a las Fuerzas Armadas a romper con la cúpula chavista y respaldar la democracia.

“Debo asumir el rol de comandante en jefe para respetar la voluntad popular”, enfatizó González, apelando directamente a los militares. Su determinación contrasta con el peligro latente de su detención inmediata.

Venezuela se encuentra en una situación crítica. La dualidad de dos juramentaciones presidenciales, el fortalecimiento de los mecanismos represivos y la división social crean un escenario altamente volátil. La oposición, liderada por González y figuras como Machado, enfrenta el desafío de movilizar a millones de venezolanos mientras busca articular una estrategia común.

El desenlace del 10 de enero podría definir el futuro del país. Para algunos, es la última oportunidad de rescatar la democracia; para otros, un paso hacia una dictadura irreversible. En este contexto, la comunidad internacional tiene un papel crucial para evitar una escalada de violencia. En palabras de Edmundo González Urrutia: “Es ahora o nunca. Venezuela no puede esperar más”.

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