Pico de Peñalara y Puerto de los Cotos
En estos puntos encontramos una gran variedad de rutas ideales para conocer la sierra de Guadarrama y ascender al punto más alto de la provincia, Peñalara. Muchas de ellas se cruzan y combinan entre sí, pero hay para elegir: la más conocida es la que recorre la Laguna Grande de origen glacial que todo el mundo debería visitar. Todas ellas tienen en común la mejor síntesis de todos los paisajes castellanos, con sus bosques de pinos y macizos graníticos, y la ventaja que suponen sus fáciles accesos.
La Peñota en Guadarrama
Partimos desde la estación de tren de Cercedilla para acceder a una pista que atraviesa una urbanización, y después hasta unos muros de piedra que nos indican que estamos en el camino. Teniendo en cuenta que el viento o la nieve pueden complicarnos la subida, ascender a La Peñota, a 1.945 metros de altitud, es uno de los grandes pero exigentes placeres de la sierra madrileña. Un sendero de pinos y praderas que culmina en las tres cumbres y un paisaje casi inigualable, si el tiempo acompaña, con cada pie puesto en una comunidad: por la parte nordeste estamos en Segovia, lo que demuestra que desde aquí estamos dominando todo el valle de Guadarrama.
Rascafría
Este municipio del valle del Lozoya dispone de una serie de pistas forestales y sendas antiguas que se bifurcan en caminos de diferente dificultad y nivel de desafío. Por un lado tenemos la de las Cascadas del Purgatorio, accesible y sencilla, y por otro la que llega hasta La Granja, que no es precisamente un paseo. Todos ellos nos permiten disfrutar del extraordinarios paisajes, entre grandes robledales, amplios prados y vistas al embalse de la Pinilla, entre otras maravillas y dependiendo del caso. Siempre está la posibilidad de darnos una buena recompensa en forma de judiones. Pero recuerden que luego hay que volver...
Rutas arboladas de Aranjuez
Rebajamos el nivel de intensidad y nos desplazamos a la Real Sitio y Villa de Aranjuez, que fiel a su carácter palaciego nos descubre una ruta arbolada ideal para esas tardes doradas de otoño en las que ya refresca, pero todavía apetece disfrutar del aire libre. El sendero arranca en la glorieta de Santiago Rusiñol y atraviesa sotos y dehesas principescos hasta el río Tajo, continuando por vías pecuarias de la zona hasta desembocar de nuevo en el Palacio Real. Ya sea a pie o en bicicleta, a su término podemos visitar cualquiera de las joyas que nos depara su Patrimonio, o simplemente rematar la tarde en el Mercado de Abastos.
Casa de Campo
En el centro de la capital tenemos este enorme pulmón repleto de rutas verdes ideales para recorrer a pie o en bicicleta. Se trata de la segunda masa natural de Madrid, sólo por detrás de El Pardo, y además de su innegable valor histórico nos ofrece suficientes puntos de interés que merecen calzarse unas zapatillas cómodas. La ruta que rodea el complejo, y que comienza y acaba en la estación de metro, son 15 kilómetros que se adentran en lugares alejados del tráfico y todavía desconocidos para muchos madrileños. La Puerta del Zarzón, la de Rodajos o Somosaguas, el cerro de la Covatilla... forman parte también de su sección incluida en el Anillo Verde Ciclista y son un más que agradable paseo. Por el camino, podemos reconciliarnos con Madrid descubriendo nuevas vistas de su perfil, pero si somos de campo también podemos divisar la Sierra de Guadarrama. Además, el Paseo de Madrid-Río puede ser otra buena alternativa en un entorno más urbano.
Vía Verde del Guadarrama
Estamos en una ruta en bicicleta apta para toda la familia, niños incluidos, que une Móstoles y Navalcarnero en un agradable descenso de tierra sin señalizar pero adaptada a ciclistas sin experiencia. Gracias a este antiguo trazado ferroviario podremos cruzar el Guadarrama por una pasarela, atravesar bosques de encinas y campos de cultivo hasta desembocar en medio de la plaza de Segovia de Navalcarnero, con sus mercados y ferias de fin de semana, pero que también nos permitirá recompensarnos con una buena comida.