Criada en un mundo de hombres, pero defensora del papel de la mujer en el mundo empresarial, Ana Patricia Botín tiene, sin embargo, un acérrimo empeño en cuanto a la denominación de su cargo. No lo entiende en femenino. Ella es la 'presidente'. El título en masculino. Una manía bien conocida en los despachos de Banesto o Santander UK. Incluso en las memorias del banco en inglés, la obsesión se trasladaba al traductor. Nada de 'chairwoman'. Ana Patricia fue la 'chairman' de Banesto. Más tarde de Santander UK. Desde este miércoles, de todo el grupo. Del Santander en mayúsculas.
Allí ha llegado por el fallecimiento de su padre y tras muchos años de mimos y enseñanzas del círculo más íntimo de Emilio Botín. Por encima de todos, Alfredo Sáenz. El ex CEO siempre ha estado cerca de Ana Patricia. Le aconsejó mucho antes de llegar a la presidencia de Banesto, pero el contacto se intensificó desde que asumió el mando de la filial. Bien en Mesena, bien en Boadilla, Ana Patricia y Sáenz departían semanalmente. Una relación que ha seguido intensificándose en la aventura en la City. Incluso, algunas fuentes, siguen manteniendo que Sáenz está detrás del giro copernicano que ha sufrido Santander UK desde la llegada de Ana Patricia.
Pero no sólo Sáenz, también Juan Antonio Alvárez, director financiero del Santander, o Juan Manuel Cendoya, el dircom del grupo y gran hombre de confianza de Botín, han arropado a Ana Patricia. Con ellos solía preparar las presentaciones de resultados de la antigua filial. Los argumentos y los números.
Menos natural que su padre en el trato corto, sí encajaba con naturalidad alguna que otra salida de tono de la realidad financiera del momento. Como en aquella ocasión, en el inicio de la reestructuración financiera de esta larga crisis, cuando se mostró sorprendida, en un encuentro con periodistas, porque uno de ellos le preguntase su opinión sobre los SIP (Sistema Institucional de Protección), la solución que el Banco de España llevaba meses propugnando para las cajas. "¿Cómo me ha dicho que se llama eso?", llegó a responder ante la pregunta.
La desaparición de las cajas la protegen ya para siempre de la pregunta en su retorno a Boadilla. Un viaje de vuelta en el que la hija mayor de Emilio Botín ha ganado peso en la escena internacional. Según Bloomberg, Ana Patricia es la única personalidad española en la lista de las 50 personas más influyentes del mundo. Además, es miembro del consejo de administración de Coca Cola y Business Ambassador para el gobierno británico. Un pedigrí necesario para llenar en Brasil, Nueva York, Hong Kong, Londres o Madrid el hueco dejado por su padre.