La subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos en 75 puntos básicos, la mayor en 30 años, ha sorprendido a unos mercados que asisten un tanto asustados al intento de los bancos centrales de controlar una inflación, hoy por hoy, desbocada. De ahí este movimiento y el más que previsible del BCE en julio subiendo los tipos de interés en otro intento, un tanto tardío aparentemente, de enfriar las economías y meter en vereda los índices de precios.
Sin embargo, esta medida -que puede parecer que tiene todo el sentido desde el punto de vista teórico- presenta, desde mi punto de vista, algunos problemas de índole práctica y debería hacernos reflexionar sobre el papel de los bancos centrales es situaciones como estas.
En primer lugar, no podemos obviar que hasta aquí hemos llegado gracias, en gran medida, a los mismos que hoy intentan corregir la situación. Los enormes planes de estímulo monetario puestos en marcha por los bancos centrales han contribuido, sin lugar a dudas, al alza de precios. Es decir, estamos asistiendo al pintoresco espectáculo de ver al pirómano intentando apagar el fuego.
Aunque esos estímulos fueron necesarios en su momento y contribuyeron a recuperar las maltrechas economías después de la debacle que supuso la crisis de las hipotecas 'subprime', y posteriormente a mitigar los efectos del COVID, sí parece cada vez más evidente que los bancos centrales han llegado un tanto tarde y el aterrizaje va a ser mucho más complicado de lo que hubiera sido deseable.
Todavía no está nada claro que la inflación pueda ser controlada vía subida de tipos de interés
En segundo lugar, todavía no está nada claro que la inflación pueda ser controlada vía subida de tipos de interés. Y eso se debe a que el origen de las subidas de precios hay que buscarlo mucho más en el lado de la oferta que en el lado de la demanda. Las alzas en los precios de la energía, materias primas y componentes no se van a solucionan únicamente con medidas como esta, si no van acompañados de una ralentización muy importante de la actividad económica que lleve a menor demanda y a un abaratamiento de los precios.
Además, deberán solucionarse definitivamente los problemas en las cadenas de suministro que aún perduran debido a la pandemia y mejorar la situación geopolítica en el este de Europa. Si no se da todo eso a la vez va a ser muy complicado controlar la inflación a corto plazo.
Por todo ello, parece claro que la apuesta de la Fed es la primera vía, la de frenar la actividad lo suficiente para permitir controlar los precios aunque en el camino la economía americana entre en recesión; un escenario ya no tan lejano si tenemos en cuenta que ya en el primer trimestre de este año se contrajo en un 1,5%, a pesar de lo cual los precios siguieron subiendo en abril y mayo. Tampoco sería el fin del mundo si consigue su objetivo y es una especie de 'recesión técnica' controlada y de duración corta.
El BCE no mucho margen: urge una rápida intervención más allá de la retirada de los estímulos ya anunciada
Por último, ¿qué hará el Banco Central Europeo? Nadie lo sabe a ciencia cierta, y no tengo claro que ellos lo sepan todavía. Lo único que hemos conocido este miércoles es que van a preparar algún instrumento que alivie algo el problema que se les viene encima a países con España, Italia o Grecia, con la enorme deuda pública que atesoran y que va a provocar, ante la subida de los tipos de interés, que se disparen los intereses y se compliquen aún más sus deterioradas cuentas públicas. De ahí el fuerte repunte de las primas de riesgo de estos últimos días. Y es un problema de calado que se debería abordar desde ya, si no queremos encontrarnos otra vez a las puertas de una crisis como la de 2012.
Lo que sí parece claro es que el BCE moverá la ficha de los tipos en julio y tendremos que ver si opta por la agresividad americana o se toma las cosas con más calma. Tampoco tiene mucho margen, ya que la inflación en la eurozona está ya en niveles del 8,1% y, por tanto, urge una rápida intervención más allá de la retirada de los estímulos ya anunciada.
Roma
Siempre pasa lo mismo. La tentación de gastar antes de tener el dinero es muy fuerte en cualquiera. Pero cuando se trata de un político, gastar el dinero y dejar que la deuda la pague el que venga… es una tentación irresistible.
Wesly
Que los bancos centrales ayuden temporalmente a evitar una situación de colapso imprimiendo dinero y comprando deuda de los estados a bajo precio debido a que nadie en su sano juicio lo haría voluntariamente, salvando así una situación muy comprometida, esta bien, muy bien. Pero está muy bien siempre y cuando los bancos centrales pongan deberes muy estrictos y controlen muy estrecha y rigurosamente el cumplimiento de estas condiciones por parte de los estados manirrotos. Estas condiciones son, entre otras: reducir gastos innecesarios, eliminar privilegios en la política y en la Administración, conseguir una Administración profesional, eficaz y de bajo coste. Todo ello con el fin de que cuando cese la ayuda temporal de los bancos centrales, los estados sean capaces de ser eficientes y financiarse en los mercados. Como los bancos centrales no les pusieron deberes, los gobiernos irresponsables, como el de Pedro Sánchez, se han dedicado a aprovechar las facilidades para endeudarse todavía más con el fin de comprar votos como si no hubiera un mañana, a colocar a más y más gente en la Administración sin poner en marcha plan alguno para mejorar su eficacia, lo que nos lleva a la situación actual: más deuda que antes de la implantación del programa de ayuda del BCE, y menos posibilidades de colocarla a precios asumibles. En definitiva, por no poner condicionalidad, las ayudas del BCE han sido del todo contraproducentes.
Grossman
Los estímulos a la economía no es más que un engaño, crear una riqueza ficticia que al final hay que pagar con una recesión más fuerte. La subida de los tipos de interés siempre es buena porque, con un poco de suerte, nos acercaríamos a los tipos de interés reales, los que debe marcar el mercado. Alterar precios, y los tipos de interés son el precio del dinero, es desequilibrar la economía, adulterarla, manipular la información que, en el fondo, son los precios, por eso siempre se llega tarde, el mercado es el único que da los datos en tiempo real.
Alexander
La subida del tipo de interés del dinero se solía utilizar para enfriar una economía con un crecimiento demasiado rápido pero la inflación actual se debe al aumento del coste de los combustibles, de los alimentos, etc. Ni las economías de los paises europeos ni la de EEUU están recalentadas y, por tanto, creo que tanto la FED como el BCE se están equivocando al subir los tipos de interés.