La agenda nacional y mundial de esperpentos llega tan cargada en esta época que es fácil perderse algunos que mereciendo cierta atención pasan casi desapercibidos. Uno de estos es el premio de la Fundación BBVA “Fronteras del conocimiento” a Peter Singer, ex aequo con Steven Pinker, por "sus innovadoras contribuciones académicas en el ámbito de la racionalidad y el progreso moral que han logrado un alto impacto en el espacio público".
Steven Pinker es un candidato adecuado a ese premio porque, en efecto, tiene una larga trayectoria de compromiso con la racionalidad y el progreso moral; sólo se le podría reprochar la exagerada ingenuidad de su fe en la bondad natural humana, y la precipitación teórica de algunas de sus teorías lingüísticas (como la del lenguaje mental universal o mentalés).
Pero Peter Singer es harina de otro costal: llamarle “filósofo”, como hizo tanto medio dando noticia del suceso, es tan adecuado como llamar a Jack el Destripador “investigador anatómico”. Respecto a la racionalidad, nada es más ajeno al premiado, pues considera iguales la conciencia animal y la conciencia racional humana. Si las ideas de moralidad y progreso ocupan la actividad de Singer, tienen un sentido tan salvajemente antihumanista y reaccionario que le alinean con la larga estirpe de enemigos de la humanidad que han afligido la historia. Les dejo un resumen de sus opiniones en la Wikipedia bastante partidario, y por lo mismo más ilustrativo de su infamia.
Se hizo popular con el “proyecto Gran Simio”, que postula considerar sujetos similares a los humanos, a efectos morales y jurídicos, a los grandes simios
Singer es considerado, con razón, el padre del animalismo, la teoría antiética que considera equivalentes la consciencia y los derechos humanos y los presuntos derechos y consciencia de los animales. Los animales tienen instintos y algunas especies –cetáceos, córvidos, cefalópodos, primates- costumbres y lenguajes elementales ligados a cierta consciencia básica, pero no conciencia ética, es decir, teorías y dudas sobre el bien y el mal: negarlo es una animalada. Singer se hizo popular con el “proyecto Gran Simio”, que postula considerar sujetos similares a los humanos, a efectos morales y jurídicos, a los grandes simios (gorilas, chimpancés, bonobos y orangutanes, de momento). Algunas de sus ocurrencias se están en la Ley de Bienestar Animal, último intento de ingeniería social de la paleoizquierda monclovita. Convertir a un chimpancé en ciudadano equivale a convertir a los ciudadanos en chimpancés, proceso con firmes partidarios en ciertos entes políticos y al parecer también en grandes bancos. Incluso evocando el recuerdo sentimental de la entrañable mona Chita, remite mucho más a las distopías de El planeta de los simios o La isla del doctor Moreau que a cualquier paraíso animalista.
Como suele ser usual, quienes elevan la condición animal a la humana en realidad animalizan la nuestra, regla que se cumple exactamente con Peter Singer. Por eso también ha defendido el infanticidio y la eutanasia obligatoria como medios legítimos y legales de regulación social utilitaria, es decir, la vieja pesadilla de la eugenesia que el nazismo llevó a sus últimas consecuencias.
Las opiniones de Singer no son un secreto; le han valido muchos reconocimientos de los mismos estúpidos o criminales culturales que impulsan la cultura de la cancelación, la dictadura woke, las sectas queer y animalista, y practican la destrucción universitaria del concepto clásico de humanidades. Por tanto, la Fundación BBVA sabía que premiaba a un tipo sedicentemente filósofo y, en realidad, un activista distópico y antihumanista. Este nuevo profeta de la roca Tarpeya merecería ser arrojado por alguna si no estuviera protegido, precisamente, por los valores que impugna o desprecia: libertad de expresión, de conciencia y de iniciativa, y derechos humanos basados en el derecho incondicional a la vida. Es la vieja paradoja de la tolerancia del fanatismo intolerante que tantos problemas ha creado a la democracia y tantas facilidades regalado a los totalitarismos de izquierda y derecha.
Los mayores enemigos de la libertad económica y la democracia liberal no suelen ser, como tiende a creerse, los revolucionarios y comunistas de distinto pelaje
Como otros grandes bancos –el Santander ha financiado cursos de formación de Podemos metidos en los de verano de la Complutense-, el BBVA muestra una frívola indiferencia por el sistema de valores al que deben la existencia y protege sus negocios: los derechos a la propiedad, a la libertad económica y resto de reglas y garantías del sistema que llamamos capitalismo con democracia liberal. Los mayores enemigos de la libertad económica y la democracia liberal no suelen ser, como tiende a creerse, los revolucionarios y comunistas de distinto pelaje. No, los peores enemigos del sistema de doble libertad económica y política surgen entre los más privilegiados y mimados, que frivolizan con la tolerancia y protección de quienes quieren destruirlo. La mezcla de ignorancia arrogante, irresponsabilidad moral y miedo a la opinión demagógica llevó a muchos industriales y financieros alemanes a financiar a Hitler como insensato, criminal y destructivo medio de combatir el comunismo, pero también de protegerse del odio y la demagogia fascista, desviado contra los judíos, la izquierda y las minorías.
Alguien parece creer ingenioso y equilibrado premiar juntos a un ilustrado liberal como Steven Pinker y a un iliberal por ilustrar como Peter Singer. Hace un siglo algunos capitostes del gran capital pensaron eso mismo de los totalitarismos emergentes; antes de Hitler, el dinero alemán también financió el viaje de Lenin a Rusia que acabó con el zarismo e instauró la distopía soviética. Si releemos críticamente a los centenares de pensadores e intelectuales de aquella época, descubriremos que la mayoría apoyaban el derribo de la democracia y del capitalismo, seducidos –como Carl Schmitt o Nikolái Bujarin- por ser los consejeros áulicos de las nuevas dictaduras comunistas y fascistas. Y también muchos ingredientes presentes en las actuales ideologías posmodernistas que tan bien encarna Peter Singer. Hicieron falta dos guerras mundiales, varias civiles, revoluciones y golpes de Estado con centenares de millones de muertos por todo el planeta para que algunos cráneos privilegiados descubrieran, finalmente, que la democracia y la libertad económica no estaban tan mal comparados con los campos nazis de exterminio y el Gulag soviético o la Revolución Cultural de Mao. Pero parece que a muchos se les ha vuelto a olvidar y les gusta intercambiar simios y ciudadanos.
Variopinto
Según aparece colgado en el artículo de la web de esa Fundación: " Sobre Peter Singer, el acta destaca que es uno de los filósofos morales aplicados más influyentes de la actualidad: “marcó un punto de inflexión al extender y fundamentar la ética aplicándola al dominio de los animales, con notables consecuencias para la legislación internacional sobre el bienestar animal y el progreso moral”. (...) Aplicando los principios del utilitarismo de Jeremy Bentham y John Stuart Mill, según los cuales el objetivo de la ética debe ser siempre maximizar la felicidad y minimizar el sufrimiento, Singer argumentó que, si los animales son seres sintientes con capacidad para disfrutar del placer y padecer el dolor, no hay ningún otro motivo legítimo para excluirles de nuestra consideración moral. (...) Steven Pinker y Peter Singer han sido nominados por Melissa Lane, catedrática de Ciencias Políticas y directora del Centro Universitario de Valores Humanos de la Universidad de Princeton (Estados Unidos); José Muñiz Fernández, rector de la Universidad Nebrija (España); y Luis M. Valdés Villanueva, profesor emérito honorífico en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Oviedo (España)." Academicismo clasico nominando, en esta ocasión, a un filósofo por sus teorías morales basadas en la ética de "seres sintientes", todo ello con cargo a los fondos de una fundacion financiera que lo acredita con un premio. Es lógico que no le guste, no es el único (aunque esto no sirve de consuelo ni a los tontos), pero con las citas a estas teorias posmodernas y cuquis (y reproduciendo con deleite acrítico todos sus constructos lingüísticos) están hoy plagando sus escritos académicos sus colegas, Sr.Gorriaran.
123probando
Las lechugas son seres vivos sintientes que pueden reaccionar al entorno y comunicarse con otros seres sintientes de la misma o de otras especies. Y quien lo niegue está negando la evidencia científica. Debemos elaborar una carta de derechos de los seres sintientes, su derecho a no ser podados, explotados y engullidos vorazmente. Eso nos elevará a un nivel ético superior. Y mientras los 3000 niños que se mueren de hambre al día deberán esperar su turno en igualdad de condiciones con otros seres sintientes (las lechugas, por ejemplo).
Reliable1
Chapeau, Talle. Sigo todos tus comentarios con fruición.
Talleyrand
en efecto. El miedo ha cambiado de bando. Lo inimaginable ha sucedido. La gente corriente se empieza a rebelar por decenios de callar y callar mientras su vidas iban de peor en peor.
Norne Gaest
quería decir que Sosa Wagner no entendía que NO SE LLEGASE A UN ACUERDO CON Ciudadanos, cuando eran formaciones con ideologías similares. Yo estuve unos meses ( menos de medio año) en esa formación, pero me largué rápidamente cuando vi ese funcionamiento interno.
Norne Gaest
Leo este artículo con estupefacción. Sintéticamente: 1. La contraposición entre Singer y Pinker (los dos galardonados por la Fundación BBVA) es gratuita. Este último es un admirador del primero: "Sí, le sigo desde que publicó "El círculo expansivo" en 1981. En el defendía que el altruismo humano surgió como una tendencia genética para proteger a nuestros familiares y a nuestro clan. Pero con el tiempo ese altruismo fue evolucionando hasta convertirse en una ética consciente que amplia nuestro círculo de empatía a grupos cada vez más amplios, incluidos los animales. Es una idea muy poderosa" (EL MUNDO, 10-3-2023). 2. Es gratuita de afirmación de que pretende la equiparación de conciencia y derechos entre humanos y resto de animales. Solo dice que son seres "sintientes" es decir, con capacidad de sentir y, por tanto sufrir. 3. Por eso, lo que si preconiza es la paulatina erradicación de los tratos degradantes a sus condiciones naturales, cuales son los enjaulamientos y estabulación en granjas intensivas de producción (piensen en gallinas enjauladas, cerdos y vacas sin aire libre ni capacidad de movimiento, etc.) 4. Esa capacidad de sufrimiento también debería tenerse en cuenta a la hora de los sacrificios (por ej. con anestesia previa) en el caso de animales de explotación para consumo humano 5. La evolución es también ampliación del círculo de la compasión de la empatía, que desde los miembros de la tribu o el clan se amplia hacia otros seres humanos, los infieles, la esclavitud, las mujeres, etc. Hoy debe extenderse a los animales y la naturaleza en general. Pero reconoce que estas cosas requieren su tiempo. 6. Sobre todo esto hay un libro de un autor español que recomiendo "El triunfo de la compasión" de Jesús Mosterín, cuyo pensamiento es bastante similar al de Singer. 7. Por supuesto, ambos son contrarios a las corridas de toros y otros espectáculos similares. Yo también lo soy, y no pienso que los que los aficionados a ellos sean especialmente crueles. Sobre todo, es cuestión de evolución cultural. 8. Los calificativos a Singer son demenciales: iliberal, anti humano, nazi ,etc. Todo esto sería un esperpento que me llenaría de asombro si no fuese porque algo sé del personaje, un bulldog estalinista que contribuyó a purgar y expulsar de UPyD a todo el que se movía. Por eso F. Sosa Wagner, durante el proceso inquisitorial que se le formó por afirmar que no entendía el acuerdo con Ciudadanos, dijo que aquel partido debía "desgorriaranizarse". Pero no lo hicieron y acabaron como acabaron.
alita
Es posible que el Señor Martinez no esté familiarizado con la evidencia científica y las ideas éticas que respaldan el movimiento animalista, lo que podría llevarlo a malinterpretar y tergiversar las opiniones de Peter Singer y otros defensores de los derechos de los animales. El artículo critica a Peter Singer por considerar iguales la conciencia animal y la conciencia racional humana. Sin embargo, cada vez hay más evidencia científica que demuestra que los animales tienen habilidades cognitivas y emocionales que antes se consideraban exclusivamente humanas. Si bien es cierto que los animales no poseen una conciencia ética como la nuestra, esto no significa que debamos ignorar su sufrimiento y bienestar También critica el "proyecto Gran Simio", pero defender los derechos de los animales no implica degradar los derechos humanos. Más bien, se trata de reconocer que los animales merecen un trato digno y respetuoso, especialmente aquellos con niveles superiores de cognición y emociones, como los grandes simios. En cuanto a las acusaciones de que Singer promueve la eugenesia y el infanticidio, es importante entender que sus argumentos están basados en principios utilitaristas y no en un deseo de deshumanizar a las personas. Singer argumenta que, en ciertas circunstancias, permitir la eutanasia o el infanticidio podría ser la opción más ética si alivia el sufrimiento. El artículo también sugiere que la defensa de los derechos de los animales conduce a la animalización de la condición humana. Sin embargo, la ciencia y la ética animalista no buscan disminuir la importancia de los seres humanos, sino expandir nuestra compasión hacia otras especies y reconocer que también merecen protección y respeto. El señor Carlos Martinez ignora que defender los derechos de los animales no implica deshumanizar a las personas, sino reconocer la importancia del bienestar y la protección de todas las formas de vida. Como dice mi amiga Joy, ""En lugar de enfrentarnos en una batalla de percepciones, trabajemos juntos para construir un futuro donde todos los seres vivos puedan coexistir en armonía, porque al final, no somos más que huéspedes compartiendo el mismo hogar llamado Tierra."
vallecas
Muy acertado. Hay grandes empresarios que se dedican a su negocio, vender ropa, vender alimentos, con poca o ninguna carga filosófica. Otros en cambio, bancos, eléctricas quieren conocer y manipular a sus clientes. Estos son los peores, son oportunistas y torticeros, con una falta de vergüenza absoluta.