En estos tiempos, donde la incertidumbre y los cambios son una constante, se ha puesto de manifiesto la importancia de desarrollar estrategias articuladas en base a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que no solo garanticen el éxito de las organizaciones, si no que contribuyan a alcanzar una economía de futuro.
Así, la innovación debe ser un valor intrínseco en las compañías que las ayude a afrontar retos estratégicos concretos y a crear un valor diferencial que contribuya a dar respuesta a los distintos escenarios que surjan. Conscientes de ello, nosotros definimos un propósito que guía nuestros pasos y marca nuestra hoja de ruta: crear soluciones innovadoras para mejorar el mundo, y hemos puesto en marcha un ambicioso plan de diversificación que nos permita dar respuesta a los grandes retos a los que nos enfrentamos, no solo como compañía, sino como sector, tales como la descarbonización, cuidado del medioambiente o la transición energética.
Entre estos nuevos modelos de negocio se encuentra la contribución al desarrollo del sector del hidrogeno verde como vector energético, además de múltiples proyectos relacionados con el almacenamiento y distribución de productos químicos, eco‐combustibles o economía circular.
Pero entender la innovación como una mera palanca para ampliar las áreas de negocio sería una visión muy limitada y cortoplacista. La innovación abre un extenso abanico de posibilidades para elevar al máximo el potencial de una compañía y, muchas veces, del planeta y nuestra forma de vivir.
Por ello, nosotros aplicamos los principios de innovación a toda la operativa de nuestra organización, facilitando el desarrollo e implantación de nuevas técnicas de gestión que, combinadas con herramientas tecnológicas como la robótica, IoT, inteligencia artificial o nanotecnología, nos brindan la oportunidad de posicionarnos a la vanguardia del sector e impulsar el desarrollo de infraestructuras energéticas de gran valor añadido.
En esta línea, nuestro Sistema de Gestión de la Innovación nos permite actuar con antelación, de manera predictiva, proactiva y ágil para ir un paso por delante de las necesidades del sector, mediante la vigilancia constante de la evolución de la tecnología y el mercado. De este modo, nos adelantamos a cualquier posible cambio que pueda surgir, identificando tendencias a las que dar respuesta de manera prioritaria y reduciendo la probabilidad de que se produzcan posibles anomalías en el proceso.
Es evidente que la innovación es una palanca de crecimiento, además de un catalizador de la sostenibilidad. En este sentido, resulta preciso potenciarla tanto desde el ámbito empresarial como institucional con el objetivo de conseguir una economía más respetuosa con el medioambiente, próspera y que facilite oportunidades de crecimiento para la sociedad en su conjunto.
Para concluir, me gustaría insistir en la necesidad de que las organizaciones establezcan estrategias de negocio en las que la innovación sea protagonista. No hacerlo impacta de forma notable en su capacidad de crecimiento y en su supervivencia. La reinvención o extinción de las compañías pasa por contar con la innovación como motor de cambio. Esta máxima está muy interiorizada en nuestro sector, donde afortunadamente encontramos prácticas referentes que sirven de inspiración y nos animan a continuar trabajando para ser parte activa de este cambio positivo.