Opinión

Yo no soy anti israelí

He conocido con sorpresa las consideraciones del Sr. Hatchwell Altaras sobre mi último libro, acompañadas por cierto de descalificaciones personales que lamento por lo injustificadas en contenido y forma. Pero

  • Vista de Jerusalén

He conocido con sorpresa las consideraciones del Sr. Hatchwell Altaras sobre mi último libro, acompañadas por cierto de descalificaciones personales que lamento por lo injustificadas en contenido y forma.

Pero centrándome en el objeto de sus críticas, permítame recordarle que no es nueva la posición que defiendo en mi nuevo libro -de próxima publicación en enero- Memorias heterodoxas de un político de extremo centro, al defender sin atisbo alguno de duda la consecución de la paz en Oriente Medio mediante el establecimiento de dos Estados Israel-Palestina. Calificarme por ello de anti israelí, es un contorsionismo verbal cuyo objetivo presumo es meramente difamatorio.

La injusticia de los comentarios del Sr. Hatchwell se evidencia constatando hechos, a saber:

- Ya en 1978 defendí en el Congreso de los Diputados la posibilidad de acceso a la nacionalidad española de los descendientes sefardíes.

- En mi libro Cartas desde tres parlamentos (2009) se dice textualmente que “la guerra del Yon Kippur (1973) acabó en tablas e hizo comprender a los beligerantes que la paz sólo sería posible si cada uno de ellos contaba con un Estado seguro y viable”.

- Posteriormente, en enero de 2012 siendo ministro de Asuntos Exteriores declaré que en ningún caso el Gobierno español se haría eco de apelaciones al boicot al Estado de Israel, subrayando el compromiso del gobierno con la seguridad del Estado de Israel y abogando por alcanzar un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.

- En 2014 inauguré en Madrid la exposición que posteriormente fue itinerante por varias casas diplomáticas del Ministerio, titulada 'Más allá del deber', dedicada a evidenciar el heroico trabajo de los diplomáticos y funcionarios españoles que salvaron la vida de miles de judíos durante el holocausto.

- He sido el primer ministro de Asuntos Exteriores español que rindió homenaje en Mauthausen, en 2015, a los españoles que estuvieron y murieron en ese campo de concentración nazi.

- Nunca he dudado en alzar inmediatamente mi voz en defensa del pueblo judío: así lo hice ante la ignominia por Twitter realizada por el concejal Zapata.

- He apoyado e impulsado la modificación del Código Civil para la obtención de nacionalidad española por todos los sefardíes independientemente de su lugar de residencia.

- Mi postura pública quedó claramente definida con la “Estrategia de Acción Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores” (2014), donde he promovido la solución “basada en dos Estados capaces de coexistir en paz”, y el fortalecimiento de “los vínculos de nuestro país con el pueblo de Israel y, en especial, con las distintas comunidades sefardíes. El cultivo de la dimensión sefardí de nuestra identidad es un acto de justicia histórica, y una nueva base de relaciones con la dinámica sociedad israelí y con las comunidades judías del exterior.”

- En el libro Todos los cielos conducen a España (2015), en su capítulo 31, se contiene la carta que dirigí a Shlomo Ben Ami el 17/03/2015 y en la que manifiesto que "la distancia entre israelíes y palestinos -en términos de percepciones- no ha hecho sino ampliarse en los últimos años. Y no solo a causa de la reciente guerra de Gaza, sino también porque cada vez son más los palestinos que desconocen a los israelíes y los israelíes que desconocen a los palestinos. Una suerte de mutua ignorancia producto de la separación física y del hartazgo de un conflicto que parece interminable".

Igualmente, al finalizar el citado capítulo manifiesto que “Sospecho... que la verdad... se encuentra en el siempre elusivo término medio.” “La paz solo llegará cuando palestinos e israelíes, cada uno en su propio Estado, comprendan que pueden vivir juntos. La fórmula es sencilla: un Israel seguro y una Palestina viable. Nuestro trabajo en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es traducir esta fórmula en propuestas concretas”. “En ese camino, el de los dos Estados, encontrará siempre el respaldo de nuestro país”.

Por tanto, no parece muy anti israelí quien promueve, como he hecho, la obtención de la nacionalidad de su país por los sefarditas.

No parece muy anti israelí quien honra a los españoles que ayudaron a salvar la vida de miles de judíos durante el holocausto. Ni quien presenta sus respetos a los españoles que murieron en Mauthausen,

No parece muy anti israelí quien defiende la dignidad del pueblo judío ante viles ataques en Twitter.

No parece muy anti israelí quien apuesta siempre que tiene ocasión por promover las relaciones entre su país e Israel.

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