Asistimos a otra subida de impuestos que, contra todo pronóstico y promesa socialista, no van a pagar solo los ricos: leche, aceite, frutas y verduras... Me imagino a todos los votantes del PSOE dando palmas con las orejas por este tremendo ataque al bolsillo de Amancio Ortega, que seguro estará llorando en un rincón de su salòn de 200m2, mientras Paquita, con tres hijos en edad escolar, tiene que decidir si dejar los plátanos o la leche en la cinta de la caja del supermercado, porque para todo no le llega.
Resulta muy complicado pensar en comprarse un Lamborghini cuando en los hogares se está sustituyendo para cocinar el aceite de oliva por margarina, cuando el 45% de los coches que circulan en nuestro país tienen más de 15 años y hace 20 años eran tan solo el 4%. Con esta evolución, no hace falta que nos sigan torpedeando con desplazarnos en bicicleta, si de seguir así, de aquí a unos años vamos a volver a los caballos y a los carros tirados por mulas, porque somos muy ecosostenibles. Lo que sea con tal de no reconocer que cada vez somos más pobres.
Sobrevivir, ya no digo vivir cómodamente, se está volviendo cada vez más complicado para la gente sencilla, la corriente, la normal que te cruzas por la calle a diario. Hace unos días hablaba con un buen amigo que, con más de cincuenta castañas a sus espaldas, ve su futuro incierto y difícil. Se trasladó a Madrid hace un año para comenzar una nueva vida y comenzó a trabajar como autónomo como agente de seguros. Para quien desconoce cómo va el tema de ingresos en el sector de los seguros, lo más duro son los primeros años, hasta que consigues una cartera decente que te permite comenzar cada mes con unos ingresos fijos. Es una carrera a medio/largo plazo.
Le he dicho que no contrate al asesor fiscal de Silvia Intxaurrondo, porque la pobre, a pesar de haber ingresado más de medio millón de euros de RTVE, ha tenido que declarar en su sociedad unas pérdidas de algo más de 900€ y queda exenta de pagar el impuesto de sociedades
Su primer año no ha sido desastroso, creo que sus cifras son más que decentes. De continuar con este ritmo, la previsión para dentro de 2 o 3 años sería más que buena. Pero nunca lo sabremos. Y nunca lo sabremos porque este año ha podido “disfrutar” de la “tarifa plana” de autónomos, por lo que “solo” ha tenido que pagar religiosamente cada mes la nada despreciable cifra de 80€, pero si no puede prorrogar más esta rebaja en la cuota y se ve obligado a pagarla íntegramente, que asciende a 280€ cada mes como mínimo, solo para poder trabajar, tendrá que abandonar este trabajo y buscar un empleo donde la empresa le dé de alta. Las ventajas en este país no son para emprendedores con vistas a más de un año. Si no lo petas en un año, a cerrar el chiringo.
Intentando encontrar soluciones para mi amigo, le he dicho que no contrate al asesor fiscal de Silvia Intxaurrondo, porque la pobre, a pesar de haber ingresado más de medio millón de euros de RTVE, ha tenido que declarar en su sociedad unas pérdidas de algo más de 900€ y queda exenta de pagar el impuesto de sociedades. Cómo te tiene que ir de mal la cosa para ingresar medio millón de euros y aún así perder dinero. Silvia, ¿has probado a poner este verano el ire acondicionado a 21 grados? Según me han dicho, supone un ahorro importante.
No se preocupen por Silvia, me juego un desayuno con tostada bañada en aceite de oliva virgen extra, fíjense lo que les digo, a que ella no va a tener que cerrar el chiringo, a pesar de esas escandalosas pérdidas, y vamos a poder seguir disfrutando de su periodismo de calidad, afín a las órdenes del régimen sanchista, y de sus monsergas moralistas sobre los niños desamparados que vienen para hacernos brillar.
Con estas expectativas, comprenderán ustedes que se le quiten a una las pocas ganas de trabajar que le puedan quedar. Lo que me pide el cuerpo es llamar a alguna puerta, con el carné del PSOE entre los dientes, para conseguir uno de esos puestos de asesora del Gobierno y echarme a dormir.
“¿Pero en qué vas a asesorar tú al gobierno, Rosa?”. Pues oiga, en cualquier cosa sobre la que me pida mi opinión, que opiniones tengo muchas y, parece ser, que no hace falta mucho más para formar parte de esa interminable lista de asesores puestos a dedo.
Beneficiar colegas y amigotes
Cabría pensar que, si alguien es competente para su trabajo, no necesitaría mucha gente para asesorarle sobre cómo debe de hacerlo. Sería también lógico pensar que un ignorante e incapaz necesitaría muchas personas cualificadas a su alrededor para que le ayudaran a desarrollar con éxito una tarea para la que no sirve. Pero cuando hay una lista inagotable de asesores que no necesitan cualificación ni experiencia alguna para su puesto, lo que hay que entender es que están puestos ahí por un ignorante con la soberbia suficiente para pensar que no necesita el consejo ni la ayuda de ningún experto y que ha decidido beneficiar a colegas y amigotes que, como yo, se mueren por cobrar y echarse a dormir.
Tal vez por eso nos enteramos de que la ministra de Sanidad, la que decía, antes de su nombramiento, que se da el Ministerio de Sanidad a quien no sabe hacer nada, la que exigía transparencia a Ayuso hasta para saber cuánto azúcar le echa al café, se niega a revelar la identidad de sus asesores a dedo. Doña Mónica, si no pasa nada, de verdad, nos puede decir quiénes son, si ya contamos con el tipo de personas que hay en esa lista y la relación que mantiene con ellas. Estamos curados de espanto.
La cuota de autónomos
Además, son solo unos 30 asesores. Nada que ver con los más de 900 que tiene el señor Sánchez. Casi mil personas alrededor y ninguna ha sido capaz de asesorarle sobre que mentir como testigo en un juicio y delante de las narices de un juez y de toda España está mal y además es delito. Pues para eso, valgo yo también. Y me ahorro la cuota de autónomos, la tarifa plana y me olvido de la margarina.
Espero sepan ustedes disculpar mi ironía, pero desmoraliza a cualquiera tratar de ganarse la vida decentemente, cuando hay tanto abuso alrededor y ser un sinvergüenza no solo no se castiga, sino que encima se premia.
Quién en su sano juicio quiere pagar impuestos para acabar comiéndose unos huevos fritos en margarina. Manda huevos.