"Los pronósticos pueden decirle mucho sobre el pronosticador; no le dicen nada sobre el futuro", dijo el gran Warren Buffet. Hacer el ejercicio de intentar adivinar qué acontecerá el año próximo es, sin embargo, un ejercicio obligado. Sabiendo que tener un criterio no implica que haya que ceñirse a él, ya que en los mercados financieros y la economía, como en la vida, hay que adaptarse a las circunstancias y no pretender que ellas se adapten a nosotros. Y ya que he citado a Buffet, que nadie duda de que es un gran inversor, conviene recordar que la cantidad de fondos en efectivo que tiene su empresa de inversión Berkshire Hathaway es la mayor de su historia. Nunca había tenido tanto dinero sin invertir, prueba de que considera que en la actualidad no hay suficientes oportunidades para hacerlo, al menos a estos precios. Y yo no puedo estar más de acuerdo.
Aunque cambie el calendario, poco van a cambiar lascosas en 2024. De momento todo apunta a que los índices bursátiles seguirán subiendo, la euforia por la Inteligencia Artificial continuará, así como la de las criptomonedas. La pregunta es: ¿Durará hasta diciembre de 2025? Tras tantas subidas desde octubre de 2022, parece que el margen para ganar dinero en estos precios se reduce mucho y aumenta en gran medida el riesgo de una gran corrección. La complacencia es extrema, se ignoran todos los riesgos y casi nadie mira las valoraciones, los mercados siguen subiendo por pura inercia.
Los índices bursátiles están casi todos disparados por los máximos de sus valores con mayor peso, lo que no implica que todos los valores bursátiles lo estén. Si nos centramos en España, es difícil seguir viendo revalorizaciones de los bancos con un estrechamiento de los márgenes tras las bajadas de tipos. O que Inditex siga marcando máximos como si el consumo de ropa no frenara su crecimiento en algún momento, dados los riesgos geopolíticos y la falta de crecimiento económico en economías fuertes como Alemania o Francia, o por debajo del potencial, como China. Sin embargo, Repsol ha caído mucho este año ya que el crudo es de los escasos activos que ha bajado en 2024, aunque podría suceder lo contrario en 2025 si aumentan riesgos geopolíticos o China consume más de lo esperado. Como vemos, hay divergencias.
La renta fija parece buena opción de inversión en un contexto de bajada de tipos pero los aranceles podrían disparar el coste de los productos, provocar alzas inflacionarias y que los tipos, especialmente en Estados Unidos, no bajen tanto como se prevé. De hecho, si bajaran más de lo esperado seguramente sería por un mal desempeño económico generalizado, que no es precisamente lo que descuentan las bolsas.
El efectivo en dólares (o fondos monetarios en dólares) no nos harán ricos pero nos permitirán esquivar las pérdidas que, antes o después, llegarán en 2025
Mientras haya guerras en activo y tensiones geopolíticas importantes, con choques entre personajes autoritarios a escala mundial, a los que se suman Trump, el oro y el bitcoin (que no el resto de criptomonedas, que para mí, especialmente las memecoin, no deberían estar en ninguna cartera a estos niveles), pueden ser buenas opciones de cobertura pero a estos niveles más bien parecen una alternativa de mucho riesgo. Volvemos a la idea de Buffet de que puede que la liquidez sea la mejor alternativa, al menos hasta que no haya más correcciones. El efectivo en dólares (o fondos monetarios en dólares) no nos harán ricos pero nos permitirán esquivar las pérdidas que, antes o después, llegarán en 2025 porque los mercados necesitan una corrección importante en demasiados activos, y tras ella sí que habrá que asumir riesgos… pero no hasta entonces. También creo que hay valores bursátiles puntuales que pueden ser buena opción pero es que siempre los hay, la cuestión es tener tiempo para seguirlos, y aquí, por espacio, tiendo a generalizar.
La inflación, los aranceles y Ucrania
En cuanto a previsiones económicas, no soy tan optimista pero, en general, creo que las tendencias están claras: Estados Unidos y España crecerán por encima de la media, China no, y Francia y Alemania rozarán la recesión. La inflación será mayor de lo esperado por culpa de los aranceles, por lo que veo poco recorrido a más bajadas de tipos (en concreto veo los tipos de BCE como suelo en el 2,5% pero se descuenta que llegarán al 2%). Hay un posible factor optimista para Europa que puede mejorar las perspectivas de crecimiento, especialmente en Alemania, y es el fin de la guerra de Ucrania y el impulso que supondría su reconstrucción. No lo veo tan fácil como muchos piensan desde que Trump ganó las elecciones pero sí es razonable pensar (aunque veremos con qué condiciones) que las amenazas hacia Zelensky de dejar de ayudar y hacia Putin de aumentar la presión militar, conduzcan a un acuerdo auspiciado por el nuevo presidente estadounidense. Por el contrario, la guerra arancelaria contra China podría conducir a un escenario bélico en Taiwán.
La fuerte economía, combinada con el potencial de impuestos más bajos, aranceles más altos y restricciones a la inmigración, acabe propiciando una subida de los tipos de interés de la Fed estadounidense en 2025, contra toda expectativa
Por último, puestos a ser profetas, me la juego con dos previsiones “locas”: Carlos Torres, el presidente de BBVA, se ha empecinado en la opa sobre Sabadell contra muchos poderes fácticos, incluido este Gobierno, y justo su mandato acaba en marzo… algo me dice que la jubilación de Goirigolzarri (que siempre soñó con ser presidente del banco donde se formó) en CaixaBank (donde recaló tras Bankia), renunciando a una gran indemnización, puede estar relacionada con esto. En teoría, el Ejecutivo vasco se ha comprometido a no volver a trabajar en banca hasta 2026 pero…Y la segunda: que la fuerte economía, combinada con el potencial de impuestos más bajos, aranceles más altos y restricciones a la inmigración, acabe propiciando una subida de los tipos de interés de la Fed estadounidense en 2025, contra toda expectativa.
Mejor dejar de especular y centrarnos en mis mejores deseos para los lectores y en un mensaje de (necesario) optimismo para el próximo año, más allá de lo que hagan los mercados y los datos macroeconómicos. Al fin y al cabo, ahora tenemos a la Inteligencia Artificial para ayudarnos y eso debería ser positivo, ¿no?