Opinión

Reparto judicial al 50%, esperando al Supremo y ‘jaque al Rey’ 

La baza secreta de Sánchez como alternativa al adelanto electoral que el PP considera ya inevitable

  • El Rey Felipe VI en la base militar de Adazi (Letonia) -

Tras el buen acuerdo hallado entre el PSOE y el PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial, la semana entrante se hablará mucho en España de la decisión que adopte el Tribunal Supremo sobre la aplicación de la ley de Amnistía a los malversadores del procés, y que probablemente será contraria a la medida de gracia en línea con el dictamen de los cuatro fiscales del TS. 

En Europa la atención política estará centrada en el resultado de la primera vuelta de las elecciones legislativas de Francia, donde las encuestas dan la victoria inicial al partido de Le Pen (36 %), seguido del frente de izquierdas de Melenchon (29 %) y del centro de Macron (20 %). Lo que anuncia serios problemas para la gobernabilidad y la cohabitación presidencial. 

 En todo caso, el pacto o el ‘reparto’ de la renovación del CGPJ constituye un acierto político con el que Sánchez recupera algo de ‘moderación’ y Feijóo se refuerza en el liderazgo del PP, frente a las ínfulas de Ayuso, que acabó por apoyar el pacto tras jalear al presidente argentino Javier Milei en la Puerta del Sol. Y cuando empezaban a circular, en su entorno, ciertas malvadas propuestas para el liderazgo nacional y electoral del PP con una ‘solución al estilo PNV’: ‘Feijóo presidente del Partido y Ayuso de candidata a la presidencia del Gobierno’ (sic). 

De momento, el pacto del CGPJ ha rebajado los decibelios de la polarización política pero vamos a ver lo que dura porque en los próximos días se espera la publicación del auto del Tribunal Supremo (del juez instructor Pablo Llarena y la Sala de lo Penal que preside Manuel Marchena) sobre la aplicación de la Ley de Amnistía en vigor a los procesados y condenados por malversación en el golpe de Estado del procés de 2017.

Un auto del Supremo que se supone opuesto a la aplicación de la amnistía a los malversadores del procés de acuerdo con la firme posición de los fiscales del Supremo contraria a la aplicación de la amnistía a los malversadores del golpe de Estado catalán por: la apropiación indebida de fondos públicos para financiar el golpe de Estado; daños a la UE; y flagrante desigualdad al primar en el tiempo y forma ¡solo! a los malversadores del procés. 

El malestar que entre los nacionalistas catalanes causó el pacto de Sánchez y Feijóo sobre el CGPJ -algunos hablaban de una ‘gran coalición’- crecerá y regresarán nuevas amenazas de Puigdemont

Lo que no excluye que el TS presente también ante la Justicia europea la ‘cuestión prejudicial’ que, de ser admitida por el TJUE, añadiría al auto del Supremo un largo tiempo de suspensión de la Ley de Amnistía de casi dos años, a la espera de la sentencia europea. 

Si se confirma todo esto, el malestar que entre los nacionalistas catalanes causó el pacto de Sánchez y Feijóo sobre el CGPJ -algunos hablaban de una ‘gran coalición’- crecerá y regresarán nuevas amenazas de Puigdemont contra la estabilidad de Sánchez en los tres años que, en un principio, le quedan de la legislatura. 

Lo que, por otra parte, puede provocar la repetición de elecciones catalanas el 13 de octubre salvo que el PSC convenza a ERC del serio riesgo que para ellos -en plena crisis interna republicana- tendría el volver a las urnas. A las órdenes de Puigdemont y en coalición con Junts, en lugar de aceptar los de ERC el 'gobierno progresista' que propone Illa con PSC y los Comunes. 

El reparto de las sillas del CGPJ

En cuanto al pacto Sánchez-Feijóo sobre la renovación del CGPJ, tenemos que subrayar la condición de ‘reparto’ político de la Justicia entre PSOE y PP -como ha ocurrido en los últimos años- pero esta vez al 50%, con diez de los consejeros para cada partido. Aunque se espera que la presidencia -que será acordada por los nuevos consejeros- recaiga en una consejera progresista. Lo que no significa que su voto pueda ser decisivo en cuestiones como el nombramiento de los nuevos magistrados de los altos tribunales del Estado porque para ello hará falta una mayoría cualificada del Consejo.

A todo esto, se añade un acuerdo para acabar con las ‘puertas giratorias’ en la política y la judicatura y en especial para la Fiscalía General del Estado. Y el compromiso de reforma, en los próximos seis meses, de la Ley Orgánica del Poder Judicial en pos de la mejora del sistema de elección de consejeros del CGPJ, lo que no será fácil de conseguir. 

Menosprecio a la Corona

Entretanto, hemos asistido a un nuevo acto de menosprecio del presidente Sánchez al Rey Felipe VI quien, recordémoslo, es también el Jefe del Estado y ostenta ‘el mando supremo de las Fuerzas Armadas’. El monarca viajó solo y sin un ‘ministro de jornada’ a las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania (donde España tiene desplegadas tropas en el marco de la OTAN). 

Lo que ha constituido un gesto -otro más- de desprecio de Sánchez al Jefe del Estado, como ya se vio en otros recientes viajes del monarca a América Latina, y no digamos cuando, en 2020, Sánchez prohibió al Rey desplazarse a Barcelona para asistir a la entrega de diplomas de la Escuela Judicial. 

Está claro que Sánchez no piensa adelantar las elecciones como espera el PP, y sí parece decidido a regalarles al nacionalismo catalán una nueva financiación ‘singular’ parecida al cupo vasco. Y espera Sánchez controlar a Puigdemont con: la amenaza de que Pumpido podría liquidar la ley de Amnistía en el TC; la oferta de financiación ‘singular’ catalana; y el miedo a la llegada del PP al poder. 

Si nada de esto permite a Sánchez acabar la legislatura, el presidente, muy tocado por los casos de presunta corrupción de su esposa Begoña y su hermano David, podría intentar un ‘jaque al Rey’ con una ‘consulta nacional’. 

Y para que no falte de nada, en la diáspora territorial crece en León la exigencia de una pintoresca Comunidad Autónoma leonesa. El cuento de nunca acabar de la configuración del mapa político nacional, al que Sánchez probablemente le gustaría aportar una ‘confederación populista y republicana’ para seguir en el poder y consolidar su discurso de ‘somos más’.

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