Le ha faltado la figura paterna. Por esa razón, y a pesar de la intolerancia que Elisa demostró hacia todo lo que no sean sus ideas, despierta mi ternura. Conozco de primera mano el sufrimiento de los hijos cuyo padre un buen día se borra de sus vidas y las muchas dificultades que tienen que superar. Haber llegado a ser la primera de la promoción sin el concurso paterno tiene mucho mérito, mucho. Sin embargo, alguien ha convencido a Elisa de que eso no tiene ningún valor. Había que verla el otro día quitándole importancia a sus magníficas calificaciones e intentando convencernos de que todos, tanto los que han conseguido sacar el título como quienes llevan diez años fumando porros en los jardines de la facultad, merecen el premio de Alumni Ilustre.
Al principio, pensé que insistía tanto en repartir su éxito porque estaba haciendo eso que hace la gente del cine cuando alguno recoge un premio: dar las gracias a todo el equipo. Pero más tarde, buscando información sobre ella, di con una entrevista en una tele muy facha en la que proclamaba con una gran sonrisa: ¡Basta de meritocracia! Acabáramos. Imagino que ser Alumni Ilustre es solo un reconocimiento, una cartulina que enmarcar y colgar en la pared. Pero ¿estaría Elisa en contra de la meritocracia si ese nombramiento llevara aparejado un contrato con una productora o financiación para alguno de sus proyectos? ¿Habría estado entonces tan dispuesta a diluirlo entre sus compañeros?
Aunque su delirante discurso sin pies ni cabeza me lleva a preguntarme hasta dónde va a seguir cayendo nuestro sistema educativo, me gustaría creer que el fanatismo sectario del que hizo gala durante la entrega de premios se debe solo a la alocada pasión de la juventud. Quiero creer que es una artista rebelde —no olvidemos que es el mejor expediente en Comunicación Audiovisual de la Complutense— que ha montado esta performance para volverse viral. Sí, probablemente, Eli esté hasta los pelos de haber hecho una carrera para acabar siendo asistente de fotografía en revistas de moda. Que suena muy bonito, pero también cansado, humillante y mal pagado. Olé por ella, que ha entendido dónde está el business.
A los viejunos como yo nos puede parecer que tiene un nivel paupérrimo, pero Eli habla el idioma de gran parte de la juventud: muchos mensajes cortos e inconexos
Seguro que no tardará en encontrar un trabajo —o un cargo— mejor aunque acabe todas las frases con un “¿vale?”, no sepa utilizar el imperativo, no sea capaz de hilar una idea y salte de un tema a otro: Ayuso es muy mala, mis compañeros y mis profes son muy buenos, quiero hacer cine político, no tengo figura paterna, mi madre es la mejor, Ayuso es muy mala. A los viejunos como yo nos puede parecer que tiene un nivel paupérrimo, pero Eli habla el idioma de gran parte de la juventud: muchos mensajes cortos e inconexos a los que se puede responder con un emoticono. No hace falta tener un pensamiento elaborado ni aprender a argumentar: si no te dan la razón, gritas como un gorrino en la matanza y en paz, que se jodan los fachas. Ah, qué tiempos aquellos en los que los estudiantes de izquierdas iban a todas partes con un libro y disertaban durante horas sobre filosofía, política o literatura.
Repetir como papagayos machaconas consignas ideológicas
El sistema educativo español lleva mucho tiempo degradándose, como denuncia el profesor Daniel Arias-Aranda. En los colegios ya no se lee en voz alta y los chavales llegan a secundaria sin saber para qué sirve un punto o una coma, leen a trompicones como párvulos y les cuesta mucho fluir de una frase a otra; es decir: tienen serias dificultades para estructurar el pensamiento. Ya en 2009-2010 comencé a impartir cursos de Redacción Eficaz para alumnos de bachillerato, y siempre tenía que empezar por enseñarles a leer. El primer día les daba un artículo de 400 palabras facilitas y todos resoplaban como si les hubiera dicho que cavaran su propia tumba. Cuando les preguntaba qué les había parecido el texto, decían que no lo habían entendido; pero si les pedía que señalaran las palabras que no entendían, confesaban que las habían entendido todas. “Ah, entonces es por no pensar, ¿no?”, preguntaba yo. Y se reían por lo bajini asintiendo con la cabeza. En una ocasión, cuando ya llevaban un par de meses aprendiendo a expresarse por escrito, uno de los estudiantes se acercó al final de la clase para para decirme: "Gracias, nos has cambiado el cerebro". "No", contesté, "sólo os he enseñado a pensar".
No es culpa de Elisa ni de sus compañeros que nuestro sistema educativo les haga creer que tener criterio es repetir como papagayos machaconas consignas ideológicas. Pero, tal vez, si la mejor estudiante hubiera dedicado el mismo tiempo a leer que a militar, habría podido criticar a Ayuso de manera coherente y sosegada, habría podido entender que tiene mucho mérito ser la mejor de la promoción y, sobre todo, habría podido sentirse orgullosa de sí misma sin miedo a que compañeros y profesores la llamasen facha.
S.Johnson
No insista, de donde no hay no se puede sacar. A un mono se le puede amaestrar, pero nunca dejará de ser un mono.
Karl
"Conozco de primera mano el sufrimiento de los hijos cuyo padre un buen día se borra de sus vidas" escribe la autora. ¿Cómo sabe si se borraron o *los* borraron? 🤔
vallecas
Mi primer pensamiento es que si esta es la mejor "estamos apañados". La única salida que tienen los jóvenes de las grupos más desfavorecidos, pobres y humildes es la formación. Hay que decirles que cuanto más pobre seas más tienes que estudiar. Si desde la Izquierda les dicen lo contario les están condenando a una vida de pobreza y subdesarrollo. Es curioso que sea la Derecha quien les muestra que el camino correcto sea el trabajo y el esfuerzo.
RafaR
Vamos a ver, que es la mejor calificación de una carrera bastante menor, como es Periodismo (por mucho título rimbombante que le quieran poner). Vale, a cada uno a juzgarle en el ámbito que le corresponde, pero si, además de ser una carrera de relativa dificultad vemos cómo la tipa se expresa, y si consideramos que en esa carrera lo mínimo que debe exigirse es expresarse con corrección y claridad, ¡cómo estará el nivel de exigencia para que esta tipa saque un 9,28! Mucho me temo que habría que revisar urgentemente el nivel del profesorado, porque esto no es aceptable bajo ningún concepto. Luego se quejan de que, el que puede, se va a la privada...