Ningún alumno está condenado a la ignorancia, a la infelicidad o a la marginalidad por mucho que las leyes compliquen el trabajo, por mucho que la burocracia consuma buena parte de la jornada y por mucho que la confianza en nuestra labor esté por los suelos

No memorices un poema. No pretendas comprender un contexto. No profundices. No disfrutes desentrañando una traducción. No juegues con una etimología. No pidas silencio. No dediques más de diez minutos a una actividad. No intentes escribir mejor. No leas