Opinión

A Sánchez le hacen bulin

Lunes 23 de abril. Londres.

Hi Belly, what´s up?, escribe en la aplicación del mismo nombre Sunny Daniels, prima inglesa de Stormy, y amiga de Maribel Núñez del Bot

  • Pedro Sánchez interviene durante la sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles en el Congreso. -

Lunes 23 de abril. Londres.

Hi Belly, what´s up?, escribe en la aplicación del mismo nombre Sunny Daniels, prima inglesa de Stormy, y amiga de Maribel Núñez del Botijo.

“Hola Sunny!!! Qué ilusión!!!” responde Maribel.

Sunny (parecida a Stormy, pero sin pinta de putón) y Maribel se conocieron en la adolescencia a raíz de un intercambio estudiantil; Sunny pasó un verano en el pueblo manchego de Maribel y ésta hizo lo propio en Londres. Luego decidieron coincidir en vez de intercambiarse, y surgió una bonita y bilingüe amistad.

I'm going to Madrid on Wednesday. See you?” escribe Sunny, que a la vez pincha en la foto de perfil de Maribel y la ve mona y achuchando un hámster.

“Genial!” responde Maribel con emoticonos de aplausos.

Miércoles 24.

El vuelo IB7466 aterriza en Barajas a las 19:55.

Todavía en el avión, pero éste ya aparcado, Sunny enciende el móvil, se conecta a la red local, y recibe varios guasaps; uno del canal de noticias del Financial Times:

“Spanish PM considers quitting as wife faces corruption investigation”.

Flipa, le manda el link a Maribel, y le escribe: “Just landed… What the hell????”.

Maribel le responde “ya te contaré” con emoticonos de cabreo (cara roja y símbolos insultadores), y quedan para cenar en la zona de Letras, cerca del hotel donde pernoctará la inglesa.

Pican poco y beben bastante en una taberna con paredes alicatadas y llenas de fotos antiguas de toreros, mientras Maribel explica a su amiga los últimos sucedidos jispersonianos: que Mariabegoña ha pasado de ser fundraiser sexibúm a objeto de causa abierta en juzgado por presunto tráfico de influencias y corrupciones negociadoras, y que Jisperson, en vez de dar la cara y explicaciones, ha decretado el Estado de Excepción Emocional y se ha retirado a reflexionar cual Carlos V en Yuste pero sin imperio; y ha tenido a bien anunciarnos que el lunes dirá qué hace con su vida y con la nuestra.

“Como Eduardo y Wallis pero en cutre. Mira”, dice Maribel, enseñándole un vídeo donde aparece Jisperson esta semana, recibiendo al Rey en chaqué, con pelvis en retroversión y manos en los bolsillos.

-Oh my gosh! -exclama Sunny horrorizada.

Suena el móvil de Maribel. Es un guasap de su hijo Pepito:

“Mamá, 2 cosas. Que Telepizza no viene y que mañana no hay clase. La profe ha dicho llorando no sé qué de luto académico por bulin al presidente, y que pasa de venir”.

Maribel resopla, le responde “habla con tu padre” y después escribe al susodicho: “Ocúpate de la cena. Yo no puedo estar en todo. Y no mandes mails al colegio, a ver si la lías parda y nos lo expulsan”.

Acaban la cena hablando de cuando fueron a un concierto de Rod Stewart en las Ventas, del novio manchego de Sunny, que salió rana, y de “dear Kate” y brindan por ella.

Al día siguiente, Maribel va al hotel a buscar a su amiga, para callejear y después ir juntas a una exposición de Chagall.

Illa en la puerta de Alcalá

En la embocadura de una de las calles cercanas, se encuentran un cartel enorme dispuesto en forma de arco, que dice: “Bienvenidos a San Ñordi”, junto a un deprimente fotomontaje de Illa sujetando un libro y una rosa, con la Puerta de Alcalá al fondo.

San Ñordi es la versión jispersoniana del evento literario catalán, que ha planeado el goaverno para pelotear a sus socios independentistas, e inaugurar en Madrid la campaña electoral. “Les vostres festes són les nostres i la nostra rosa és vostra” es la horterada de lema que se han inventado para promocionarlo.

Maribel experimenta una mezcla de repelús y curiosidad, y decide entrar.

Los puestos abarcan temáticas varias:

Al final de la calle, a modo de colofón del evento, se ve a gente arremolinada y dos señoritas vestidas de chulapas repartiendo kleenex.

Maribel y Sunny se acercan intrigadas, rechazan educadamente los pañuelos, se abren paso en el remolino, y ven a un señor compungido gestualmente, con gafas de aviador y camisa vaquera, firmando ejemplares de su última y alipórica obra, titulada “No me causa rubor”; un librito de apenas cuatro hojas, a caballo entre la micronovela romántica y la protesta epistolar, donde el pimpollo presidencial se presenta como protovíctima de la fachosfera, y transiciona a carne de culebrón.

El título del panfleto es harto acertado: por el bellaquismo que gasta Jisperson en el mentir; por la ausencia de pudor en usurpar autorías de tesis y libros; por sus querencias al masoquismo cuscusero, que nos abocan a un narcosinvivir, y la relación tóxica que mantiene con el acto electoral: escondiendo urnas para no perder unas primarias, o gobernando España desde la derrota, a base de amnistiar chusma.

-Isn´t he handsome? -dice Sunny, conmovida porque ve que hay gente echando monedas en un cestito que hay en la mesa, junto a un letrero que dice: “la voluntad”.

-¿jansom???!!!! -dice con voz aguda Maribel.-¡Anda! vámonos, que me pongo negra…

Eso sí, antes de irse, se acercan a la mesa y ven que al lado del cestito, hay dos pulsadores gordos, a modo de encuesta viviente: el primero, de color verde, tiene escrito “merece la pena” y dibujada una carita sonriente; el segundo, de color rojo, escrito lo contrario (“no merece la pena”) y una carita amargada. Maribel pulsa el rojo y piensa “se pire ya por Dios”, y una señora mayor comenta agobiadilla que no sabe si fiarse de los botones.

Y hasta aquí el primer capítulo del libro “Dar pena para dummies”, que enseña a manipular al personal en beneficio propio.

El lunes que viene, el segundo…

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