El relato sobre ETA se escribe en forma audiovisual. Hubo un puñado de películas en el pasado que muchos recuerdan. Pero también las series y los documentales abordaron y abordarán el terrorismo en el País Vasco. Ahora, cuando HBO rueda la adaptación de la celebrada novela Patria y Movistar ultima un proyecto sobre los inicios de la banda, tres historiadores vascos alumbran un libro que aborda los mitos, los errores y los aciertos del tratamiento de ETA en la pequeña pantalla.
La obra Testigo de cargo. La historia de ETA y sus víctimas en televisión (Ediciones Beta) lleva la firma de Santiago de Pablo, David Mota Zurdo y Virgina López de Maturana. Una de las ideas principales que se transmite en estas páginas es que la televisión, en palabras del historiador francés Marc Ferro, es ya "agente y testigo" de la historia de la organización terrorista. La televisión será decisiva para contar qué pasó en realidad cuando existen versiones tan politizadas como mitológicas que pervierten la historia.
El silencio en los años de plomo
La obra es ante todo minuciosa. Con precisión más científica que apasionada, el libro compendia y analiza todos los documentales o telefilmes que se han emitido en televisión durante los últimos 40 años. "El resultado proporciona un notable conocimiento social sobre la forma en que las víctimas del terrorismo han sido reflejadas en el medio televisivo hasta el tiempo presente", expone en el prólogo el periodista Florencio Domínguez, director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.
A grandes rasgos, Testigo de cargo cuenta que en los años 80 hubo "un vacío casi absoluto" de producciones televisivas sobre ETA; algo que se explica en gran medida porque solo existía TVE y progresivamente fueron naciendo las cadenas autonómicas. Eran los años de plomo y el silencio era casi total. Dicho vacío duró casi hasta finales de los 90, si bien hubo dos grandes excepciones: el documental Yoyes de TVE, en 1988, y la serie Los senderos de la violencia de ETB, en 1993.
La eclosión de documentales
A principios de la década de 2000 se produjo "una eclosión de producciones televisivas en torno a ETA y sus víctimas". Algo que los autores explican en el libro por varios motivos. Uno de ellos, compartido con el cine, es que a raíz del asesinato de Miguel Ángel Blanco, primero, y del atentado del 11-S, después, se produjo "un cambio de paradigma social en torno a las víctimas y el terrorismo". Quienes padecieron el terror abandonaron por fin el silencio.
Esa eclosión de contenido televisivo sobre ETA y sus víctimas cobró forma de documental. Se multiplicaron las producciones documentales, con series incluidas, entre los que destacan obras como Historia de ETA (2012), en TVE, o Víctimas: la historia de ETA (2006), en Telemadrid. Las ficciones televisivas empezaron a producirse más tarde. Entre 2000 y 2018 ha habido 25 documentales y 9 ficciones que abordan la historia de la banda terrorista vasca.
El enfoque también cambió con los años. En las dos últimas décadas las producciones televisivas sobre ETA han destacado sobremanera el papel de las víctimas. Justo lo que antes no ocurría. Ahora, a las puertas de otra década y con la banda ya disuelta, son tiempos donde la clave es el relato que se hace de lo que ocurrió.
Los errores y aciertos
Santiago de Pablo, uno de los autores, charla con Vozpópuli sobre algunas partes esenciales del libro. A su juicio, los errores y aciertos sobre la historia de ETA en televisión están íntimamente relacionadas con el cambio de enfoque ya comentado. "El principal error es que se tardó mucho tiempo en reaccionar, faltó atreverse antes a contar la historia de ETA y poner en primer plano a las víctimas, pero eso no solo pasó en la televisión, porque también faltaba valentía en la propia sociedad".
Los aciertos llegaron después. "Uno de los principales aciertos es que, además de tratar casos conocidos como el de Miguel Ángel Blanco, se ha puesto en primer plano a personajes menos conocidos como Mario Onaindia, ya que en una miniserie se cuenta que primero fue condenado a muerte Franco y luego por ETA, lo que demuestra el totalitarismo de la banda". "En los últimos años la producción es muy variada y ha mejorado mucho, porque es respetuosa con la historia y con la memoria de las víctimas", agrega.
¿Y el futuro?
Son tiempos donde ese relato sobre la historia de ETA parece estar de moda. Por un lado, HBO rueda la adaptación de la celebrada novela Patria de Fernando Aramburu. Por otro lado, Movistar ultima el proyecto La línea invisible, que versa sobre los inicios de la banda. Ambos proyectos constituyen, al decir de los autores del libro, "los mayores esfuerzos jamás realizados" para contar por la vía de la ficción la historia de ETA en televisión.
Los escritores de este Testigo de cargo auguran que la representación televisiva del terrorismo en Euskadi tiene un futuro prometedor. Y solo esperan que ese futuro esté cargado de profesionalidad técnica, de conocimiento historiográfico y, sobre todo, de respeto a las víctimas. Asegura De Pablo que "la televisión es fundamental en la construcción del relato, porque esos contenidos ya están en plataformas que están en todas partes y llegan a mucha gente, también a los jóvenes que no saben qué ocurrió".